Saltillo, Coah.- Un olor a pan tostado, combinado con ingenio, reflexión filosófica, humor absurdo y locuacidad mordaz aderezaron el conflicto entre dos hermanos que son polos diferentes, pero que en algún momento hasta llegan a intercambiar papeles.

El Festival Viva Saltillo cerró el jueves por la noche con broche de oro al presentar la puesta en escena “True West” (“Verdadero Oeste”) con las actuaciones de Plutarco Haza, Fabián Corres, Román Walker y la participación especial de Angélica Aragón bajo la dirección de José Caballero.

La historia comienza cuando Lee, el hermano mayor, llega de improviso a la casa de su mamá, resguardada por Austin, el menor de la familia, sin embargo sus diferencias se empiezan a hacer más marcadas.

Lee, el irreverente, Austin el formal, hombre de letras que no soporta que su hermano sea un aventurero.

La historia del dramaturgo norteamericano Sam Shepard, Premio Pulitzer en 1979, trata en esta obra temas como el desierto, el padre vagabundo y la contradicción filial.

Austin, personaje interpretado por el esposo de Ludwika Paleta, escribe una historia para mostrarla a un productor de cine, mientras que su hermano Lee, personificado por Fabián Corres, sólo piensa en que le presten el carro para salir a robar casas.

El productor de cine interpretado por el actor Román Walker conoce a Lee y se enamora más de la historia que él le cuenta sobre una persecución de vaqueros, que del drama escrito por Austin.

“Una historia estúpida”, así es como la describe Austin, menospreciando el ingenio de su hermano, quien además de todo está terco y empecinado en presumir que su drama describe algo “verdadero”.

La afrenta ya estaba hecha: Austin robaría por lo menos un tostador, para demostrar que no es tan “idiota” y Lee escribiría el guión de una película.

Los tostadores llenaron el escenario y casi una barra de pan blanco se tostó en plena función, el olor llenó el recinto, ocupado en su totalidad.

Plutarco Haza estuvo a punto de resbalar en el escenario, pero él mismo hizo mofa de su situación y Corres le siguió la corriente en escena.

El desorden y la locuacidad de los hermanos llevó a hacer de la casa un desastre, hasta que llegó la mamá y los aplausos fueron parte de la escena, pues se trataba de Angélica Aragón quien regañó a sus hijos, que pasaron de enemigos a cómplices en cuestión de minutos, mismos que duró la actriz sobre el escenario, momentos antes de concluir la función.

El gozo de arriesgarse

Fabián Corres, Plutarco Haza y Angélica Aragón hablaron del placer de actuar en una obra que les brinda profundas satisfacciones

Se dice que cuando un actor de televisión pretende seriedad y credibilidad, busca el teatro. También se dice que muchos actores pretenden a la televisión sólo para comer, pero que el gozo de la profesión se vive tras el telón, en los ensayos, afrontando directamente a la audiencia.

Pero también, y esto no se dice pero se ve, hay actores que pretenden que ambas esferas sean de calidad, y se esfuerzan con sus actuaciones magistrales para dignificar a la tele y gozar el teatro.

Aragón, Haza y Corres pertenecen a ese selecto grupo cuyo talento en todos los ámbitos siempre ha destacado, sobre todo en lo que se ha dado en llamar “Nueva Telenovela Mexicana”.

Ahora toman un nuevo riesgo con “True West”, obra de Sam Shepard, que se presentó ayer en el Teatro de la Ciudad, y que a decir de Aragón: “Es un autor que busca específicamente a través de su teatro, golpear el corazón, la conciencia, las vísceras (…) Es muy fuerte, pero es la combinación ideal entre tomar la vida con sentido del humor, pero a la vez mostrar el sufrimiento de vivir (…) Fríos no van a salir”.

Entre amigos

La obra “True West” lleva un lustro de presentarse en la versión de José de Caballero y con los mismos actores, aunque con cambios eventuales en el reparto.

Es un proyecto que de origen entusiasmó a Plutarco Haza, quien también la produce: “Tenía muchas ganas de hacer el teatro que no me estaban ofreciendo (…) Como los proyectos que valen la pena, que son más de prestigio que de fama, se van poco a poco creando un nombre. Yo como productor te puedo decir que casi no soy productor. La obra solita camina. Lo único que nosotros ponemos es voluntad.
Siempre tenemos ganas de hacerla. Hasta que alguien diga ‘ya me cansé’”, dice Haza.

En diversos momentos, tanto Aragón como Haza (Corres no habla y se concentra en seguir estudiando sus diálogos) nos adelantan un poco de la trama revelando su trasunto temible, complejo y de humor negro.

Pero esto no quiere decir que la obra arroje alguna moraleja o mensaje:
las grandes obras de teatro no dan mensaje, sino que crean preguntas. La respuesta se la lleva el público después de haber visto la obra. Las obras con mensaje son aburridas. A mí en lo particular no me gustan”, dice Plutarco.

Angélica Aragón, en