Vida
Por Grupo Zócalo
Publicado el miércoles, 28 de septiembre del 2022 a las 18:47
Ciudad de México.- Una de las prácticas más comunes entre los mexicanos luego de vivir una experiencia impactante es el famoso “bolillo pal’ susto”, ya que de acuerdo con la tradición heredada por abuelos y padres, este ayuda a minorizar los posibles efectos negativos que se desencadenen en el organismo como la bilis.
En sismos, choques o asaltos nunca faltará alguien que lo mencione o incluso te ofrezca una pieza de pan. Es algo automático, aunque ¿alguna vez te has preguntado si esto realmente sirve?
Experto aclara si los bolillos realmente sirven para el susto
De acuerdo con Eduardo Calixto González, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuando las personas nos enfrentamos a una situación amenazante o de gran estrés, el sistema nervioso activa un mecanismo denominado como ‘simpático’, el cual tiene la finalidad de darnos las herramientas necesarias para preservar nuestra vida e integridad.
Este proceso nos ayuda a correr más rápido o saltar más alto, aunque también acelera el metabolismo.
“ Hay un cambio neuroquímico inmediato de mayor liberación de adrenalina por parte del cuerpo; noradrenalina en nuestro cerebro”.
La liberación de adrenalina implica un aumento del torrente sanguíneo al cerebro en cinco por ciento, pasando de 20 a 25, lo que significa una exigencia mayor al consumo de glucosa desde el hígado.
Acorde a lo declarado por el experto en neurociencias, el bolillo y cualquier otro alimento otorga rápidamente la glucosa que el cerebro está demandando, lo que brinda una sensación de mejoría. No obstante, detalló que esto solo aplica para personas en situaciones especiales como ayuno prolongado. Otros alimentos que otorgan glucosa son harina, un pastel, dulces o refresco.
¿Los sustos desencadenan diabetes?
Otro de los mitos que Eduardo Calixto aclaró es la relación de los sustos con la diabetes. Declaró que las personas diabéticas no le deben el detonante de su enfermedad a un susto, por los que no es necesario limitar el consumo de alimentos azucarados luego de una sorpresa.
Con información de Milenio
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