Nos faltan palabras para describir la historia de amor de una inolvidable pareja: Enrique Manuel Almanza y Silvia López Sada. Enrique y Silvia formaron una excepcional pareja que se fundió en el cariño y la comprensión. El médico de profesión, sus amigos y pacientes lo llenan de bendiciones constantemente. Ella maestra educadora, pintora y líder sindical quedó viuda y se acostumbró a la soledad, pero tenía algo que hacer, alguien en qué pensar y aunque existe la separación espiritual, la presencia de Enrique perduró como el primer día en que se conocieron.

Eros, el Dios romano del amor, pegó en ambos corazones, cuando el doctor Almanza vio por primera vez a la maestra Silvia en la boda de un compañero y amigo el doctor Rogelio de la Peña y la también profesora Ana María Rodríguez.

Fue prácticamente un amor a primera vista, pues no bastaron muchas palabras para establecer el noviazgo. En dos años más se casaron, y como dice la fábula “fueron muy felices”.

Silvia y Enrique tuvieron cuatro hijos: Enrique, Mónica, Marcela y Alberto. El doctor Almanza Santos no sólo fue un destacadísimo facultativo y partero, sino un gran deportista que practicó el boliche y la cacería, siendo seleccionado de su ciudad, el estado y el país, por la calidad que en ambas ramas desempeñaba.

La felicidad, el amor y la armonía del matrimonio Almanza López se derrumbó al morir el médico víctima de una trombosis, que en menos de 15 minutos le cortó la existencia, apenas cuatro meses después de su jubilación de la Universidad Autónoma de Coahuila en 2000.

El matrimonio de Silvia y Enrique forma parte de una gran historia real de amor, trabajo y honestidad. Silvia nació en General Cepeda, Coahuila en 1941. Hija de don Adolfo López Carrillo y de doña Carmen Sada Rodríguez, ingresa a la Benemérita Escuela Normal del Estado, donde finalizó con altas calificaciones como educadora. Desde muy joven descubrió sus aptitudes sobre la pintura y perfecciona su estilo con la maestra Piedad Valerio.

Enrique Manuel Almanza Santos nació en Saltillo, el 15 de julio de 1935 en el barrio de Salazar, hijo de don Juan Almanza Olvera, trabajador de la Secretaría de Recursos Hidráulicos y de doña Dolores Santos.

En 1953 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México, donde estudió la carrera de médico cirujano. Es muy extenso su currículum, como el de la maestra Silvia, ambos dedicados a la educación y a la atención de sus semejantes sin cortapisas.