Coahuila
Por Diana Martínez
Publicado el lunes, 27 de enero del 2025 a las 07:30
Saltillo, Coah.- Las tinieblas cubrieron a Hércules, un pueblo minero enclavado en el desierto. En medio de un crudo invierno, la falta de energía eléctrica mantuvo a los habitantes en la oscuridad por más de tres días.
La temperatura cayó a -11 grados; el frío extremo y la falta de electricidad golpearon de nuevo a una población sumamente dañada. Son familias sin trabajo, sin comida y sin las posibilidades de salir adelante.
El domingo 19 de enero se dañó un generador de la empresa Minera del Norte que proporcionaba electricidad a la comunidad, por lo que se quedaron incomunicados, sin agua y sin luz.
“ Salimos aquí afuera a prender esa lumbre para calentarnos un poco, pero sí la estamos sufriendo con estos fríos que tenemos, hubo tres-cuatro días sin luz porque los generadores se dañaron”, relató Alma Leticia Peralta Mancha, habitante de Hércules.
Solución parcial y momentánea
A las 10 de la noche ya no hay nadie en las calles. A lo lejos se escucha ladrar a los perros, el viento helado recorre las casas abandonadas. La luz viene y se va, por momentos Hércules se ilumina y de repente la oscuridad vuelve a reinar.
El miércoles 22 de enero, tras 72 horas incomunicados y sin luz, llegó la Comisión Federal de Electricidad (CFE), informó Guadalupe Alvarado Castro, jefe de mantenimiento de la Planta Concentradora de Minera del Norte.
“
Nos mandaron tres generadores, dos de 300 y uno de 175, y ellos el trabajo que andan haciendo es apoyarnos en hacer toda la interconexión en parte del pueblo, en 50% del pueblo”, indicó.
Sin embargo, aseguró que esta es una solución momentánea y parcial, pues la otra mitad de las viviendas depende de un transformador que está a punto de colapsar, por lo que temen que este infierno se prolongue por aún más.
“
El generador de la planta es un generador que tiene 23 mil horas de trabajo, ese generador su vida útil son de 25 mil a 27 mil, entonces se puede decir que en realidad a ese generador su vida útil ya se le terminó”, agregó.
Será en unas cuantas semanas en las que Hércules repita esta historia, cuando el generador de la planta colapse, por lo que aseguró que la solución más viable y definitiva es que la CFE conecte al pueblo a la red de electricidad nacional.
Trascendió que esto no se ha hecho por la deuda de alrededor de 9 millones de pesos que la empresa sostiene con la Comisión.
En medio de la nada
Para llegar a Hércules se tienen que recorrer 545 kilómetros de caminos sinuosos, terracería y brechas que no parecen tener final. Son más de ocho horas de un viaje largo y cansado desde la capital del estado.
La hierba seca, quemada por el frío, enmarca a una carretera llena de recuerdos de los tiempos gloriosos del pueblo, cuando la minería les proporcionaba una vida cómoda y sin mayores necesidades.
Ahora los caminos están abandonados, el viento levanta el polvo fino del desierto, y sólo quedan las súplicas de sus habitantes, quienes esperan ayuda, justicia laboral y condiciones dignas para vivir.
“
Sin agua, sin luz, con frío, ni con qué lavar la ropa, ni con qué lavar trastes, ni para el baño, el agua se necesita al 100%, para todo”, señaló Ignacio Escalera Rodríguez, jubilado de Minera del Norte.
El pueblo surgió en medio de la nada hace 65 años, cuando la explotación de las vetas de fierro permitió el desarrollo, sin embargo, ahora es un pueblo fantasma, sólo queda 15% de la población.
Sobreviven
Sin sueldo, las familias le ruegan a Dios por el sustento diario, incluso han tenido que cazar jabalíes para sobrevivir, manifestó Rubén Morales Cárdenas, trabajador de la mina.
“
También jabalíes, también le hemos pegado a la fauna silvestre (…) Aquí en veces manadas y los señores ejidatarios, los rancheros cazan uno que otro marrano, de esos jabalíes, y nos los traen aquí”, recordó.
Las comunidades cercanas les brindan ayuda, a veces les llegan despensas del estado o el municipio y también se apoyan de los programas sociales de la Federación.
Algunos salen a buscar trabajo en los campos de hortalizas cercanos, cuidan animales o vigilan propiedades.
Acceso vigilado
La entrada al pueblo es custodiada por un guardia de seguridad de la empresa minera, quien vigila el acceso. Ahí también están los trabajadores mineros.
Día y noche, con frío extremo y calor agobiante, bajo unas láminas hacen guardia los integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSSRM).
“
Estamos aquí manifestados, por motivo de lo que nos adeuda la empresa, que hasta ahorita serán dos años de salarios devengados”, Abraham Regino García, trabajador minero.
Aunque el frío les cala hasta los huesos no dejan el campamento, pues aseguraron que de eso depende el futuro y el bienestar de mil 7 trabajadores sindicalizados y de sus familias.
“
Ahorita hemos percibido temperaturas, los compañeros del turno de tercera, de hasta -8 grados y ha llegado a -11, pero aquí hay que seguir haciendo las guardias con el fin de reguardar los bienes para que en un dado momento se nos pague a nosotros y a nuestros compañeros”, añadió.
Confían en la ayuda
Cuentan en las noches las aventuras en la mina a cielo abierto, de cómo descendían a más de 800 metros y de cómo el calor los asfixiaba. Algunos encontraron ahí el amor de sus vidas, con quien ahora comparten la esperanza de un final feliz.
Hacer visible su tragedia fue la única opción que les queda, contarle al mundo que Hércules está sufriendo les da al menos la confianza de recibir la ayuda que necesitan para no verse obligados a dejar sus hogares, sus familias y su historia.
Las noches frías y largas también terminan y ahora sólo les queda el anhelo de ver el amanecer.
Sin clases
Las mejillas de los niños se ven quemadas por el frío, en medio de su inocencia no alcanzan a comprender la crisis en que viven.
Con la falta de electricidad fue imposible bombear agua, se perdió la señal de internet y teléfono, por lo que los maestros de los diferentes niveles de educación dejaron el pueblo.
Eithan sigue jugando con las piedras de su jardín, con la esperanza de que los maestros regresen y se restablezcan las clases.
–¿Ya tuviste clases?
“No, no hay luz”.
–¿Qué es lo que más te gusta de la escuela?
“Hacer las tareas”, agregó María Ramírez, estudiante de segundo grado de primaria.
Pueblo fantasma
El tiempo, la falta de mantenimiento y la desolación consumieron el color de algunas casas, que se ven tenebrosas entre las sombras de la noche. Llenas de maleza, muebles abandonados de familias que salieron huyendo de la pobreza y la desesperación.
En tiempos de auge eran más de 10 mil personas las que vivían en el pueblo, ahora sólo quedan poco más de mil.
“
No, no, pues muy triste, es una tristeza muy fea, mucha gente ya se fue y muchos nos quedamos aquí esperanzados a ver qué pasa, si se reinicia otra vez o pagan o a ver qué”, manifestó María de Lourdes González Rodríguez, vecina del pueblo.
La empresa Minera del Norte fundó Hércules para albergar a sus trabajadores, pero con el cierre de Altos Hornos de México (AHMSA) todo se paralizó. Esta empresa fue uno de los principales proveedores de fierro para la compañía siderúrgica de Monclova.
Notas Relacionadas
Hace 12 horas
Hace 12 horas
Hace 1 dia
Más sobre esta sección Más en Coahuila
Hace 12 horas
Hace 12 horas
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 2 dias
Hace 2 dias
Hace 2 dias