Por: Joel Martínez
El tipo de cambio en México casi nada tiene que ver con los procesos políticos internos del país, gran parte de sus movimientos están asociados a la política monetaria de los países desarrollados, particularmente la del Banco de Japón (BoJ).
Este fenómeno empezó en julio de 2024 con el perfilamiento del BoJ para abandonar su política monetaria ultralaxa.
El problema es que coincidió con el periodo postelectoral en México: resultado de las elecciones, dictamen de la mayoría calificada para la coalición oficialista, reforma al Poder Judicial, etc.
De hecho, de julio a la fecha, la correlación entre el tipo de cambio yen vs. dólar (JPY/USD) y peso mexicano vs. el dólar (MXN/USD) es de -0.88. Esto es que cada que se deprecia el yen, el peso se aprecia casi en la misma proporción.
Esta correlación negativa existe desde julio, cuando se materializó el abandono del banco central japonés de su política monetaria ultralaxa.
Miremos un poco más atrás: el BoJ mantuvo su tasa de referencia negativa desde julio de 2016, específicamente en -0.10 por ciento.
Además, controlaba la tasa del bono de 10 años, la tenía en +0.10% comprando casi cuanto papel necesitara en operaciones abiertas de mercado.
Obvio, pagaba con emisión primaria de dinero, este sí que era un Quantitative Easing (QE) infinito.
Las tasas tan bajas en Japón generaban un arbitraje (yen carry trade) en el que se contrata crédito en yenes para invertir en monedas líquidas con rendimientos altos.
Una de las divisas preferidas para invertir es el peso mexicano, porque es la moneda emergente más líquida (ya no consideramos a China en ese grupo) que opera las 24 horas del día los siete días de la semana, en el mercado Forex.
En México hay arbitrajes internacionales con Cetes de muy corto plazo, con posiciones largas en el mercado de futuros y con swaps en el mercado cambiario (llamados swapitos).
Los swapitos mecánicamente son la venta de dólares con liquidación el mismo día y la compra de los mismos dólares, pero con valor 48 horas.
El diferencial entre la compra y la venta de la divisa “arma” una tasa en dólares atractiva, por el nivel tan alto que tienen los rendimientos en pesos.
La tasa de retorno del swapito es lo suficientemente atractiva para lo que se paga por el financiamiento.
Por meses y meses, este arbitraje existió y acumuló saldos muy altos de manera permanente.
Justo es lo que explicaba que el tipo de cambio en México cayera hasta 16.50 pesos por dólar, o menos, de manera frecuente.
Pero todo dio un vuelco cuando se empezó a perfilar la salida del BoJ de su política monetaria ultralaxa.
Sin embargo, se ha buscado un proceso ordenado:
– En el comunicado del 19 de marzo de 2024, se abandonó la tasa de referencia negativa.
– En el comunicado del 14 de junio, el BoJ prometió que presentaría una estrategia de salida del control de la curva, previa consulta con el mercado.
– En el comunicado del 31 de julio, subió la tasa en 15 puntos base (pb) a 0.25% y anunció un cronograma para reducir sus compras de bonos hacia el primer trimestre de 2026.
Las especulaciones sobre posibles aumentos rápidos de la tasa de referencia y la liberación del control de la curva empujaron oleadas de apreciación fuerte del yen frente al dólar.
Del 10 al 31 de julio, el yen se apreció 7.11%, al pasar de 161.7, a 150.2 yenes por dólar.
Arrasó con los arbitrajes en swapitos, la tasa en dólares ya no era suficiente para comprar los yenes que se encarecían.
El vínculo del yen carry trade con pesos mexicanos es tan fuerte que los traders de arbitrajes internacionales han reportado que, si el JPY/USD cae dentro de 140, es probable que se produzcan reversiones de arbitrajes que empujen el tipo de cambio en México al alza.
Ha sido un grave error asociar las subidas del tipo de cambio con fenómenos políticos locales.
El evento más notorio fue cuando se aprobó la reforma judicial y el tipo de cambio se desplomó en lugar de tener un repunte violento, como lo esperaban muchos.
Y para muestra, ese día coincidió con eventos favorables para el peso, debido a noticias de Japón.
Ojo, porque hacia adelante, esta correlación seguirá.
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