Internacional
Por Excélsior
Publicado el jueves, 30 de enero del 2025 a las 10:13
Washington, EU.- La ciudad de Washington DC volvió a enfrentar una tragedia aérea este miércoles por la noche cuando un jet de pasajeros de American Airlines colisionó en pleno vuelo con un helicóptero Blackhawk del Ejército de Estados Unidos, cayendo posteriormente al río Potomac y sin dejar sobrevivientes. Este suceso ha despertado la memoria colectiva de catástrofes pasadas en los cielos de la capital, en particular del fatídico accidente ocurrido hace 43 años, cuando el vuelo 90 de Air Florida se estrelló contra el puente de la calle 14 y luego se sumergió en las aguas heladas del mismo río.
¿Qué pasó con el vuelo de Air Florida?
Ese 13 de enero de 1982, en medio de una intensa tormenta de nieve, el Boeing 737 de Air Florida despegó del Aeropuerto Nacional de Washington (hoy Aeropuerto Nacional Ronald Reagan) con destino a Fort Lauderdale. A los 30 segundos de su despegue, alcanzó apenas 350 pies (106 metros) de altitud antes de estrellarse.
🗓 | 𝗢𝗻 𝗧𝗵𝗶𝘀 𝗗𝗮𝘆 (𝟭𝟵𝟴𝟮): Air Florida Flight 90 stalls shortly after take-off from Washington National Airport and crashes into the Potomac River, 74 of the 79 on board die. Ice on the wings and the failure to enable the anti-freeze system of the engines were factors. pic.twitter.com/JHY7Ks1Jl2
— Air Crash Investigation (@AirCrash_) January 13, 2024
El primer oficial, durante la maniobra de despegue, había repetido varias veces: “Eso no parece correcto”, expresando su inquietud ante la insuficiente potencia del avión. El impacto contra el puente y la caída al río Potomac dejó 74 muertos entre pasajeros y tripulación, además de cuatro víctimas fatales en el tráfico del puente. Solo hubo cinco sobrevivientes, a quienes se les rescató de las gélidas aguas en dramáticas escenas que conmovieron a todo el país.
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) llevó a cabo una exhaustiva investigación y determinó que la causa principal del accidente fue la acumulación de hielo en las alas y sensores del Boeing 737, así como diversos errores de la tripulación.
En un informe publicado ocho meses después de la tragedia, el presidente de la Junta, Jim Burnett, declaró: “La conclusión es que el avión nunca debería haber despegado”. Además, el miembro de la junta, Francis McAdams, enfatizó: “Hubo una falta de ejercicio, particularmente en las operaciones de invierno. Todos esos otros factores simplemente agravaron los problemas de la tripulación.”
El reporte oficial concluía: “La falla de la tripulación de vuelo de usar el motor anti-hielo durante la operación y el despegue del suelo, su decisión de despegar con el hielo de nieve en las superficies aerodinámicas de la aeronave y la falla del capitán para no rechazar el despegue durante la etapa inicial cuando se llamó su atención a las lecturas de instrumentos de motor anómalo” fueron determinantes.
El abogado de Air Florida, Robert Silverberg, discrepó de estos hallazgos atribuyendo parte de la responsabilidad al diseño del Boeing 737.
“ Llegamos a la conclusión de que la causa probable del accidente fue un lanzamiento severo e incontrolable inmediatamente después del despegue del vuelo 90, desde el cual la recuperación no era posible”, argumentó Silverberg en ese entonces.
La junta también sostuvo que, de haber reaccionado de manera coordinada, el capitán y el copiloto podrían haber evitado el fatal desenlace.
“ Si hubieran hecho ambas cosas, bajaron la nariz y embistieran los aceleradores hasta el firewall, podrían haber salido de ella”, señaló William Laynor, subdirector de la junta para el transporte de aviación.
I remember being a kid in 1980 watching the rescue mission of the Air Florida Flight 90 crash on the Potomac on live on TV. pic.twitter.com/ITEbhyVQhz
— Bob Bonner (@RBonner_) January 30, 2025
El golpe que el accidente supuso para Air Florida fue enorme. La aerolínea, que había iniciado operaciones como una pequeña compañía local de cercanías y luego se expandió con vuelos al noreste de Estados Unidos y Europa, enfrentó graves problemas financieros tras el siniestro. En 1984, se declaró en bancarrota y fue absorbida por otra compañía.
Con el paso de los años, la tragedia de 1982 se convirtió en un caso de estudio sobre las condiciones invernales extremas y la importancia de los protocolos de deshielo, con cambios significativos en las regulaciones de aviación a fin de prevenir incidentes similares.
No es el primer (ni el segundo) incidente en Washington DC
Este reciente siniestro también reabre el debate sobre la congestión del espacio aéreo en Washington, que es compartido por aviones comerciales, helicópteros militares y vuelos privados. En 1949, un avión militar P-38 y un DC-4 de Eastern Airlines chocaron en pleno cielo, con un saldo de 55 muertos, entre ellos un congresista de Maine y la caricaturista Helen E. Hokinson.
Hoy, las autoridades investigan si la colisión con el helicóptero Blackhawk se debió a fallas técnicas, error humano o una conjunción de factores similares a los que históricamente han plagado los vuelos en condiciones difíciles.
De momento, la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) han confirmado que liderarán la pesquisa sobre la reciente colisión. Se espera que en los próximos días se publiquen detalles preliminares, mientras pilotos y controladores aéreos son sometidos a interrogatorios para aclarar las circunstancias exactas del suceso.
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