Buscando carbón, encontré oro. En la búsqueda de nombres de mujeres que tuvieron participación en la Revolución Mexicana, encontré nombres de mujeres coahuilenses, algunas nacidas en Piedras Negras, que son reconocidas por su valiosa colaboración en beneficio de la causa revolucionaria. En el libro “Las Mujeres en la Revolución Mexicana, 1884-1920”, producida por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, de la Secretaría de Gobernación y el Instituto de Investigaciones Legislativas de la H. Cámara de Diputados, publicado en 1992, presentan una investigación muy interesante con breves reseñas de mujeres sobresalientes como precursoras del movimiento armado, como militantes al inicio, de las que estaban en contra de la usurpación, las seguidoras de los caudillos y las organizadas. Aparece el nombre de “Ana Pérez de Villarreal, nacida en Ciudad Porfirio Díaz, Coahuila, como se le conocía en aquella época a Piedras Negras, en el año de 1894, ella se incorporó al movimiento constitucionalista liderado por Venustiano Carranza en el mes de febrero de 1913. Fue integrante de la Junta Revolucionaria de San Antonio, Texas, en donde organizó a un grupo de mujeres mexicanas residentes en aquella población, que se encargaba de atender a los heridos en la campaña y en la compra de armamento y de uniformes para los militares que formaban parte del ejército constitucionalista”. Otra importante carrancista fue “Manuela de la Garza de Jackson, que nació en la villa de Piedras Negras en 1880, después del cuartelazo realizado por Victoriano Huerta y de que la legislatura de Coahuila lo desconociera como presidente de México, el personal de las oficinas del gobierno del estado se trasladó a la vecina población de Eagle Pass, Texas, donde Manuela, junto con otras mujeres, se hicieron cargo del funcionamiento de estas oficinas en el vecino país del norte, hasta entregarlas en su momento a las autoridades revolucionarias cuando ocuparon la ciudad. Desde el exilio, Manuela se dedicó a hacer propaganda contra el régimen huertista, a pasar armamento y municiones de Eagle Pass a Ciudad Porfirio Díaz, a cuidar a los heridos que se encontraban internados en el hospital temporal de Eagle Pass, Texas. Además, recurrió a diversos medios con el objeto de recolectar fondos para ayudar al sostenimiento del hospital y de la revolución constitucionalista. Prestó sus servicios a los carrancistas hasta 1915, cuando contrajo matrimonio con el Sr. Jackson. Existe una interesante proclama escrita por ella el 4 de abril de 1914 en Eagle Pass, firmada como Manuela de La Garza Laurel”. Ana Pérez de Villarreal y Manuela de la Garza de Jackson se unen a Rosita Herlinda Saucedo Maldonado, la oradora oficial en el norte de la entidad del ejército constitucionalista y también abastecedora de recursos para este cuerpo castrense, como las mujeres más destacadas durante la revolución mexicana, que son oriundas de Piedras Negras. (“Las Mujeres de la Revolución Mexicana, 1884-1920”, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, de la Secretaría de Gobernación y el Instituto de Investigaciones Legislativas de la H. Cámara de Diputados.1992))
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