Saltillo
Por Grupo Zócalo
Publicado el viernes, 21 de mayo del 2021 a las 15:14
Saltillo, Coah.- En el piso COVID-19 del Hospital General de Zona No. 7 se vivía una situación agobiante, cada día ingresaban más pacientes en condiciones sumamente críticas, algunos de ellos eran compañeros de trabajo. El ambiente era desolador y en los medios de comunicación hablaban del área como “El Piso de la Muerte”. En ese entorno, el 25 de abril del 2020, en la gira del director general Zoé Robledo en Monclova, la enfermera intensivista Nohemí Rivas Sarabia lanzó un mensaje que le dio la vuelta a México: “¡Vamos a salir!”.
La trabajadora de la salud relata que desde la ventana veía junto a sus compañeros el ingreso de algunos funcionarios al conocido “block B”, mientras otros -por razones sanitarias- permanecían afuera, junto con los medios de comunicación.
“¿Qué les podemos decir?” preguntó al personal del área y Axel Balderas le dijo: “Vamos a salir de esta”. Fue entonces que tomó el pintarrón y al no completar de espacio escribió: “Vamos a salir” y lo colocó en el cristal para que desde afuera pudieran apreciarlo.
A un año del suceso, “Mimí”, como conocen a la enfermera, expuso que se trató de un mensaje para el Director General del IMSS y para todos los monclovenses; un mensaje de esperanza y de fortaleza.
Dijo que se trató de una experiencia fuerte: Muchas personas perdieron la vida pero también hubo un gran número de sobrevivientes y nunca perdimos la fe, por eso; “No era el piso de la muerte, era el piso de la esperanza y ese fue nuestro mensaje”.
Aunque fueron testigos de situaciones lamentables también tuvieron vivencias felices, como el egreso de sobrevivientes después de la ventilación mecánica.
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Antes de intubarlos hacíamos oración con ellos. Algunos no salieron pero Dios sabe que hicimos cuánto pudimos”, reiteró.
“Los vamos a extrañar”
Entre los pacientes, había también compañeros de trabajo, muchos de ellos amigos entrañables. En el caso de Nohemí le tocó ver partir a su jefe, el médico internista, Luis Andrés Matali Escobar.
El profesionista estaba muy renuente al tratamiento, un día me pidieron que hablara con él y le dije: “Así como yo le confié la salud de mis hijos porque usted es un excelente médico, así usted crea en mi”.
Trabaja por vocación
Nohemí Rivas Sarabia, es licenciada en enfermería y obstetricia, así como especialista en cuidados intensivos. Tiene 30 años laborando en el IMSS. Reconoce que pudo haberse jubilado durante la pandemia, pero decidió quedarse y formar parte del primer equipo COVID-19 porque consideró que su deber era apoyar en la contingencia sanitaria.
En julio del 2020 también se contagió de coronavirus. Vivió momentos de tristeza y pesimismo; les llegó a pedir a sus hijos que si moría la sepultaran con su uniforme de enfermera y bien maquillada para verse más bonita.
Por fortuna sobrevivió y a principios de agosto regresó al piso COVID-19 para continuar con su misión.
“Ahora somos mejores”
Hizo también un llamado a la conciencia de la gente para que se siga cuidando porque la pandemia no ha finalizado y aunque la vacuna representa un respiro, no deben de confiarse.
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Nunca volveremos a ser los mismos, porque ahora somos mejores”, finalizó.
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