Nacional
Hace 15 horas
Sentados frente a la Presidenta, quien los recibió hace una semana, la tarde del pasado lunes, Adán Augusto y Ricardo Monreal se hicieron de palabras y subieron el tono, a pesar de que la doctora los llamaba al orden. La escena de los dos engallados coordinadores molestó tanto a la doctora, según nos dicen fuentes directas de Palacio Nacional, que ordenó que se tenga preparado un relevo en ambas coordinaciones, a las que llegarían en el Senado, Ignacio Mier Velasco, el senador poblano que fue un disciplinado coordinador de diputados en la pasada Legislatura, y en la Cámara de Diputados el sustituto sería Alfonso Ramírez Cuéllar, cercano a la Presidenta.
La decisión salomónica de remover a los dos líderes del oficialismo en el Congreso de la Unión se aplicaría si ambos no cesan la intensidad de su pleito y persisten en dividir a las dos bancadas de Morena.
La instrucción, nos dicen las fuentes, ya fue dada por la Presidenta, que, al ver personalmente el nivel de tensión y enfrentamiento entre los dos, les mandó el mensaje claro y directo con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, “o se calman y paran la división entre morenistas en el Congreso, o se van los dos”.
Por lo pronto, los nombres del poblano Mier y del también zacatecano Ramírez Cuéllar están ya en el escritorio de la Presidenta, como los posibles sustitutos que podrían entrar a las coordinaciones parlamentarias de la mayoría morenista.
La Mandataria, nos comentan, habría decidido darles lo que resta del año y en enero, antes de que comience el primer periodo ordinario de sesiones, se tomaría la decisión de hacer o no el relevo, dependiendo de la actitud que asuman Adán Augusto y Ricardo Monreal.
Y es que por más que públicamente haya querido minimizar la gravedad del enfrentamiento público entre sus dos líderes del Congreso, incluso como lo hizo riéndose y culpando a “nuestros adversarios que hacen esto muy grande”, entre los asesores de la Presidenta tienen muy claro, y así se lo dijeron a la Mandataria, que tiene que dar un mensaje de fuerza y de poder, ante los desplantes que han protagonizado Monreal y Adán, no sólo en este pleito que hicieron público ellos mismos desde la tribuna del Senado, sino también cada uno de ellos en el manejo autoritario y patrimonialista del liderazgo que les confió su partido.
Así que veremos qué tanto duran en Palacio Nacional en tomar la decisión definitiva y buscar el cambio de los dos coordinadores, que se han vuelto ya un problema para la Presidenta por su protagonismo, y por el poder que los dos han acumulado, y que, a querer o no, ha hecho ver en ocasiones que ellos tienen su propia agenda, ya sea personal o vinculada al expresidente y a sus intereses.
Enero, nos dicen, sería el mes clave para que la presidenta Sheinbaum realice esos y otros cambios, incluidos algunos del Gabinete, con los que podría sacudirse a algunas de las muchas herencias que le dejó su antecesor y que no necesariamente le han funcionado en su Gabinete, en la medida en que ciertos colaboradores no siempre le responden a ella y a su autoridad como titular del Ejecutivo federal.
Es cierto y quizás tenga razón la Presidenta en decir que el pleito no era tan grande, y que creció por la difusión en los medios y en redes. Pero que no se le olvide a la Mandataria que fueron el propio Adán Augusto, primero, el que abrió fuego contra Monreal desde la tribuna del Senado, para pelearse por un 2% del presupuesto senatorial, que no llegaba ni a los 120 millones de pesos, de los 5 mil 104 millones que recibirá el próximo año la llamada Cámara alta.
Es decir, que habla muy mal de su movimiento político ver a dos líderes parlamentarios pelearse como fajadores callejeros por un dinero que ni siquiera les pertenece y es de los contribuyentes. Y habla todavía peor de la Presidenta, si no tiene la capacidad ni el liderazgo para controlar a sus propios correligionarios, ¿entonces cómo les pide a los mexicanos tener calma porque ella podrá enfrentar los fuertes desafíos que se le vienen al país en el 2025 con la llegada de Donald Trump?
El pleito callejero y por dinero entre Adán y Ricardo ya se le volvió también un problema a la Presidenta, porque si deja crecer este enfrentamiento y se dividen las mayorías de Morena en el Congreso, no sólo se arriesga a que su imagen se dañe por no haber podido controlarlos, sino que además, las mayorías que Morena se autoadjudicó con interpretaciones constitucionales y con el aval del INE y el Tribunal Electoral correrían peligro de fracturarse, y ella perdería el control absoluto que hoy tiene del Congreso.
Así que, por lo pronto, parafraseando al legendario Sony Alarcón: “Hay movimiento en el dugout morenista en el Congreso, y ya se ve tirando bolas y calentando el brazo a dos posibles pitchers sustitutos, listos para entrar al relevo de las coordinaciones parlamentarias en cuanto la entrenadora de Palacio dé la orden”…Los dados siguen enrachados y mandaron otra Escalera Doble.
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