Saltillo
Por
Luis Durón
Publicado el domingo, 16 de marzo del 2025 a las 06:28
Saltillo, Coah.- Imagínate que alguien te secuestre y se haga pasar por ti, que se acerque a tus seres queridos, que suplante tu vida; que haga creer a los demás que eres tú. Tal vez suena a un guión de película de ficción pero esto está sucediendo en la vida real, aunque no de forma literal, sino en el mundo virtual.
El robo de identidad va más allá de la pérdida de una cuenta de Facebook, Instagram o de WhatsApp, es un trauma para quien lo sufre y es que, al suplantarlo, le están robando su “vida virtual”.
Ataque a la intimidad
La víctima sufre de estrés, miedo, ansiedad, vergüenza, pues actualmente la mayoría llevamos nuestra vida en un celular, desde fotos y videos personales hasta datos y registros bancarios.
Todo lo tenemos ahí y saber que alguien ha tenido acceso a nuestras cuentas nos lleva a un estado de alerta por el miedo a que se descubra nuestra intimidad y que hagan mal uso de nuestros datos.
Esta impotencia, el coraje, el miedo, la ansiedad, incluso vergüenza, fueron las emociones por las que pasó Thelma cuando le robaron su identidad y comenzaron a estafar a sus familiares.
Ella no recuerda que haya activado alguna liga sospechosa o que haya mandado algún código. Todo comenzó cuando quiso ingresar a su Instagram y ya no pudo; le llegó un mensaje de inicio de sesión en otro dispositivo y con una ubicación diferente.
“ Intuí que se iban a ir a Facebook. Me cambio a Facebook y cambio la contraseña, así estuve manteniéndome un rato y pongo un post de que me habían hackeado Instagram para que no cayeran en alguna estafa de dinero o de que yo estaba vendiendo aparatos”, indicó la afectada.
Thelma relató que ese post duró muy poco publicado, pues los ladrones cibernéticos ya habían accedido también a su cuenta de Facebook. Una amiga de ella logró ver esa publicación borrada y de inmediato se puso en contacto con la afectada.
“ Es horrible porque se dan cuenta de tus contactos que la mayoría son tus amigos o familia y sabes que pueden indagar y que pueden perjudicar a más personas”, aseveró.
La estafa más común
Seis horas de que Thelma se dio cuenta que le había hackeado sus redes, sus contactos comenzaron a recibir mensajes a su nombre donde pedían dinero prestado, también comenzaron a hacer publicaciones en grupos de venta donde se ofrecían servicios de reparación de máquinas.
Afortunadamente, los contactos de Thelma no cayeron en la estafa, algunos no contestaron los mensajes, otros comenzaron a reportar la cuenta de Thelma y otros le siguieron la corriente a los ciberdelincuentes para ver si podían obtener un dato que los ayudara a identificarlos.
“ Los enfrentaron, les dijeron ‘tú no eres Thlema, Thelma no haría eso’, y así estuvieron un buen de rato; comencé a recibir llamadas de que les estaban escribiendo y preguntando qué hacían”, alertó.
La madre de familia comenzó a sentir ansiedad y angustia al saber que los ladrones de su identidad ya habían comenzado a estafar, trataron de perjudicar a sus familiares y amigos.
“ Yo estaba en shock, mi única respuesta fue: ‘No soy yo, bloquéenlo o reporten la cuenta’, fue lo primero que se me ocurrió, y que si podían escribieran en su muro de que estaban mandando mensajes a mi nombre y que yo no era”.
Los procesos legales
Thelma entró en un estado de alerta y de inmediato se contactó con sus familiares y les explicó la situación, pidiéndoles que no hicieran caso a los mensajes y que reportaran su cuenta de Facebook para evitar extorsiones.
Una de sus conocidas le dijo que se contactara con la Policía Cibernética del Estado, lo hizo llamando al 911, donde la canalizaron con dicha instancia; Telma señaló que, aunque no tenía confianza, fue la única alternativa.
Los agentes comenzaron a orientar y asesorar a Thelma, le dijeron que lo primero que tenía que hacer era ponerse en contacto con sus conocidos y les advirtiera sobre el robo.
Después le pidieron las cuentas que fueron hackeadas para comenzar la investigación, Thelma les dijo que sólo una amiga había depositado a la cuenta que le mandaron los delincuentes.
La víctima tuvo más confianza cuando los oficiales le preguntaron su sentir, eso fue fundamental; señaló que esa pregunta la tranquilizó y pudo ayudar a los oficiales a hacer la investigación.
