La frase a la que más recurrió Donald Trump en su campaña como candidato republicano para la Presidencia de Estados Unidos es la misma que utilizaba en su programa de televisión The Apprentice de la cadena NBC y que exclamaba a todo pulmón: “You’re are fired!”. A partir de hoy, 5 de noviembre, día de las elecciones en Estados Unidos, sabremos si efectivamente Trump está despedido o no. Todo parece indicar, hasta el momento, que la vicepresidenta Kamala Harris será la primera mujer de origen afroamericano y de ascendencia india que llegará a la Presidencia de su país. Yo siempre intuí que iba a ser así. Lo deseé tanto que no puedo creer, en estos días, que mi deseo se convertirá en una realidad.
El lazo que me une a Kamala es el haber ido a la misma secundaria, en Montreal, Canadá: Westmount High School. He de decir que fuimos en épocas distintas, pero las dos éramos adolescentes. Shyamala Gopalan, madre de dos hijas, divorciada, que trabajaba en el Hospital General Judío en la especialidad de cáncer de mama y daba clases en la Universidad McGill, inscribió a Kamala en 1978, en donde permaneció hasta 1981. A ella no le gusta hablar mucho acerca de esa temporada, no fue hasta que se lo contó en un encuentro con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
En el anuario del Westmount High School de 1981, año en que se graduó, Harris describe su pasatiempo favorito como “bailando con el grupo de danza” que ella misma fundó con su amiga Wanda Kagan llamado “Midnight Magic” (“Magia de Medianoche”). Cuando evoca sus años en Montreal, se recuerda bailando junto con Wanda en centros comunitarios para recaudar fondos para su grupo. “Mi hermana Maya y yo tuvimos muchas amigas tanto en Quebec, como en Montreal, e incluso aprendimos algo de francés. A mí no me gustaba ese idioma, solía bromear y decir que me sentía como un pato porque todo el día en nuestra escuela nueva me la pasaba diciendo: ¿Cua? ¿Cua? ¿Cua? (la pronunciación en francés de ¿qué?). Afortunadamente, nos fuimos a vivir a Montreal, y entramos a estudiar en el Westmount High School, donde no se enseñaba francés. Allí conocí a mi amiga Wanda a quien todavía veo con cierta frecuencia”.
El periodista Ian Austen del New York Times cita lo que Harris escribió en su autobiografía acerca de ese periodo: “Me acostumbré a los inviernos crudos y a estar lejos de mi familia que se quedó en California. A lo que no me acostumbré fue a sentirme nostálgica por mi país. Tenía una sensación constante de nostalgia por regresar a casa”. Con Wanda forjaron una amistad muy estrecha: cuando Wanda Kagan le dijo a Harris que su padrastro abusaba sexualmente de ella, Harris hizo que se mudara al apartamento de su familia en un vecindario de clase media. “No sólo me recibió en su casa”, afirmó Kagan. “Ese es el lado humano que tiene, ese lado de empatía que la hizo ser compasiva y percibir que algo me pasaba”.
Volvamos a las elecciones presidenciales, de las cuales hoy no tendremos los resultados definitivos, pero pronto conoceremos quién finalmente será el o la próxima presidenta de Estados Unidos. Hoy leí el editorial del diario francés Le Monde, el cual me llamó particularmente la atención por sus puntos de vista muy diferentes a todos los que he leído en estos días. El editorial se pregunta por qué el Partido Republicano no precipitó el final de la carrera política de Donald Trump, después del 6 de enero de hace cuatro años cuando instigó a sus seguidores a entrar a la fuerza al Capitolio por no aceptar que había perdido con Biden: “Negar los resultados de esta elección se ha vuelto su primer mandamiento, en un perpetuo autoculto a su personalidad”. Igualmente el diario se pregunta en este mismo artículo cómo es posible que ninguno de los republicanos le pusiera un alto a Trump, sabiendo que había perdido las elecciones con Biden. He allí una muy buen crítica contra Trump y su partido. Otra de las reflexiones que hace Le Monde es que Biden tardó demasiado para tomar una decisión en cuanto a su posible retiro, lo cual causó que Kamala tardara en surgir como candidata demasiado tarde. Todo esto ha contribuido a que el modelo de democracia norteamericana parezca más débil, incierto y vacilante.
Dicho lo anterior confiemos en que Kamala Harris llegue a la Presidencia.
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