Coahuila
Por
Luis Durón
Publicado el sábado, 16 de septiembre del 2023 a las 07:00
Saltillo, Coah.- El grito de independencia se ahogó en Coahuila, los insurgentes desconocían el clima extremo del desierto, días infernales y noches frías, eso disminuyó su capacidad de reacción.
Confiados, abrazaron al enemigo en Acatita de Baján creyendo que eran sus aliados, pero fue una emboscada en la que el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, y el resto del ejército insurgente, fueron apresados por los conservadores.
El historiador Lucas Martínez Sánchez, director del Archivo General del Estado, relató en su libro Hidalgo y los Insurgentes en la Provincia de Coahuila, la relevancia de Saltillo y Ramos Arizpe durante la primera etapa de la lucha de Independencia.
“ Fueron espacios de coyuntura en el paso de los insurgentes, ellos no tenían una estrategia tan elaborada desde que salieron de Dolores, no era una estrategia que tuvieron desde un inicio, la fueron armando en el camino”.
También fue en Saltillo donde se nombra como jefe de las fuerzas insurrectas al general Ignacio Allende, quien estuvo al mando por siete días hasta que fue apresado.
El general Allende ordenó a las tropas insurgentes que emprendieran el camino al norte por el Camino Real de Tierra Adentro, el cual conectaba la Villa de Saltillo con Texas, el objetivo era llegar a la frontera con Estados Unidos.
“ Ya con una idea al acercarse al norte, una idea casi geopolítica, vamos al norte porque ahí está la frontera con Estados Unidos y podemos, a norteamericanos, franceses o ingleses, comprarles armas, ellos (los insurgentes) traían un caudal muy importante en barras de plata, en oro, en bienes que les pudo haber permitido comprar mucho armamento”.
Los insurgentes llegaron a la Hacienda de Santa María, ahí pernoctaron el domingo 17 de marzo de 1811, emprendieron el camino al norte, rumbo a Monclova, llevaban cuatro días de trayecto, cuando llegaron a Acatita de Baján ahí fueron sorprendidos por las tropas virreinales.
“ Los sorprendieron en Baján, en la confianza que ellos tenían de que había un gobernador insurgente en Monclova que los estaba esperando y otro en la lejana Texas que estaba avisado que ellos iban”.
Las tropas reales no superaban los 250 hombres, mientras que los insurgentes eran más de mil, pero los aliados de la corona española tuvieron dos ventajas, esa confianza de los insurgentes de que ya los esperaban y las condiciones climáticas, iban cansados del viaje, sedientos, lo que querían era llegar a la noria.
“ En una lomita, en la lomita de Baján, formaron una valla y conforme iban llegando los carros y los que iban a caballo, veían la valla pensando que era para recibirlos; con el calor de aquella mañana lo que querían era llegar a las norias para tomar agua, y a medida de que van dando a la lomita, los fueron apresando”.
“ Fue ahí, en ese lugar, que el Padre de la Patria fue apresado, lo mismo pasó con el resto de los líderes insurgentes, Ignacio Allende, Mariano Jiménez, Mariano Abasolo y Juan Aldama, capturados en la emboscada.
Fue el 21 de marzo de 1811 que el grito de Independencia se ahogó en el desierto de Coahuila, la sed y el exceso de confianza llevó a los insurgentes a su primera derrota en una guerra que se extendería por 10 años más.
Miguel Hidalgo y el ejército insurgente estuvieron en la entonces Villa de Saltillo alrededor de 11 días, fue en esta ciudad donde rechazaron el indulto que les ofrecía el virrey
español.
Tanto el Padre de la Patria como Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y Mariano Abasolo señalaron que no aceptaban el indulto debido a que no eran unos criminales, al contrario, su objetivo era la libertad de la nación.<
En Acatita de Baján, el Padre de la Patria fue apresado en una emboscada, también Ignacio Allende, Mariano Jiménez, Mariano Abasolo y Juan Aldama.
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