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Por
AFP
Publicado el lunes, 7 de abril del 2025 a las 04:13
Ciudad de México.- Luego de estar en el ojo del huracán de la política comercial del Presidente estadunidense, Donald Trump, y librarse de los aranceles recíprocos que el magnate republicano impuso a decenas de países, México tiene razones para sentir alivio pero también preocupación.
El país envía más de 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, su mayor socio comercial, gracias al T-MEC, el acuerdo de libre comercio que también integra Canadá.
Sin embargo, el pacto no ha quedado indemne, pues antes de los gravámenes recíprocos Trump ya había impuesto tarifas aduaneras sobre la vital industria automotriz, el acero y el aluminio.
Esas cargas y el riesgo de una guerra comercial global llegan en momentos delicados para la economía mexicana, que según analistas crecerá apenas 0.5% este año.
Lo bueno
México no fue incluido en la lista de aranceles recíprocos que Trump anunció el miércoles y que incluyen a decenas de países como China, Vietnam y la Unión Europea, en lo que analistas califican como el inicio de una guerra comercial de gran escala.
Las exportaciones mexicanas no pagarán arancel si cumplen con las reglas de origen del T-MEC. Los productos que no estén bajo este acuerdo quedan con un gravamen del 25 por ciento.
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El hecho de que México enfrente un menor nivel de proteccionismo relativo podría darle ventajas para acceder al mercado estadunidense y, por lo tanto, para atraer inversiones”, dicen analistas del banco privado BBVA en un reporte.
Ello abre la posibilidad de revitalizar el llamado “nearshoring” (relocalización), esto es, que las empresas muevan sus operaciones a México desde otros países para aprovechar la cercanía y el tratado con Estados Unidos.
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Sencillamente sería más redituable o menos oneroso exportar esas mercancías desde México que desde países con gravámenes mayores”, señala BBVA.
Para Valeria Moy, directora del centro de pensamiento IMCO, “hay una oportunidad” con el llamado Plan México, el proyecto del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum con la Iniciativa Privada para aumentar las inversiones y el suministro local.
Moy ve una buena ocasión para aprovechar el potencial de capital humano, cambiar las reglas del sector energético para destrabar mayores inversiones y mejorar la infraestructura.
Para la experta, estas oportunidades se “pueden capturar muy bien”, siempre que el Gobierno tome acciones puntuales.
Lo malo
Aunque México se libró de los aranceles recíprocos, enfrenta gravámenes de 25% para el sector automotor, así como tarifas para la industria del acero y el aluminio.
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No deberíamos estar sujetos a estos aranceles por el simple hecho de que el tratado (T-MEC) justamente dispone de lo contrario”, comentó Juan Francisco Torres Landa, socio de la firma de asesoría empresarial Hogan Lovells.
La industria automotriz es un punto sensible: el país es uno de los mayores productores de automóviles y es sede de varias fábricas de las principales armadoras como Ford, General Motors, Stellantis, BMW y Audi.
T-MEC, la esperanza
El subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, dijo en días pasados que las conversaciones sobre la última ronda de aranceles globales de la Casa Blanca pueden acelerar el proceso de revisión del acuerdo comercial trilateral del T-MEC.
México planea pedir a Estados Unidos que permita que las exenciones de derechos de aduana cubiertas por el acuerdo sigan aplicándose a muchas de sus exportaciones, incluso en el sector de automóviles.
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