Sin opciones para acomodar los números, el Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamiento de Torreón – Matamoros tiene observaciones por más de 48 millones de pesos, de los cuales, 17.9 no solo no se pudieron solventar ante la Auditoría Superior del Estado, sino que además advierten acciones que en su momento pudieran encuadrar como delitos.
Si bien el Simas Rural, como se conoce popularmente a la dependencia, abarca los dos municipios, su administración se encuentra estrechamente ligada al gobierno de Román Alberto Cepeda González. Una raya más al tigre.
A las novedades por las irregularidades que la ASE de Manuel Ramírez Briones detectó en el Simas Rural, se suman las indagatorias de la Fiscalía Anticorrupción, a cargo de Karla Samperio Flores, precisamente por manejos administrativos y contables que Román Alberto Cepeda no pudo solventar.
Las denuncias e investigaciones de oficio están en marcha, como se dio a conocer en Horizonte Lagunero y Periódico Zócalo, por al menos ocho expedientes en el que están involucrados cerca de 630 millones de pesos que nadie sabe a dónde fueron a parar.
A la administración municipal literalmente le levantan ligeramente la cobija, y es inevitable el tufo a corrupción.
El asesinato del miércoles en el Mercado Alianza dejó en evidencia lo que muchos en Torreón ya sabían: la seguridad municipal es de papel. Un crimen a plena luz del día, a metros de una caseta de vigilancia, sin que la policía reaccionara confirma la inoperancia de la administración de Román Alberto Cepeda y de su director de Seguridad, César Perales.
La desaparición del Grupo de Reacción Torreón (GRT) debilitó aún más a una corporación que ya operaba con personal insuficiente y escasa preparación. ¿Cuántos policías patrullan realmente la ciudad? ¿Cuántos están capacitados para actuar ante una emergencia? Preguntas que merecen respuesta, ¿o no?
Alfredo Padilla Esparza, originario de Saltillo pero con trayectoria en el servicio público en Baja California Sur –donde fue director de Transporte y de Gobierno en el ayuntamiento de Los Cabos–, debutó como delegado de la Secretaría de Agricultura en Coahuila.
Su nombramiento salió directamente del despacho de la presidenta Claudia Sheinbaum, lo que sugiere que está al margen del pleito entre los senadores Cecilia Guadiana y Luis Fernando Salazar, y de los jaloneos al disputarse las posiciones y convertir las oficinas de representación del gobierno federal e Coahuila, en agencias de colocación para sus aliados. Veremos si el recién llegado se mantiene al margen o toma partido.
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