¿No has besado a otra persona, no sales con nadie más, pero tu pareja cree que sí lo haces? ¿Si te marca y no le contestas tendrás 20 llamadas en menos de 10 minutos, si estás en línea y no le escribes se molesta o si no le mandas mensajes románticos todos los días, se enoja si le das like a la publicación de otra mujer (u otro hombre), siempre quiere ver tu celular para ver quién te escribe, etc.? Aunque se aman, este trato te está asfixiando.

Los celos descontrolados es un gran problema porque en el fondo la persona tiene miedo que la abandones, pero paradójicamente busca pretextos para sabotear la relación. Es sábado por la noche y todo está bien, acaban de hacer el amor, están viendo una película juntos y suena tu celular, tú decides no responder porque no te interesa otra cosa que estar con ella (o con el), pero insiste en que cheques quien es. Al negarte porque lo consideras pérdida de tiempo empieza la discusión, cree que tu amante te está buscando.

Se desata una discusión quiere revisar tu celular, te niegas no porque tengas algo que ocultar, simplemente porque te ofende que desconfié de ti, además tu no checas su celular. Empiezan los gritos, los insultos y de un momento agradable se torna una discusión y te vas a otro cuarto o te sales de la casa porque el pleito ha llegado a ser tan fuerte en ocasiones que no quieres que rompa cosas, o se falten el respeto. Al alejarte refuerzas sus ideas de que te llevaste tu teléfono para comunicarte con la otra persona.

El cerebro de una persona celosa no deja de pensar, cuando hay un detonante como el ejemplo anterior, se vuelven detectives y pasaran horas, incluso días para “comprobar” que estas siendo infiel. Espera a que te duermas, o vallas al baño para revisar tu celular. Lo triste es que aunque no encuentre nada, no se queda conforme porque piensa que ya lo borraste. En el fondo no quiere hallar evidencia de infidelidad, pero no confía en el amor.

Cuando era niña (niño) su padre abandono a su madre por una mujer más joven o el papa nunca se hizo responsable no convivía con ellos y su madre se la pasaba hablando de que los hombres mentían y traicionaban. En otros casos su mama tuvo un hijo con un hombre casado, así que casi no convivía con la niña(o niño). También puede ser que mama los abandono o falleció generando el mismo efecto de inseguridad: la persona que te ama se ira de pronto, no confíes, tienes que retenerlo(a).

En otros casos el padre si se quedó en el matrimonio pero trabaja en otra ciudad, o de lunes a domingo, o siempre pedía tiempo extra, la madre siempre estaba ocupada cuidando a un familiar o resolviendo los problemas de sus hermanos, padres, amigas, etc. Si hubo una infidelidad por parte de alguno de los padres aunque se quedaran juntos y nunca se trabajó está herida con algún terapeuta, es un daño con el que la hija(o) creció y va a desconfiar de su pareja aunque nunca ha sido infiel.

También hay casos donde ocurrió una sola infidelidad hace muchos años, lo hablaron, lucharon por sacar adelante la pareja y la familia por el amor que se tenían, pero nunca sano la herida del todo. Aunque le has demostrado a tu amada(o) que estás haciendo las cosas bien, cualquier detalle le recuerda el pasado. Es que tenemos la creencia de que “el tiempo cura todo” y no es así, son las acciones que tomamos las que nos dan paz y libertad.

Perdonar una infidelidad no es fácil, implica volver a confiar en la pareja, pero la mayoría de los casos no estoy enojado o triste por lo que hace mi esposo(a), sino por todo el pasado de traiciones y abandonos, por las veces que me fallaron la gente en que más confiaba. Las heridas ocurridas en los primeros 12 años de vida son inconscientes en su mayoría, en realidad no me acuerdo o no me di cuenta de lo mucho que me afecto, pero mi novia(o) si sufre las consecuencias.

En muchos casos es tanto el acoso que ocurre lo que no queríamos, se termina la relación. Los invito a revisar su caso en el consultorio para superar esta crisis. No se desespere siga luchando por su relación pero con conocimiento.