Saltillo.- Quizá las drogas surtieron efecto, quizá las ganas de fingir ser un buen prospecto se le terminaron, quizá nunca dejó de ser el hombre violento que estuvo en prisión, lo cierto es que un día, después de 7 meses de relación, Pablo “N” comenzó a golpear a su novia al punto de quererla matar con un mazo.

Teresita logró huir ese 27 de abril para salvar su vida, pero desde hace tres meses vive con miedo, amenazada, acechada, recibiendo llamadas de distintos números, siempre con la misma promesa: te voy a matar.

Huyen de la violencia

La joven madre y sus cinco hijos han tenido que dormir en hoteles, en refugios, en casas de amigos y familiares para que el trailero de 36 años no los encuentre y los haga protagonistas de otra historia de terror.

“ Fueron golpes con el puño cerrado, con la mano abierta, con objetos, me jaloneó de la cabeza, me azotó contra el vidrio, y en una de esas se acerca al lado del chofer y saca un mazo, y me dice que me va a matar y me va a desfigurar la cara”, relata.

“ Cuando él me suelta el cabello para agarrar el mazo yo abro la puerta del tráiler y él, de una patada, me avienta desde arriba del tráiler”.

Tienen que esconderse

Teresita de Jesús Sánchez puso la denuncia en el Centro de Justicia y Empoderamiento para la Mujer, pero la orden de restricción tardó en llegar; y aunque hay una orden de aprehensión en contra de Pablo, él transita libre por las calles, mientras Teresita y sus hijos tienen que esconderse.

“ Después de eso siguen ocurriendo hechos nuevos de violencia, me golpeaba, me salía dondequiera que yo estaba, dañó mi vehículo, me robó la factura de la camioneta, me robó la llave, me robó herramienta, me robó celulares de mis hijos, tuve que bajarlo de mi camioneta con policías”, afirma.

Vivir con miedo

Y es que, el miedo la hace desconfiar, no quiere ser otra víctima de feminicidio que deje en orfandad a cinco niños de 14, 12, 11, 7 y 5 años; se siente sola y busca que el Consulado de Nuevo Laredo le consiga refugio en Estados Unidos.

“ Vivir con miedo no es vivir, y eso de estar huyendo como si yo fuera la de los delitos, tampoco, a fin de cuentas a los que más estoy perjudicando es a mis hijos, porque anoche realmente nos salimos y dormimos fuera, cada que pasa algo dormimos fuera, hemos dormido en el monte, hemos dormido en la tapa de la camioneta o agarramos carretera, y eso no es vida”, expresa.

“ Simplemente un día va a cumplir lo que dijo, y todo va a quedar en puros papeles”.

Amenazas cumplidas

“ Hubieron amenazas de ‘te voy a incendiar la camioneta, te voy a matar, te voy a desfigurar la cara, voy a hacer que te quiten a tus hijos, que te quiten la casa’, y poco a poco las fue cumpliendo”.

El miedo la hace desconfiar

Pablo hizo llamadas anónimas a la Pronnif denunciando a Teresita por maltrato y abandono; le sembró droga y logró que la Policía fuera a catear su domicilio; vendió la factura de su camioneta y ahora la tiene que esconder para que no se la quiten.

Debido a la gravedad de las amenazas, el Centro de Justicia la instó a que ella y sus hijos se quedaran en el refugio mientras capturaban al violentador, sin embargo, Teresita optó por salirse a los cuatro días.