Torreón
Por Milenio
Publicado el miércoles, 29 de enero del 2025 a las 11:07
Torreón.- A inicios del siglo pasado la población mexicana era mayormente rural y en un estado como Coahuila, con vestigios arqueológicos y paleontológicos en sus cinco regiones, los hombres junto a los niños se internaban en las serranías buscando tesoros.
Tras el cambio de siglo el paradigma social cambió y el 79 por ciento de la población en la entidad vive hoy en ciudades. La visión del aventurero se desdibuja pero el saqueo persiste pues los niños del pasado rondan o superan hoy los 70 años y amparados en su vejez, venden a pedazos el patrimonio nacional.
Si bien los muchachos mutan esa mentalidad no falta quien continúe una “tradición familiar” que le pone precio a la historia.
Así cruzan la frontera o de ser menos ambiciosos, venderán “sus piezas” en un tianguis, como ocurre en el Paseo Colón. El delegado del INAH en Coahuila, José Francisco Aguilar Moreno, apuntó que se hacen esfuerzos para frenar el delito a través de la concientización pues el desconocimiento de la ley no libera de responsabilidad.
El domingo 26 de enero se retomó el “Paseo Colón”, que depende del Ayuntamiento vía direcciones municipales que regulan a los vendedores y presentan su propuesta cultural. No obstante en la avenida Matamoros se exhiben fósiles entre los que se encuentran incluso huesos de dinosaurios.
Los vendedores detallan que sus piezas provienen de África, sean del desierto del Sahara, Marruecos o Madagascar, pero también de Utah, en los Estados Unidos, o de Coahuila y Durango, en México.
Así ofertan dientes de megalodón, trilobites o acastoides y amonites, sin descartar algunas réplicas de esqueletos y puntas de proyectiles. Los precios oscilan entre los 30, 250 y hasta 5 mil 500 pesos.
“ Falta concientizar. Te pongo un ejemplo. Primero estuve (como delegado) en Monterrey y en el paseo del Barrio Antiguo hacían los mercados de fines de semana, y pasaba lo mismo que en el Paseo Colón, al igual que afuera de las Grutas de García, entre Nuevo León y Coahuila”.
“ Hay una oficina en el INAH que fomenta la concientización y concertación con las comunidades, no nos va a quedar más que acercarnos para advertir que lo que hacen es un delito y el no conocerlo no los exime de responsabilidad. Lo que te digo sucedió en los ochenta cuando se abrió el museo o poquito después; fue de los primeros lugares en el norte del país, y ahí fue cuando conocieron al doctor Quiroz”, refiere Aguilar Moreno.
En la avenida Juárez 580, a poca distancia de la Plaza Mayor, se ubica el Museo Paleontológico de La Laguna. Enrique Gómez Dena, asesor del recinto, dijo que por iniciativa de los hermanos Jesús y Gustavo Quiroz Barragán, se fundó hace 30 años. El propósito fue el de exhibir las piezas que ambos recolectaron desde la adolescencia.
“ Es una historia muy bonita, creo que irrepetible porque nos ha ganado la edad y para volverla a vivir está difícil. La historia de este museo viene en que los dueños, el doctor Jesús Quiroz Barragán y el ingeniero Gustavo Quiroz Barragán, desde su juventud fueron invitados al campo a ver qué encontraban por su tío, don Ignacio Quiroz.
“Este local inicialmente, pocos lo saben, fue la primera tienda distribuidora de la pintura Sherwin Williams; era muy acreditado en su giro pero fallece el papá y los muchachos no quisieron quedarse con el negocio… Por el apoyo del tío que los inculcó a esta actividad, el primer referente que se encuentran fue un hueso de mamut, y se apasionaron. Lo encontraron por el rumbo de Durango y de ahí empiezan a coleccionar muchas cosas”.
Gómez Dena acotó que todo “material” que encontraban cada fin de semana les permitió acumular una gran cantidad de fósiles y piezas arqueológicas mientras se adentraban más en su afición.
“ Llega un momento en que deciden ellos, la familia, pues que ya tienen mucho mugrero allá adentro, pues que lo expongan, que hay que enseñarlo y es cuando vienen a este negocio y empiezan a hacer las cajitas para exhibir, allá afuera andaban soldando, y entonces se puso de una forma muy empírica, nada profesional los trabajos, pero ya había cosas para que la gente pasara y gratis porque lo que querían era que se mostraran y así es el primer paso de este museo”.
