Ciudad de México.- Cárteles del narcotráfico no sólo usan balazos contra el Ejército, sino también a pobladores para evitar su despliegue, como ocurrió ayer en el Municipio de Ángel Albino Corzo, cerca de la frontera de Chiapas con Guatemala.

Tras más de 24 horas de amenazas, bloqueos con zanjas y camiones atravesados, así como retener a militares, a los cuales les cortaron la energía de su campamento, los pobladores se pusieron cara a cara en varios puntos de la ciudad con los elementos castrenses que ingresaron para rescatar a sus compañeros.

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En uno de éstos puntos, los manifestantes aseguraron al Ejército en un diálogo a gritos, apresurado, que estaban siendo obligados por sicarios para evitar represalias.

“Es nuestra familia que está en riesgo, nosotros no tenemos la culpa, somos rehenes, sino venimos nuestra familia la agarran”, lanzó uno de los pobladores.

Ese municipio está dominado por el Cártel de Sinaloa (CDS), el cual registra en toda la región una disputa contra el Cártel de Chiapas y Guatemala, conformado por desertores del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

“Nos obligan a venir, nosotros tenemos familia que corre peligro”, dijo otro habitante de la zona ubicada a unos 130 kilómetros de la frontera sur.

Hasta la noche de ayer, ninguna autoridad se había pronunciado sobre estos incidentes, de entre los cuales se sumaron también balaceras por el ingreso de militares en esta ciudad de poco más de 31 mil habitantes.

Apenas en julio pasado, cientos de pobladores abandonaron sus hogares en municipios como Motozintla, Amatenango de la Frontera y Comalapa para huir a Guatemala, tras semanas narcobloqueos y amenazas de estos grupos criminales.