Los agentes fueron a su casa y verificaron la red, conectaron los dispositivos que utilizaban el internet, y fueron inspeccionando las redes sin que pudieran determinar cuál fue la causa del hackeo.
“ Me dieron varias recomendaciones y pues son muy certeros y a veces son consejos que sí los puedes aplicar, pero como uno se ve lejano a que le pase eso, casi no les pones atención o crees que no te va a suceder”, lamentó.
Tras la visita de los agentes, Thelma se puso en contacto con META, la plataforma que maneja Instagram, Facebook, Messenger y Whats App, ahí la apoyaron para que recuperara sus cuentas tras el hackeo.
A 15 días del robo de identidad, la víctima aún no supera este trauma, posterior al hackeo comenzó a sentir miedo y angustia por la violación a su intimidad.
Atención urgente
Casos como el Thelma son muy comunes, refiere personal de la Policía Cibernética, pues por semana atienden hasta 15 reportes, sobre robo de identidad, extorsiones, fraudes y ventas ficticias.
De acuerdo con datos de la Policía Cibernética del Estado, en la Región Sureste los principales fraudes que se dieron el año pasado fueron en el tema de empleos, paqueterías, créditos y turísticos como la renta de cabañas en Arteaga.
Tras la intervención de la Policía Cibernética, Thelma logró recuperar su cuenta de Facebook mientras que la cuenta de Instagram aún no la recupera debido a los procesos de META; el trauma ya pasó y, ahora, señaló que ya es más precavida a la hora de usar las redes sociales.
Además de las recomendaciones que emite la policía cibernética, la especialista Berenice de la Peña recomienda atender el trauma desde una perspectiva de estrés post traumático, pasando por las diferentes etapas del duelo.
Ello, porque vivimos en una época en el que el celular se convirtió en el lugar donde guardamos nuestra vida, ahí traemos fotos, videos, aplicaciones y notas de todo lo que nos acontece, de ahí el hecho que un hackeo de nuestro dispositivo derive en un trauma similar al de haber sufrido una suplantación en la vida real.
Toda una vida… Virtual
El miedo también implica la situación de no saber el uso que se le va a dar a los datos personales:
Alguien ha invadido la privacidad, la intimidad, tiene acceso a fotografías, notas, videos a la vida cotidiana de una persona que ha vaciado su vida en el celular y ahora corre peligro de ser expuesta.
Berenice de la Peña señaló que el enojo es porque se pierde toda la información, hasta el hecho de tener que comprar un nuevo equipo para volver a acomodar tu información. También hay enojo ante la pérdida; es una situación similar a un duelo.
El enojo también se manifiesta por el hecho de que, actualmente, las personas manejan bien la tecnología y al ser víctimas de hackeo se sienten incapaces porque vulneraron su manejo de la misma y los delincuentes, en cierta forma, fueron más inteligentes.
A esto también responde la vergüenza que siente la víctima, señaló la especialista, pues es difícil aceptar que no tuvo la precaución de blindar sus redes, también el hecho de que estén pidiendo dinero a su nombre genera pena en la persona que sufre el robo de su identidad.
En el caso de Thelma así fue; al enterarse de que los delincuentes estaban utilizando su perfil para pedir dinero fue una de las razones por las que estaba angustiada, pensando que alguien de su familia o amigos podía caer en la estafa y en ella no estaba el control de la situación.
Obviamente alguien que usurpa tu lugar o que está posteando en lugar tuyo va a ser tu imagen, tus palabras, va a ser tu narrativa; va a ser la forma en que el mundo te va a percibir y que obviamente va a preguntar qué es lo que sucede o qué es lo que pasa”. Berenice de la Peña | Sicóloga
Es un estrés post traumático
Lo que Thelma estaba viviendo era un trauma, la ansiedad, el miedo, el coraje y la angustia que sintió son síntomas de un estrés post traumático:
Así lo refirió la sicóloga Berenice de la Peña: “Conforme va avanzando, va pasando el tiempo y que no sabe en dónde están sus datos, obviamente se van presentando diversas características como las que se viven en situaciones post traumáticas”.
La especialista explicó que es común que las personas víctimas de un robo de identidad presenten estas emociones, ya que es equiparable a que alguien las suplente en la vida real.
En este tipo de situaciones, dijo, las víctimas pasan por tres emociones principales, el miedo, el enojo y la vergüenza, mismas que también conllevan situaciones de estrés y ansiedad por la incertidumbre de no saber para qué van a ser utilizados tus datos personales.
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