Tanta sociedad como sea posible y tanto Gobierno como sea necesario. En la década de los 80 se puso de moda esta frase que dio paso a una nueva era en el desarrollo sociopolítico de México. El concepto, como lo manejó Manuel J. Clouthier en su campaña por la Presidencia de la República, reflejaba una demanda por el fin del autoritarismo.
Hoy, 34 años después, esta frase resulta más vigente que nunca. La idea de solo tanto Gobierno como sea necesario, dio origen al desmantelamiento del Estado benefactor que había construido el “nacionalismo revolucionario” y que trajeron consigo los gobiernos absolutistas. Esta ideología de los herederos del poder absoluto, como lo es hoy en día Morena, ha cobrado fuerza gracias a la instauración del Gobierno de López Obrador que es percibido como autocrático y extremista.
¿Pero cómo es que hoy vivimos en México un retroceso de tal magnitud? Recapitulemos: López Obrador tenía años prometiendo abatir la corrupción, controlar la violencia, regresar el ejercito a los cuarteles, acelerar el crecimiento económico, reducir los precios de la canasta básica y reducir la pobreza. La expectativa que había de esas promesas, sumado al repudio social por los partidos políticos tradicionales, permitió al movimiento de Obrador denominado Morena, llegar en 2018 al poder. Casi 4 años después, no solamente ninguna de aquellas promesas se cumplieron, si no que hoy México está peor: hay más corrupción, hay más violencia, México se está militarizando, no crece la economía, la inflación está por las nubes, hay más pobres y la democracia se quiebra lentamente.
Por ello, tanto los partidos políticos como la sociedad civil organizada tenemos la obligación de dar nuestra mejor versión para defender México, porque construir un sistema democrático costó décadas de trabajos, luchas e incluso sangre y vidas. Gracias a ello hoy podemos hablar de organismos autónomos constitucionales, transparencia, rendición de cuentas, mecanismos de participación ciudadana; tenemos mayor difusión y capacitación en materia de derechos humanos; contamos con un instituto electoral que, aunque no le guste al Presidente, garantiza que la voluntad de los ciudadanos sea respetada, ¿acaso no llegó así López Obrador a la Presidencia?
Es cierto, hay grandes retos por delante y la responsabilidad no es menor. Porque la molestia en amplios grupos de la sociedad, el deterioro en la calidad y esperanza de vida y la polarización social que se vive a diario, pueden cobrarle factura a nuestro país.
La clave para volver al camino correcto es la “unidad” de todos aquellos que creemos que el país no va por el camino correcto. La unidad de todos, de los partidos políticos, de la sociedad civil organizada, de colectivos, de lideres de opinión y cámaras empresariales. Dejar atrás la división y la polarización que ha generado López Obrador es impostergable. Es momento de prepararnos para trabajar de la mano de todas y todos, hombro con hombro. Tenemos que estar listas y listos para asumir nuestra posición en este momento histórico que estamos viviendo, listos para acercarnos a la ciudadanía, para saber, sentir y vivir. Listos para dar nuestra mejor versión, convirtiéndonos todos y cada uno de nosotros -desde nuestras trincheras- en lo que verdaderamente representamos: México y Coahuila, para formar juntos -partidos y sociedad- esa ola inmensa e incontenible de la que hablaba el gran Gómez Morín.
Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Exdiputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila.
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