San Diego.- La prisión Richard J. Donovan en San Diego, California, ha implementado estrictas medidas de seguridad tras el anuncio del fiscal de Los Ángeles, George Gascón, sobre la posibilidad de re-sentenciar a Erik y Lyle Menendez.

Los hermanos, que cumplen cadena perpetua sin opción a libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989, podrían recibir una nueva sentencia, lo que ha generado atención mediática y aumentado el riesgo de incidentes en el recinto penitenciario.

Ante el temor de posibles conflictos y la posible llegada de curiosos al lugar, se ha incrementado el número de guardias y horas de patrullaje, tanto en el interior como en el perímetro de la prisión, informaron fuentes del Departamento de Correcciones de California a TMZ.

Además, autoridades temen que el renovado interés en el caso atraiga a familiares de otros reclusos, con la esperanza de interceder por la liberación de sus propios seres queridos.

Dentro del penal, los hermanos Menendez continúan bajo vigilancia constante, ya que su notoria fama podría ponerlos en riesgo de agresiones por parte de otros internos en busca de notoriedad.

Sin embargo, su popularidad entre los demás reclusos ha generado admiración, e incluso algunos les han pedido autógrafos y pertenencias personales, aunque esto está estrictamente prohibido.

El fiscal George Gascón informó que presentará la documentación oficial en la que recomiendan que se elimine la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que se los vuelva a condenar por asesinato, y el caso será revisado por un juez.

“ Hay gente en la oficina que cree firmemente que los hermanos Menéndez deberían permanecer en prisión el resto de sus vidas y no creen que hayan sido abusados sexualmente y hay gente en la oficina que cree firmemente que deberían ser liberados inmediatamente y que de hecho fueron abusados sexualmente”, dijo Gascón.