Ciudad de México.- De enjuta figura, melena alborotada y una evidente renuencia a permanecer quieto. Así inmortalizó la lente de numerosos fotógrafos a Francisco Toledo (1940-2019).

Celebrar su vida a través de varios de esos retratos es lo que propicia la muestra colectiva Ver a Toledo, inaugurada en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), en Oaxaca, el pasado 17 de julio, día en que el artista habría cumplido 84 años.

“Es una pequeña ventana a esos momentos de la vida del maestro”, define en entrevista Sara López Ellitsgaard, hija del creador juchiteco y presidenta de la asociación civil Amigos del IAGO y del CFMAB, ambas instituciones fundadas por Toledo.

“Hay fotos desde los 17 años hasta su último año, y se puede ver él como persona, él como papá, él como artista, él como activista social, como amigo”, continúa, destacando la conexión de cada autor tras la cámara.

“Es el momento que ellos tuvieron con él y que capturaron, y creo que eso es algo muy bonito porque todos vemos a la gente que queremos de diferente manera”.

De ahí que junto a la obra de creadores de la talla de Graciela Iturbide, Rogelio Cuéllar o Cecilia Salcedo, entre las más de 100 imágenes de la exposición también figuren algunas hechas por fotoperiodistas, así como por colaboradores del artista y hasta por algunos de sus familiares, incluida su hija Laureana Toledo; su viuda, Trine Ellitsgaard, y la propia Sara López Ellitsgaard.

“Definitivamente, no soy fotógrafa, pero sí hay unas fotos que están ahí; es más porque, como yo trabajé con él mucho tiempo, luego hacíamos fotos chistosas o tomábamos fotos de ciertas situaciones”, comparte.

“Uno de los privilegios más grandes de mi vida fue poder trabajar con él, y conocerlo como jefe, como artista, como colaborador, pues es muy diferente a conocerlo como papá. Era increíble poder ver esa faceta de él, porque te dabas cuenta del inmenso talento que tenía y de su capacidad de generar proyectos, de unir gente, de generar todas estas ideas que hicieron que Oaxaca sea el centro cultural que es hoy”.

El joven Toledo, de bigote y cabello todavía muy oscuros; encarrerado o a medio salto; en actitudes juguetonas o en plena ejecución pictórica, y hasta con sus xoloitzcuintles, son algunas de las estampas en exhibición, para la cual se procuró ir más allá de lo antes visto.

“Les habíamos pedido (a los participantes) que buscaran imágenes tal vez no tan reconocidas, porque hay muchas que sí son fotos emblemáticas o que la gente las reconoce porque fueron parte de un movimiento o fueron parte de un momento. Y hurgaron en sus archivos para buscar otras imágenes que tal vez fueran menos reconocidas”, relata la hija del también activista social y cultural.

Un vistazo al diseño

Ver a Toledo, que permanecerá abierta al público hasta septiembre, es parte de un ciclo de exposiciones lanzadas para conmemorar al artista juchiteco en su natalicio y a 5 años de su muerte, “tratando de acercar al público una faceta menos conocida”, apunta López Ellitsgaard.

Por ello, también abrieron este mes en el Centro de las Artes de San Agustín (CASA) Toledo ve, muestra dedicada a su labor como diseñador, y en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) Toledo ve: Dibujos preparatorios, con un centenar de bocetos de los distintos objetos que creó.

“Él diseñaba constantemente, dibujaba, y lo que estamos mostrando son los dibujos originales que nunca se habían visto, para finalmente culminar en los objetos que estamos mostrando en Toledo ve”, expone a REFORMA Daniel Brena, director del CASA.

“Son todas estas piezas de diseño que él elaboró, tanto carteles para el tema del maíz, material didáctico en lenguas, rejas, pisos de cemento hidráulico, servilletas, calcetines…”, detalla, por su parte, López Ellitsgaard.

Ya una versión de esta muestra, con más de 600 piezas, entre afelpados, textiles, bocetos, objetos intervenidos, herrería, joyería, cerámica y papel, había sido expuesta en el Museo Nacional de Culturas Populares, en la Ciudad de México, meses antes de que Toledo falleciera el 5 de septiembre de 2019.

