De buena gana, hace algunas semanas el periodista Carlos Loret de Mola se permitió, en una de sus columnas editoriales que tanto han incomodado al régimen de la 4T, sugerir a la próxima presidenta Claudia Sheimbaum, sacudirse a López Obrador, aconsejándole que una vez que tome las riendas del Estado, que incluyen la lealtad del Ejército mexicano, el control de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y de la Fiscalía General de la República (FGR), amague al ya expresidente, con la amenaza de abrirles una verdadera investigación a sus hijos, obligándolo con esto a no de entrometerse en su vida y Gobierno.
En su mensaje, el periodista le ofreció todas las pruebas que tiene contra ellos, para que, si se siente amenazada por AMLO, pueda usarlas como instrumento de presión, y con esto, arrancarle el respeto que evidentemente hasta hoy no tiene. Loret de Mola, para llegar a esta conclusión, hizo referencia a que, por consecuencia de los resultados de la elección que recién termina, en la que pareciera que a los mexicanos poco nos importa si en nuestro país los principios democráticos fueron observados en tales comicios; desde entonces el aún presidente de México, ya sin tapujos, burla cualquier norma que le impida actuar como un verdadero dictador, aunque esa misma conducta afecte a su sucesora, a la que él mismo impuso e hizo ganar en una supuesta elección arrolladora.
Y es que, antes de marcharse el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la conferencia mañanera posterior a la jornada comicial del 2 de junio pasado, presumió que obligaría a Claudia Sheinbaum a promover y aceptar un paquete de reformas en la que se incluía la que debilita y cambia al Poder Judicial, lo que así está sucediendo; esto a pesar de que esta acción significa el sometimiento de la futura gobernante a su voluntad, lo que le dejará bastante desacreditada y desprestigiada.
Por si lo anterior fuera poco, indicio de que el eterno Presidente saliente no tiene la mínima intención de dejar que Claudia Sheinbaum pueda gobernar con independencia de decisiones, él mismo, haciendo alarde de su enorme poder político, hace días le amenazó públicamente, advirtiéndole que en cualquier momento podrá ejercer su derecho a disentir desde su rancho, en Palenque, Chiapas, si es que algo de lo que ella haga o diga no le gusta o no le parezca correcto.
Así pues, por andar de acomedido, esta misma Unidad de Inteligencia Financiera, ahora investiga a Carlos Loret de Mola, a su esposa Berenice Yaber, Víctor Trujillo y Latinus, medio en donde estos laboran. Lo anterior se dio a conocer como una filtración bastante oportuna, que apareció en otra columna editorial que publicó la periodista Peniley Ramírez, en el periódico Reforma. Según lo dicho por la columnista, la UIF envió oficios ya a todas las casas de bolsa, de cambio, bancos y sociedades financieras, solicitando información sobre estos personajes, para imputarles algún delito.
Es evidente que esta investigación ha sido ordenada desde Palacio Nacional y tiene como único objetivo asegurar no sólo que estos, sino que a nadie se le ocurra nunca más, tratar de abrirle los ojos a la nueva Presidenta. O lo que es lo mismo, que eso no les pase por andar de acomedidos.
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