Más como catarsis que como crítica social, en los días posteriores al fatídico 2 de junio se popularizó la frase “Disfruta lo votado” en descargo de los resultados electorales, como reclamo abierto a aquellos que votaron pensando en un beneficio personal, sin embargo recibirán a cambio perjuicios colectivos y no se dan cuenta o simplemente no les importa.

Obviando la deplorable atención que ofreció por años a los trabajadores de la educación en Coahuila, la jugada de quitar el Servicio Médico al Sindicato y absorberlo Gobierno del Estado, “socializada” esta semana, tiene además un trasfondo político que se puede sintetizar en una oración: le dijeron “disfruta lo votado” a Alfonso Cepeda Salas.

O le dieron una dosis de Disfrutalovotadín por anticipado y sin receta de farmacia.

Como se sabe, pues ha sido publicado en este mismo espacio al menos en media docena de ocasiones, las Clínicas del Magisterio en Saltillo, Torreón, Monclova y Piedras Negras, principalmente la primera de ellas, fueron expoliadas por el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien, usando una red de empresas familiares (junto a su esposa, Iracema Yazmín Garza Ramos, y sus hijos Héctor Hiram y Alfonso, de apellidos Cepeda Garza) y nuevos complejos hospitalarios que fue construyendo a la par de su ascenso en la política nacional, exprimió la demanda de los nosocomios locales y se la llevó vía pases de atención a sus instalaciones como coartada.

El negocio paralelo, se ha dicho antes, está en la subrogación de servicios.

Ante la encrucijada de mantener nosocomios inoperantes, decadentes y precarios, llega un proveedor -de nombre Alfonso Cepeda- a brindar el servicio que ya no pudo -o peor aún, que deliberadamente no quiso- proporcionar la institución obligada. Previo pago millonario, por supuesto. Con recursos públicos, desde luego. Así al “muerto” lo siguen exprimiendo aunque, en los hechos, sigue estando “muerto”. La ganancia es lo único vivo en la trama. A ojos vistos. Con todo el morro. Y con cargo al erario, naturalmente; no es un asunto de filantropía.

Así, de 2018 a 2023, se embolsó una cantidad que ronda los 200 millones de pesos de acuerdo con un ejercicio periodístico individual, por lucrar con 49 mil derechohabientes del Instituto de Servicio Médico de los Trabajadores de la Educación del Estado de Coahuila durante todo el tiempo que permaneció como titular Alejandro Treviño Saldaña, funcionario que llegó al cargo en agosto de 2016 por impulso del entonces secretario técnico del Consejo de Administración, Raúl Humberto Cepeda Garza, del mismo grupo de Cepeda Salas, quien a su vez acaba de ser defenestrado de la Secretaría de Educación en días pasados en el cargo que ocupaba como coordinador general de Educación Normal y Actualización Docente.

El Instituto, para dimensionar, tuvo observaciones por 203 millones 346 mil 539 pesos en la cuenta pública de 2022. O uno de cada 3 pesos ejercidos.

La conversión del SNTE, otrora apéndice del PRI, en un reducto más del régimen Morena-4T, no surgió por generación espontánea sino producto de la relativa libertad sindical que trajo la Reforma Laboral de 2019 respecto a la votación directa por sus representantes, ya no mediante asamblea de delegados.
En esas circunstancias uno supondría florecerían entonces las libertades, el pensamiento crítico y la emancipación, pues las condiciones estaban dadas. Y no sucedió así.

No se quitaron la correa; sólo cambiaron de amo.
Pudiendo ser libres, en el caso de Coahuila, los más de 50 mil trabajadores de la educación participantes, activos, pensionados y jubilados, optaron por ser sometidos (u organizados, según se vea) por una rienda diferente en cuanto al emblema, no así a las formas.

De tal forma eligieron a Icela Licerio Luévano, identificada con Morena-PT, como secretaria general de la Sección 38 del SNTE desde diciembre de 2022 para un periodo de cuatro años.

Hilda Licerio, diputada electa por el distrito 8 federal (nuevo y chairo por excelencia, con cabecera en Ramos Arizpe) es otra posición del sindicato magisterial que acomodó.

Cortita y al pie

Cepeda Salas, por su parte, como equilibrista bailó a dos pistas: la estatal y la federal, hasta que ya no pudo alternar ambas. En la víspera de las elecciones de 2024 se decantó abiertamente por Morena, quien lo premió -como el manual del sindicalista ordena- con un escaño en el Senado por la vía plurinominal.

Aunque previamente había hecho labor partidista, “méritos”, como movilizar maestros para la retahíla de mítines absurdos que convocó la Presidencia, para conmemorar la expropiación petrolera, o cualquier arrebato emocional del autócrata que porta la banda presidencial.

Inclusive, en todas las visitas de Claudia Sheinbaum a Coahuila, cinco en total durante el último año, siempre ha existido un lugar de preferencia para él en el pódium de los eventos, y acarreo corporativo para ella de su parte tras las vallas.

En noviembre próximo acaba su periodo de seis años al frente del SNTE. Si le sirve al régimen, como es previsible, el arteaguense (miembro de la Sección 38 desde 1983, además de ser Secretario General de la misma en el periodo 1995-1998) será ungido por otro sexenio más como sucesor vitalicio de Elba Esther Gordillo.

La última y nos vamos

Mientras Gobierno del Estado aplica una política de absorción y toma el control a manera de rescate de la Feria Saltillo, Clínicas de Magisterio, más lo que se acumule en la semana, existen visos de reorganización magisterial en la entidad, cuyo esquema data de 20 años atrás, previo al nuevo ciclo escolar 2024-2025.
Cepeda Salas, en esa dinámica, queda fuera del círculo de intereses.

Ahora bien, ¿y del Ayuntamiento de Saltillo donde factura millones con la sociedad mercantil Alheira Servicios Hospitalarios (alrededor de 3 millones de pesos mensuales producto de 20 comprobantes fiscales en promedio) de Cepeda Salas, también va para afuera?