Posteriormente itineró, pasando por la Casa de México en España, en Madrid, y poder presentarla a gran escala en Oaxaca seguía pendiente, advierte Brena, quien refiere el interés del juchiteco porque los artistas hicieran cosas para que la gente pudiera tener.

“Esta idea de que el arte puede incidir en muchas cosas diferentes; no sólo es un cuadro que puedes tener en una sala o que puedes ver en un museo”, comenta el director del CASA, para quien resulta paradigmático el caso de una fábrica oaxaqueña de baldosas que estaba a punto de cerrar hasta que Toledo se acercó.

Luego de la intervención del juchiteco, incorporando sus diseños e invitando a más artistas a participar en este trabajo que promocionaba como arte, dicha fábrica ahora produce para varios estados de la República e incluso para fuera del País, contrasta Brena.

“Es esta manera de cómo el arte puede incidir a fortalecer algunas problemáticas sociales como el empleo, a través de crear estos objetos que pueden tener un valor utilitario, pero también un valor añadido a través de un diseño de artistas, en este caso Toledo”, refrenda.

Si ya en la curaduría que el propio Toledo había hecho de la muestra cuando se presentó la primera vez quiso mostrar también objetos de la vida cotidiana que le inspiraban a diseñar, ahora poder apreciar los bocetos de sus diseños, que muchas veces hacía sobre notas y facturas, incluso permite apreciar un poco del proceso creativo y de lo que ocurría entre el concepto y la pieza realizada.

“Es una oportunidad única de ver esta cantidad de piezas de Toledo, y sobre todo los dibujos originales, que eso nunca nadie lo había visto”, insiste el director del CASA, donde Toledo ve estará en exhibición hasta febrero.

La entrada a cada uno de estos espacios, todos creados por Toledo, es gratuita.

Los frutos del artista

Este septiembre se cumplen 5 años de la muerte de Toledo. Y el duelo sigue para sus seres más cercanos.

“El duelo siempre va a estar ahí. Es una persona que no sólo marcó nuestra vida como familia, sino también la vida de muchas personas tanto cultural y artísticamente”, remarca López Ellitsgaard.

“Mucha gente lo quería porque era una persona que estaba aquí en las calles, en los institutos, iba a las pláticas; lo podías ver aquí en la esquina comiéndose una quesadilla. Era una persona que era parte de las calles de Oaxaca y parte de lo que somos.

“En lo personal, te puedo decir: lo extraño muchísimo. Pero también estoy, o estamos conscientes como familia, de que mientras sus institutos sigan aquí, mientras la gente vaya a los museos, mientras los niños sigan yendo a las visitas guiadas y todo esto siga existiendo, pues él está aquí, de alguna manera”, subraya.

Brena estima que tan sólo entre el IAGO, el CFMAB y el CASA, hay un centenar de personas con la convicción de continuar con la labor iniciada por Toledo, perpetuando su legado.

En otras palabras, más que pensar en un heredero o sucesor del creador juchiteco, quienes colaboraron con él y persisten en las instituciones que fundó asemejan más a un huerto que sigue dando frutos aún ante la ausencia de quien dedicadamente plantó las semillas.

“¿Quién puede ser como él? Nadie. No hay nadie que pueda tomar ese lugar. Sin embargo, pues sí dejó toda esta gente, la infraestructura, colecciones. Creo que colectivamente se puede avanzar, continuar y fortalecer las ideas que nos dejó”, sostiene Brena.

“Nosotros fuimos beneficiarios también de todo este proyecto desde niños y adolescentes. Entonces, pues son 100 personas que creen completamente en este proyecto, y ahora nos toca trabajar para que continúe

Presente en el Cervantino

Ya que no es posible pensar la cultura de Oaxaca sin la figura de Toledo, el artista juchiteco no podía estar ausente en la programación del Estado invitado de honor este año en el 52 Festival Internacional Cervantino (FIC).

“Hemos estado trabajando con la Universidad (de Guanajuato)”, indica López Ellitsgaard. El objetivo: planear exposiciones en el marco del FIC.

Una de las muestras a presentar, de acuerdo con lo difundido por la Secretaría de Cultura federal, sería Lu’Bianni, Francisco Toledo y la fotografía, que a través de 400 piezas mostró la relación del juchiteco con el arte fotográfico en las salas del Colegio de San Ildefonso en octubre de 2021.