En cuanto al doctor Jesús Quiroz, el asesor del recinto mencionó que hoy colabora con geólogos y paleontólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), situación que reitera el propio Quiroz.
“ Se especializa el doctor Quiroz y llega al grado de que es colaborador de la UNAM y vienen geólogos y paleontólogos para hacer los trabajos de campo… Hace muchos años, por 1946-47 vino una misión de científicos de Estados Unidos a hacer un estudio de campo en la zona donde se dan estos elementos de paleontología y después llega el doctor y toda la raza, decimos raza, somos varios, todos profesionales, de profesión, que nos gusta el relajo y colaboramos.
“Y él se encuentra otras especies que no fueron detectadas por esa primera misión; traían helicóptero, camiones, gente, traían todo y nosotros no; pon la gasolina y nos cooperamos, okey, y comenzó a colectar una serie de piezas no descubiertas por los geólogos especializados y edita o estar por editar, nomás que alguien se lo edite, un nuevo libro porque hablamos de entre 70 y 80 nuevas especies que son de Coahuila”.
Este grupo ha visitado Cuatro Ciénegas, Paila, Químicas de Rey y la Zona del Silencio recolectando piezas, algunas de las cuales, aseguró el entrevistado, se han enviado a la Ciudad de México para sean clasificadas por especialistas de la UNAM, en tanto que al Museo de Paleontología han llegado visitantes internacionales, investigadores que buscan les faciliten algunas piezas.
Lo anterior lo confirmó el médico Jesús Quiroz en entrevista telefónica. La iniciativa del museo fue de su hermano y de él pues desde la pubertad se les condujo a apropiarse de las piezas prehispánicas.
“ Nosotros empezamos a recolectar fósiles, lógicamente empezamos en la región. En ese tiempo tenía yo 15 años cuando empezamos a juntar fósiles y eso, ahorita tengo 68, entonces cuando ya teníamos una colección más o menos considerable pues decidimos ponerlo en ese lugar que era una tienda de pinturas; fue de una afición a poner el museo”.
Sobre las piezas más importantes, Quiróz dijo que son las más antiguas, unas mandíbulas de un tiburón o helicoprion que se extinguió en el Triásico Superior. Pero aclaró que no están en exhibición porque se las llevaron a la UNAM para su estudio pues se trata del primer fósil vertebrado que se encontró en México, en Margaritas del Norte, San Pedro de las Colonias, en Coahuila, con alrededor 282 millones de años.
“Las cosas arqueológicas, que corresponde a lo que es hecho por los humanos, las cosas indígenas que están en el museo, tienen qué estar registradas en el INAH”, aunque reiteró que el énfasis del recinto es la paleontología, y agregó, cuentan con 25 estudios realizados en común con los geólogos de la UNAM.
“En la UNAM yo trabajo con ellos, yo les mandó fotos de los fósiles que yo tengo y una vez que les interesa uno, ellos vienen dos veces al año y ya los llevo a hacer el estudio de campo y se hace un estudio allá paleontológico que se muestra normalmente a nivel nacional. Ahora en diciembre vinieron dos veces. Vinieron dos equipos a hacer trabajo de campo”, precisó Quiroz quien además dijo, coordinan los trabajos los doctores Josep Antón Moreno Bedmar y Miguel Torres.
El médico apuntó que este museo no cuenta con recursos públicos y que en 30 años las autoridades “nunca les han hecho caso” y jamás se les ha tomado en cuenta siquiera para la conmemoración del Día Internacional del Museo.
Quizá porque, por un lado, se pretende ignorar que sus colecciones representan décadas de robar las piezas, tanto las arqueológicas que dijo, fueron sacadas de una cueva mortuoria en Químicas del Rey, como las paleontológicas que también se regulan por el INAH a través de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1972, y a la que, de acuerdo a la paleontóloga Felisa Aguilar, se añadió un candado en 1985, dentro del artículo 28 para proteger los fósiles.
Sobre la presencia de investigadores de la UNAM, Felisa Aguilar dijo que es posible, pero en Coahuila no se tienen informes sobre desarrollo de proyectos ni existen solicitudes o permisos para la extracción de fósiles con fines educativos. De haberlos, el Consejo de Paleontología informaría al Centro INAH.
“ Hasta el momento sólo tenemos un proyecto registrado que se realiza en Ramos Arizpe. Es el único, si hay más desconocemos. Lamentablemente también en la academia falta mucho por hacer… Mientras sigamos pensando que todo es trámite burocrático innecesario, vamos a seguir con estas irregularidades”.
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