Hace siete años, en enero de 2016, gracias al espacio dado por Sylvia Georgina, por aquella época parte de Zócalo, comencé a publicar en este espacio semanalmente. Alrededor de cincuenta publicaciones al año que me permitieron compartir con todos ustedes parte de mis fascinaciones intelectuales.
En principio como recomendaciones de álbumes de música clásica, desde aquel primer texto sobre los estudios para piano de Philip Glass, hasta compositores más conocidos como Bach o Beethoven. O también sobre autores menos explorados como Eliott Carter o Rautavaara, que considero esenciales para ampliar nuestro panorama sonoro. Luego, el espacio en este periódico me permitió tratarlo como un escaparate de divulgación musical o de reflexión artística, así como de insignificantes relatos que deseaba compartir con ustedes.
Tal es el caso de textos sobre lo que consideramos arte o no, o relatos como el de un hombre que encuentra una colección de vinilos en una librería de viejo. Un espacio que fue variando según mis propios caminos. Si embargo, de un tiempo para acá había sentido la necesidad de tomarme un tiempo para nutrirme sin pensar en la publicación en turno.
Es por ello que he tomado la decisión de dejar este espacio que Zócalo me ha dado. Gracias siempre e los editores del periódico, en especial a Christian García que semana a semana recibía mis textos y los incluía en la tirada de fin de semana. Muchas gracias a mis lectores que en silencio me han leído a lo largo de estos años. Recuerdo con afecto al maestro Guillermo Portillo Zugazty quien invariablemente, en su proverbial bonhomía y agradable charla, me comentaba alguna de las publicaciones hechas por un servidor. Algunos más, que en lo privado me compartían sus impresiones sobre lo compartido y expresado en este espacio.
Muchas gracias por la amabilidad de su lectura. Por supuesto que seguiré creando contenido a través de los diferentes medios que me son conocidos. Sean los podcast de Sala Prisma en todas las plataformas digitales, el programa de Molinos de Letras de Radio Concierto, sábado a sábado; los cursos que realizo semestre a semestre y que Christian tiene la amabilidad de ayudarnos en la difusión y por último en mi espacio en la revista ProÓpera, donde realizo crítica musical de las puestas en escena que he tenido oportunidad de presenciar. Muchas gracias a todos ustedes y mis mejores deseos para sus vidas. Hasta una próxima oportunidad.
Feliz año 2024.
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