Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Serían devastadores aranceles para la Región Sureste de Coahuila; temen efecto dominó automotriz Marcha el proyecto de tren de pasajeros México-Nuevo Laredo; arrancarán obras este año Avanza Coahuila para exportación ganadera, Alistan reapertura de la frontera Perciben claroscuros sobre la ley eléctrica; dudan que mejoren finanzas de Pemex Viven en la incertidumbre repartidores por reforma; piden al IMSS mayor flexibilidad

Zócalo

|

     

Opinión

|

Información

< Opinión

 

Coahuila

Sueño

Por Joel Almaguer

Hace 1 año

Los pájaros se despiden del día, ocultos entre los árboles. La luz de la tarde se puede tocar con los dedos. Siento su roce por mi piel mientras se abre paso por entre los árboles del bosque hasta tocar el suelo con su resplandor. El silencio es casi total.

Camino por entre la vereda cubierta de hojas de otoño. Los colores ocre en distintas tonalidades le dan al paisaje un aura especial. Miro mis pies avanzar por entre la senda que asciende la breve colina. El frío me reconforta y me hace sentir despierto, me refresca el rostro mientras balanceo las manos durante el ascenso.

Una caminata común y corriente. No hay nada más que un bosque otoñal que está apunto de dormir un largo invierno, hojas apiladas en pequeños grupos formados al azar y una alfombra húmeda de hierba de otoño. Sin embargo hay algo que no encaja con la realidad, pienso. De pronto me doy cuenta de la razón por la que tengo esta sensación. Es un sueño.

Entonces levanto la mirada y miro al sol de la tarde despidiéndose de entre las ramas de los árboles y lo siento real, pero mi cuerpo casi incorpóreo siente su cálida caricia. Al mirar hacia lo alto de la colina veo, del lado derecho, una cabaña de concreto. Más que una cabaña es una casa en mitad del bosque.

Me recuerda a esas casas de los años 70 construidas entre calles empinadas, con sus diferentes niveles y escaleras que dan a la puerta principal. Pero aquí está sola en medio de este lugar. Un coche antiguo de dos plazas aparcado en la cochera principal duerme como un animal amaestrado. Como una esfinge.

Me acerco a la casa y llamo a la puerta, no hay nadie, y esta cede sin la mayor resistencia. Sin temor, que quizás debería sentirlo, entro en la casa. Curiosamente me siento tranquilo, con ese estado que los griegos llamaban ataraxia. Serenidad.

La casa está vacía y tanto el piso de madera como las cortinas que danzan con el viento delante de las ventanas abiertas me revelan que no ha sido habitada en mucho tiempo. Mis pasos resuenan en el eco de esta soledad y mi corazón casi reverbera entre las paredes, sereno. Sin pensarlo demasiado me dirijo a la cocina, que encuentro vacía también salvo un detalle que pronto salta a mi mirada. Un objeto que no esperaría encontrar allí. En lugar de una isla común y corriente se encuentra un piano de cola cubierto de un polvo fino. Escucho el silencio y me acerco al piano con su tapa abierta. Veo el bosque tras las ventanas de la barra de la cocina.

Miro alrededor hasta detenerme en el teclado del piano que me resulta extraño. Sus teclas viejas están hechas de marfil y piedras preciosas, de una manera delicada, nada ostentosa contrario a lo que cabría esperarse, como si esperaran una música especial. No las toco, y me alejo como quien sale de un santuario. Un sueño, me repito, mientras me desvanezco lentamente.

Notas Relacionadas

Avanza Coahuila para exportación ganadera, Alistan reapertura de la frontera

Hace 30 minutos

De Coahuila para el mundo

Hace 33 minutos

Robán TV: comedia involuntaria en la pantalla de Torreón

Hace 33 minutos

Más sobre esta sección Más en Coahuila

Hace 33 minutos

De Coahuila para el mundo

Hace 33 minutos

Robán TV: comedia involuntaria en la pantalla de Torreón

Hace 38 minutos

Redadas en Eagle Pass y Del Río