Saltillo, Coah.- “El infierno se me hace chico para lo que vivimos en Arteaga”, opinó Gerardo Montalvo Saucedo, uno de los pocos ejidatarios que se resistió a ser evacuado para poder salvar algunas casas y cabañas de San Rafael.

Sobre la carretera que conecta a Arteaga con Santiago, Nuevo León, decenas de casas quedaron sin techo ni muebles debido al fuego que durante más de 24 horas redujo a cenizas cualquier construcción de madera a su paso.

Las autoridades todavía no cuantifican los daños materiales ni ambientales porque es imposible hacerlo sin un censo, pero en algunas de las casas afectadas se vivieron verdaderos episodios de terror, al grado de que hubo personas dispuestas a morir dentro de ellas.

El caso de Inés Montalvo Saucedo, un adulto mayor de San Rafael, expone la situación, pues, según su hermano Gerardo, “llegó al grado que quería quedarse ahí, entre la lumbre por defender su casa; se desesperó porque su patrimonio se acabó, y verlo es muy difícil”.

Foto: Armando Aguirre

En otro ángulo del mismo siniestro, decenas de saltillenses y regiomontanos enviaron comida y agua suficiente para alimentar a los más de 400 voluntarios y brigadistas que participan en las labores en la sierra de Arteaga, dando muestra de la solidaridad de la que son capaces.

Van más de cinco mil hectáreas devastadas

El incendio que arrasa desde el martes el bosque de la sierra de Arteaga lleva devastadas más de 5 mil hectáreas y sigue fuera de control debido al intenso viento y a la dificultad para el desplazamiento de los brigadistas.

Aun con las condiciones climáticas en contra, en una nueva jornada de combate fue posible lanzar desde helicópteros descargas de agua con químico retardante, que redujo un poco la velocidad con que avanza el fuego.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente de Coahuila (SMA), el incendio forestal activo en La Pinalosa, fraccionamiento campestre en la sierra de Arteaga, afectó 3 mil 500 hectáreas del lado de Coahuila y otras mil 500 en territorio de Nuevo León, en la sierra de Santiago.

Foto: Armando Aguirre

Con información de Diana Martínez y Rosalío González