Hay que tener cuidado al revisar los resultados del Índice de Competitividad Urbana 2020 del IMCO, porque no permiten un ejercicio comparativo tan directo entre las distintas ciudades; por eso, los autores tienen la precaución de separarlas por tamaños, aunque el primer grupo, el de las urbes con más de un millón de habitantes es demasiado disperso, si se considera que en él caben megápolis como la Ciudad de México y su zona conurbada; Monterrey o Guadalajara, que tienen muchas veces más población y recursos que la Comarca Lagunera, que no supera por mucho el millón de habitantes.
Colocada así, en ese grupo, es prácticamente imposible que se sitúe en el primer lugar de competitividad, como sí le pasa a Saltillo o a Piedras Negras, que son las más competitivas dentro de sus grupos: el de ciudades con menos de un millón y más de 500 mil habitantes en el caso de la capital coahuilense y; el de ciudades con menos de 250 mil en el caso de Piedras.
Sin embargo, eso no quiere decir que los laguneros nos debemos resignar a ocupar el lugar 13 (en un grupo que está conformado por las 15 más grandes urbes del país); sino que debemos atender aquellos rubros que nos permitan incrementar la competitividad de nuestra región.
Como hemos vuelto a constatar en fechas recientes, el primer gran reto que debemos enfrentar en La Laguna es la coordinación entre autoridades de dos estados y, por lo menos, cuatro municipios: Torreón y Matamoros de lado de Coahuila; Gómez Palacio y Lerdo por la parte duranguense. Enfrentamos realidades demasiado próximas como para querer resolver cada desafío de manera aislada, sin la colaboración de todos. Por eso, hay que trabajar bajo la idea de que siempre habrá algo más que hacer para lograr, cada vez, una mayor integración de la Zona Metropolitana.
Debemos recordar que para 2021, a pesar de los tiempos de gran crisis que estamos viviendo, le otorgan más del doble del presupuesto de este año a las obras faraónicas del Presidente, mientras recortan 8% de los recursos que llegan a nuestra entidad, incluida la
desaparición de los Fondos Metropolitanos, que permitían la realización de obras destinadas, precisamente, a mejorar la competitividad de nuestra región. No podremos contar entonces con esos tan importantes recursos.
Y, sin embargo, nuestra convicción debe ser seguirle apostando a mejorar como metrópoli. ¿Qué áreas son susceptibles de mejoría? De acuerdo con el Índice, debemos atender, y con urgencia, dos rubros: Aprovechamiento de las relaciones internacionales, en donde ocupamos el lugar 15 del grupo de ciudades con más de un millón de habitantes, con una nota “baja”; y el de Innovación y sofisticación de los sectores económicos, en donde también estamos en el sitio 15, pero con una nota “media baja”.
La buena noticia es que ya existe un plan estratégico, elaborado por el despacho Mackenzie, gracias al impulso del empresariado lagunero, que precisamente tiene como propósito atender el tema de la competitividad de la Comarca y justo en los rubros señalados.
Los laguneros necesitamos, ahora, poner dicho plan en acción y no hay tiempo para perder. No tengo duda de que juntos, con nuestro trabajo y nuestro corazón puestos en el desarrollo sustentable de nuestra región, lograremos una Comarca Lagunera más competitiva.
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