Espectáculos
Por
Agencia Reforma
Publicado el domingo, 16 de febrero del 2025 a las 08:28
Ciudad de México.- Digamos que es un adicto al rocanrol, que toma pastillas de boogie y jarabe de blues. No tiene cura, y aunque su “jefa” quería sentirse orgullosa de su hijo, su mente dijo que no… que él estaba hecho para el rock.
Y así lo demostró Álex Lora, “el gritante” de El Tri de Méxicooo, en el cierre de su gira por 55 años de cantar música para “locos mariguanos”, ante 60 mil de ellos que anoche abarrotaron el Foro Sol; perdón, el Estadio GNP (es que esta generación sigue neceando), cantando a todo pulmón rolitas de amor, de chismes de lavadero y de “viejas de vecindad”.
Pero este adicto al rocanrol, que dice tener miles de guitarras y una colección de más de 3 mil discos, se la sabe pasar muy bien, es un chavo de onda pese a sus 72 añitos. Y “le pasa” el rocanrol, igual que a sus fieles seguidores, quienes, con chela en mano (muchos, sí, con mota), le cantaban a la esperanza (“tú eres como un sueño y yo tan sólo soy un pobre soñador”), al desamor (“estoy esperando mi camión en la terminal del ADO”), y claro, a los corruptos gobernantes (“por qué no te mueres, Trump”).
¡Lo nunca visto! @eltridemexico lanza una contundente crítica a Donald Trump con su rolita “¿Por qué no te mueres?” en pleno concierto. ¿Qué opinas de la protesta musical? 🤔🎤
📹 Omar Cabrera. pic.twitter.com/Q2OsMbBMSD
— Reforma Gente! (@reformagente) February 16, 2025
Lora, su lira y sus rolas, con Chela, su domadora, detrás de la producción, y un equipo de músicos que también son adictos al rock. No tienen cura. Ni la quieren.
Por eso bailan y rasgan las cuerdas, mecen las melenas, sacuden las cabezas, saltan cual si fueran jovencitos. Y su fanaticada, que ronda de los 10 a los 80 años, según se ve por las gradas y en la explanada (hasta adelante, con sillas), hace lo mismo. Como el cantante Erik Rubín, ahí, en las primeras filas.
“ Oye, cantinero, sírveme otra copa, por favor”, le pedía alguien al vendedor de cervezas, para estar a tono.
Todos adictos. Y es contagioso, porque pasan los años y el “poeta poblano” sigue diciendo las mismas frases, celebradas con sonrisas y mentadas, alegres ambas, como si fuera la primera vez. “¿Están siendo felices?”, “y que viva el rocanrol”, “no oigo esas pinches palmas” y otras tantas.
La fiesta comenzó a las 20:40 horas con una danza prehispánica para honrar los orígenes. Y “La Raza Más Chida” se puso a rocanrolear.
A nadie pareció importarle que el vocalista saliera con una Bandera de México modificada, con la Virgen de Guadalupe y la leyenda El Tri.
Digamos, pues, que es un adicto y que no puede dejar el vicio, que es adicto al rocanrol, como confiesa en “Vicioso”. Y además, “Perro Negro y Callejero”, pero también un “Muchacho Chicho” que rebautiza el recinto: “¡a saltar toda la raza de esta madre, ¿cómo se llama? Estadio GNP Mis Huevos!”.
Con chamarra roja de cuero y su faloguitarra, Lora brindó varias canciones solicitadas por sus fans en redes sociales desde días antes, como “FZ-10” o “Una y Otra Vez”.
El momento para honrarlo llegó con los invitados Icons of Classic Rock, quienes subieron al escenario para darle un diploma. Tras la foto, la adicción siguió “Olvídate de todo por un momento y que viva el rocanrol”, cantaba Lora, el adicto.
Al final, todos terminaron siendo felices. Porque, pese a su adicción, él, como María Sabina, es un símbolo.
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