Los vecinos del norte ya empezaron a darle la espalda a su presidente. No por la encerrona que, junto con su segundo de a bordo, JD Vance, le tendió a su homólogo ucraniano Volodimir Zelenski para someterlo después a sus políticas delirantes e intervencionistas. Tampoco por su cercanía con el autócrata ruso Vladimir Putin, la aplicación arbitraria de aranceles a sus socios comerciales, las cuales repercutirán en el bolsillo de la gente de a pie de su país, ni por otras bravuconadas. El desencanto obedece a factores internos como el costo de la vida (en alimentos y atención médica), la preferencia de Donald Trump por los más acaudalados y su relación con el billonario Elon Musk. Así lo señala un análisis del diario argentino La Nación, con base en la encuesta de Rasmussen Reports levantada un mes después de la segunda investidura del magnate.
El respaldo a Trump aún es mayoritario, pero el sondeo advierte un “descenso significativo” en la aceptación pública del presidente. La caída en los niveles de popularidad de las últimas semanas “encendió las alarmas” en el círculo político del líder estadounidense. La aprobación de Trump entre los votantes era del 51%; y el rechazo, del 48por ciento. Lo más llamativo, dice el periódico, “es el rápido declive en el primer índice, que pasó de una ventaja de 10 puntos porcentuales a solo tres en menos de 15 días”.
El índice que compara la diferencia entre quienes aprueban y desaprueban “firmemente” al presidente pasó de un +6, el 23 de enero, a un −1, el 25 de febrero. La principal causa del retroceso se debe al descontento público. En el sondeo del 4 de marzo, el apoyo bajó todavía otro punto. Rasmussen Reports se dedica al comentario político y a la recopilación, publicación y distribución de información sobre encuestas de opinión pública. Es la única empresa, reconocida en Estados Unidos, que aún realiza un seguimiento diario de los índices de aprobación del Gobierno de Trump.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum está en la cresta de la ola: el 80% aprueba su gestión, y el 11% la reprueba (Buendía & Márquez/El Universal, 24.02.25). Irónicamente los seis puntos que subió entre noviembre y febrero en parte se los debe a Trump, por la forma sutil e inteligente de afrontarlo. Sheinbaum encabezó una asamblea informativa el 9 de marzo en el Zócalo, luego de que Trump aplazara por un mes los aranceles a nuestro país. La jefa de Estado convocó a todos los sectores y fuerzas políticas a defender la soberanía nacional. La mandataria ha pedido a la administración trumpiana predicar con ejemplo y combatir el tráfico ilegal de armas a nuestro país con la misma energía con que su Gobierno enfrenta a los carteles.
Chris Cillizza, comentarista político de CNN, advirtió hace seis años que “El truco político más asombroso que ha logrado Trump como político —y ahora como presidente— es convencer a los votantes de clase media baja y predominantemente blancos de que él es uno de ellos”. La máxima de Abraham Lincoln según la cual “puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”, pende sobre Trump como espada de Damocles. Quienes la puede hacer caer son, precisamente, los desengañados. El cuchillo para cortar la soga está afilado. Lo indican las encuestas. La historia sabe de eso.
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