Nacional
Hace 4 semanas
Con un cinismo y una desvergüenza que la confirma como fiel militante de la 4T, la señora Rosario Piedra Ibarra se presentó en el Senado de la República para decir que su intento de reelegirse como presidenta de la CNDH “no es por ambición personal, sino para consolidar lo logrado”. ¿Qué es lo que quiere “consolidar” doña Rosario? ¿El desmantelamiento y la colonización que ella encabezó para neutralizar a la comisión defensora de los derechos humanos en los últimos 5 años? ¿La eliminación total de la autonomía y la defensa de los ciudadanos a los intereses políticos del anterior gobierno?
Qué tan mala y nefasta habrá sido la actuación de doña Rosario Piedra, que ya se le puede considerar, por mucho, la peor presidenta en los 34 años de historia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Porque si bien siempre hubo cuestionamientos o críticas a la actuación de los anteriores presidentes de la CNDH, desde Jorge Carpizo McGregor, hasta Luis Raúl González Pérez, pasando por Jorge Madrazo Cuellar, Mirelle Rocatti, José Luis Soberanes o Raúl Plascencia Villanueva, a ninguno de los anteriores ombudsman u ombudswoman que encabezaron a ese organismo autónomo, ninguno de ellos mostró tanta ineptitud, desconocimiento e indolencia en la obligación de defender a los ciudadanos ante los abusos, excesos y violaciones de derechos humanos de las autoridades federales.
Que la gestión de Piedra Ibarra haya sido reprobada por 12 de los 13 colectivos defensores de derechos humanos que asistieron al ejercicio de “parlamento abierto” en el Senado, dentro del proceso de renovación de la presidencia de la CNDH, y que todos esos organismos hayan pedido abiertamente a los senadores que no avalaran la reelección de Rosario, porque “se necesita de una persona independiente y sin sesgo partidista”, es el más claro indicador del rotundo fracaso de la señora que se confesó como “fiel admiradora” y militante del movimiento político del expresidente a quien tenía que contener, amonestar y sancionarlo si él o las dependencias de su Gobierno violentaban derechos fundamentales de los mexicanos.
Desde el Centro Agustín Pro, hasta Artículo 19, la Red por los Derechos de la Infancia, Documenta AC, Cea Justicia Social, junto con otras 7 organizaciones, a las que se sumaron también colectivos de Madres Buscadoras como el 10 de Marzo, que también reprobaron el intento de reelección de Rosario Piedra, a quien le reprocharon que durante su gestión de 5 años no emitió “ni una sola recomendación ni mención sobre los asesinatos de civiles cometidos por militares”, y de plano las madres que buscan a sus hijos desaparecidos se lanzaron contra la continuidad en la CNDH de quien calificaron como “un florero en esa posición, lo peor que le ha pasado a la Comisión desde su creación. Usted no ha servido para nada, si antes la CNDH estaba mal, ahora está peor”, le dijeron las Buscadoras a Piedra cuando anunció su intención de reelegirse en las redes sociales.
Se confirma pues lo que en esta columna cabeceamos desde el pasado 9 de octubre cuando arrancó el proceso de renovación de la CNDH en el Senado con la emisión de la convocatoria: “Al rescate de la CNDH; todos unidos contra Rosario”. Y esta vez no sólo se unieron los organismos defensores de derechos humanos, las madres buscadoras, los opositores en el Senado, sino también las bancadas y las más altas esferas de la 4T; todos coincidieron en que llegó el momento de remover esa “Piedra” en el camino de los derechos humanos de los mexicanos.
Los dados la despiden con Escalera Doble. Buen descanso para los amables lectores.
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