Saltillo, Coahuila.- Rincón de los Pastores es un recoveco frente al páramo del camino al ejido Palma Gorda. Centenares de casas a medio construir están esparcidas a lo largo de las faldas de un cerro lleno de mezquites. Es un sitio olvidado por las autoridades, donde hacer una llamada de teléfono significa caminar casi un kilómetro para “agarrar señal”.

El ejido Rincón de los Pastores, ahora convertido en colonia, está lejos de todo. El cerro de Los Vigías, llamado así por los pobladores del lugar, lo mantiene oculto de la ciudad. Es un lugar gobernado por una banda de pandilleros que vigila desde el cerro los movimientos de los que viven en esta colonia al surponiente de la ciudad. Pasan día y noche en la cima del cerro eligiendo a sus víctimas, es por eso que el cerro se ganó el nombre de cerro de Los Vigías.

Una calle pavimentada cruza paralela al cerro y a lo largo están apostadas las precarias viviendas. Algunas están hechas de cartón y láminas, la mayoría ya son de bloques de cemento.

El único acceso a la colonia está sobre el camino vecinal a General Cepeda, el cual ya está pavimentado. Se cruzan las vías del ferrocarril que llegan a Puente Moreno. Son más de 5 kilómetros de recorrido hasta pasar el cerro para llegar al entronque a la calle Javier Mina, la única vía pavimentada del sector.

Hay nueve luminarias ubicadas sobre dicha calle, de ellas sólo tres funcionan, el resto fueron dañadas por bandas de criminales que cambiaron las navajas y los picahielos por armas de fuego para sembrar el terror entre los habitantes de Rincón de los Pastores.

Despojados

Tan sólo el fin de semana se presentaron 30 robos en el mismo número de viviendas. El lunes por la mañana Ricardo despertó asustado por los gritos de su cuñada. “Acaban de robar la casa de mi mamá”, gritaba la mujer.

Ricardo salió corriendo a la calle y vio las pertenencias de su suegra regadas por el camino pavimentado. El rastro de objetos llegaba hasta el cerro, ese fue el camino que tomaron los ladrones.

Días atrás Ricardo ya había escuchado que los pandilleros de la colonia Héroe de Nacozari, ubicada al otro lado del cerro, bajaban a Rincón de los Pastores a robar. Ingresaban a las casas aunque hubiera personas dentro, con pistola en mano amenazaban a las familias, eran ya 29 casas las que habían vaciado, se llevaron hasta la comida.

El robo número 30 fue el de la casa de la suegra de Ricardo. Eran las 5 de la mañana y los gritos de su cuñada fueron escuchados por los vecinos, que de inmediato salieron en su ayuda.

Alguien gritó que los ladrones aún estaban en la colonia, así comenzó la cacería. Formaron grupos y armados con tubos de plástico decidieron buscarlos. Los localizaron en las inmediaciones del cerro, escondidos detrás de los arbustos.

Fue más fuerte la indignación de los colonos que su miedo a que un disparo los alcanzara. Al final de la búsqueda sólo encontraron a dos de los ladrones, el que portaba el arma logró cruzar al otro lado del cerro.

Mientras los hombres buscaban a los ladrones, las mujeres caminaron hasta la carretera a General Cepeda. En un trecho de carretera a un kilómetro de las casas, donde el celular tiene señal, lograron marcar al 911 para solicitar la presencia de las autoridades.

Inoperatividad

Los policías tardaron más de media hora en llegar. Cuando arribaron los vecinos tenían detenidos a los ladrones. Los subieron a la patrulla y se los llevaron.

La tardanza de las autoridades responde a que Rincón de los Pastores se ubica en una zona poco accesible de la ciudad. La forma más rápida para llegar a este sector es en auto, de lo contrario habría que esperar una combi que sale cada hora del Centro de Saltillo y tarda más de hora y media en cruzar las colonias del poniente de la ciudad antes de llegar a Rincón de los Pastores.

Además hay que adivinar cuál ruta es la que está circulando esa semana por la colonia, porque una semana el recorrido corresponde a la ruta 3 A y otra a la 1 A.

Los ladrones quedaron a disposición del Ministerio Público especializado en delitos de Adolescentes porque son menores de edad. La tarde del martes, los habitantes de Rincón de los Pastores se manifestaron afuera de la Comandancia Municipal de Saltillo porque el MP quería liberar a los ladrones.

La licenciada encargada del caso argumentó que no había suficientes pruebas en contra de los detenidos para poder judicializar el asunto a un juez especializado en adolescentes a pesar de las 30 denuncias contra ellos.

Ante la prepotencia y los malos tratos que alegan haber recibido los manifestantes, el miércoles acudieron a las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado para exigir una resolución a su caso. El licenciado que los atendió ordenó la judicialización del caso en el Centro de Justicia Penal, donde se realizarán las audiencias correspondientes.