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El cambio climático -el mismo en el que algunos gobiernos no han creído- está mostrando ya su rostro. Recién, los habitantes de la ciudad de Houston, Texas, habían recibido una alerta por posibles vientos y lluvias. 

Aunque la probable contingencia era esperada en determinada hora, el fenómeno natural se convirtió en una pesadilla para los residentes de la ciudad al adelantarse a lo previsto por el sistema meteorológico.

Hay que recordar que mayo es un mes de actividades escolares que corresponden a cierre de año, culminación de estudios, graduaciones, en fin, fechas de gratas convivencias. 

En eso estaba un grupo de pequeños que terminan su instrucción primaria, quienes como despedida las mamás organizaron un convivio en un salón de fiestas.  Era aún temprano y las señoras esperaban concluir mucho antes de que el clima cambiara.

No hubo tiempo para terminar el festejo -me comentaron- todo fue muy rápido. Se desató el caos.  Truenos, apagones, lluvia, aironazo. Por supuesto, niños asustados gritando, llorando.

Mamás tratando de buscar la mejor protección para los niños. Mantenerlos reunidos y calmarlos. Algo que parecía muy difícil ya que, al intensificarse los truenos, los pequeñitos asustados, gritaban más. Y estaban sin luz.

Después de haber vivido unas horas de verdadera angustia pudieron regresar a casa sanos y salvos.  Al día siguiente y ya en su salón de clases compartieron su experiencia.  Una de las niñas -cuando le preguntó la maestra si la habían asustado los truenos- le dijo que sí y mucho “pero me puse a orar y le pedí a Dios que nos protegiera a mi familia, a mis amigos y a mí y recé el Ángel de la Guarda para que nos cuidara a todos”.

La oración -pensé- la mejor forma de acercarnos a Dios en momentos difíciles; la que nos da tranquilidad y nos ayuda a enfrentar cualquier problema. Cada persona tiene sus propias oraciones y me conmueve el gesto de una pequeña que recurrió a Dios y a su Angel de la Guarda buscando protección, no solo para ella sino para todos los que imaginó estaban angustiados como ella lo estaba.

Eso significa que hay padres que se están preocupando en la formación de sus hijos, algo que es cada vez más difícil de encontrar en una sociedad que le está dando más importancia a lo material y no a los sentimientos.

Un ejemplo sencillo pero que invita a la reflexión.  Una pequeña, que, a pesar de su propio temor ante una circunstancia ocasionada por un fenómeno natural, se preocupó por su familia y sus amiguitos.  Además, su fe en Dios, fue superior al miedo a la tempestad.

Eso se necesita, trabajar más en familia, con nuestros niños.  

Quedan pocos días para acudir a las urnas y elegir a quien consideremos la mejor opción para gobernar este país, nuestro maravilloso pero muy lastimado México.

La iglesia, a través nos pide orar mucho por nuestro país para que el mal, que ha penetrado en nuestras comunidades, se aleje y vuelva la paz a México.

Un daño que por ambición se ha ido extendiendo a buena parte de nuestras ciudades.  Ambición enfermiza por un poder que se ha ejercido sin importar el ser humano, su propio sufrimiento ante el dolor por la pérdida de seres queridos.

Quien ejerce el poder debe servir, no servirse ni apropiarse de nada que no le pertenezca.

Robar, mentir, engañar equivale a traicionar. Traicionar la confianza de aquellos que creyeron en las palabras de un resentido. Victimizarse desde una tribuna acusando a otros de sus propios errores y traiciones, es inaceptable.

Se ha pretendido desviar la atención de lo que realmente ha estado ocurriendo, es decir, el avance de la violencia no ha sido por error. ¡Por supuesto que no! todo estaba pactado con grupos fuera de la ley, y los compromisos con los criminales tenían que cumplirse.  

Así que, si no está convencido por qué opción va a votar, lo invito a que reflexione y decida.  Hágalo con conciencia.