Vida
Por Agencia Reforma
Publicado el lunes, 23 de diciembre del 2024 a las 11:47
Monterrey, NL.- Hace un año, José Gregorio Medrano Hernández, de 65 años, sufrió una pérdida terrible al fallecer su esposa, quien era una mujer amable y servicial.
El vecino de la Colonia los Naranjos Primer Sector, en San Nicolás, cayó en depresión al quedar sin su compañera.
“Me casé de 20 años con ella”, recuerda, “yo le entregué el corazón a mi esposa”.
Ella siempre le pedía que fuera un buen hombre, que ayudara a los demás y eso lo llevaría a ser feliz.
Un día, sentado desde el segundo piso de su casa, notó cómo los autos circulaban a exceso de velocidad frente a su casa, exponiéndose al riesgo de caer en algunos de los múltiples baches que hay en la zona.
José Gregorio recordó la voz de su esposa y decidió hacer algo en favor de los demás: se convirtió en un improvisado “agente de Tránsito” en su colonia.
“Los carros pasan bien recio, yo los alerto y ya le bajan y pasan más despacio”, comenta el vecino, “no le miento: anoche venía uno con luces apagadas y bien fuerte”.
Aunque es guardia nocturno, todos los días hace un espacio en su jornada y va a la esquina de Enrique Recio y Camino a Lagrange, para alertar a los conductores sobre los baches.
En ese cruce hay un bordo, pero los vehículos, al ir con alta velocidad, no logran detenerse a tiempo.
“Empecé a hacerlo porque no hay respeto aquí, pasan muy fuerte y luego hay mucho bache”, menciona, “y eso hace que sea zona de riesgo porque al ir rápido los carros no ven los baches y luego el bordo está demasiado alto.
“Caen ahí y se friegan las llantas”, agrega, “estos baches se hicieron más feos ahora con las lluvias desde hace como dos semanas, yo lo que hago es rellenar los baches con piedras”.
Solicita a la Administración del Alcalde panista Daniel Carrillo tapar los baches, colocar un señalamiento de velocidad y reducir el tope.
“Aquí debe estar un tránsito para que coordine”, propone, “que el Alcalde se ponga a arreglar el pavimento.
“Hace falta porque aquí ha habido como tres choques, uno a mi hija y otro a vecinos”.
Padre y abuelo -tiene tres nietos-, José Gregorio aclara que nadie le paga por alertar a los conductores, pero lo hace con gusto.
Es su manera de honrar la memoria de su esposa fallecida.
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