La Presidenta de México, doctora Claudia Sheinbaum, hace algunos días anunció su programa de vivienda mediante el cual se tiene proyectado construir y vender un millón de viviendas a lo largo y ancho del país.
La industria de la vivienda es un detonante importante para el crecimiento y desarrollo de cualquier economía, la inversión que se puede realizar tanto en material como en mano de obra convierte a la misma inversión en generadora de más inversión, no únicamente para ese sector industrial, sino para toda la economía.
Construir un millón de viviendas es una acción de Gobierno excepcional, que además de generar crecimiento económico logrará generar desarrollo para las familias y economía mexicana, debido a la facilidad con la cual se podrán acceder a estas viviendas, con precios que van desde los 700 mil hasta el millón 200 mil pesos.
Durante 2023, según datos oficiales, se construyeron 131 mil 48 casas habitación, para lograr que la industria de la construcción generara poco más de mil 500 millones de pesos al PIB nacional, representando cerca del 6%. Cifra que ha representado la cantidad más baja de inversión en los últimos 8 años, según el Registro Único de Vivienda, pues para 2015 se edificaron poco más de 301 viviendas.
Más allá de mencionar los motivos, como lo es la inflación y el deterioro real en el salario de los trabajadores, que ocasionaron la baja en la construcción de viviendas, es más interesante e importante señalar que en un principio el programa de vivienda del nuevo Gobierno federal es un acierto, sin embargo, el mecanismo, que hasta el momento han mencionado podrá generar un efecto negativo en nuestra economía, pues el mismo programa intentará que sea el Gobierno quien construya las viviendas, las cuales, por cierto, serán financiadas con recursos públicos, que bien podrían ser invertidos en otras obras como carreteras, hospitales, medicinas, escuelas y más. Y la inversión que se realizará no generará un círculo virtuoso de consumo, ahorro, inversión y crecimiento económico.
Es cierto que el mercado de vivienda, como cualquier otro mercado, requiere de la intervención del Estado, de acuerdo con las teorías keynesianas, que bien podrían ser las opuestas a las neoliberales, sin embargo, el mismo Estado, y ha quedado demostrado que no puede ser la economía ni el actor principal de la misma economía.
En un sistema económico como el que vivimos, el Gobierno debe de buscar la redistribución del ingreso, combatir la desigualdad social y reducir la brecha socioeconómica con acciones que generen a la vez dinamismo y crecimiento económico como lo son los subsidios.
Definitivamente, construir un millón de viviendas es una acción de Gobierno que beneficia a los mexicanos, tanto para quienes adquirirán una de ese millón como para quienes no, sin embargo, lo que no ayuda es que el Gobierno vaya más allá de la intervención en el mercado para convertirse en el mercado.
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