Domingo pasado se festejó el tan esperado Día del Padre, lo digo debido al descontento generalizado del gremio masculino, cuando señalan que el día de la madre casi casi hay paro nacional y que el día del padre pasa desapercibido, inclusive este año me tocó ver por las redes sociales, ingeniosos memes en los que, a la mexicana, satirizan esta situación.

Dicen que el vínculo entre una madre y su bebé inicia desde la gestación, después se refuerza con un lazo inquebrantable generado durante la etapa en que la mujer amamanta a su hijo o hija, mientras lo ve tiernamente a los ojos; de esto, además se ha dicho que un hombre jamás podrá desarrollar ese mismo vínculo con su hijo, pues no es mujer.

Claramente esto es mera especulación y considero que es algo radical pensar que un padre no tenga un vínculo estrecho con su hijo o hijos, de hecho, me ha tocado ver hijos que caminan, hablan y hasta hacen las mismas poses que su padre, por lo que pienso que la paternidad puede ser tan profunda como la maternidad. 

“Sin embargo para muchos el Día del Padre fue un día esperado, pues aprovecharon la ocasión para realizar muestras de cariño a su señor padre y es así como iniciaré la remembranza de una plática entre un hijo y su padre”.

Vicente Ramón Guerrero Saldaña nació en Tixtla, intendencia de México, el 9 de agosto de 1782, hijo de don Juan Pedro Guerrero y de Doña María Guadalupe Saldaña, mejor conocido como el General Insurgente Vicente Guerrero.

Por lo cual la historia se sitúa en la época de la independencia de la Nueva España, aquí nuestro héroe pasaba tras la muerte de José María Morelos y Pavón, por un periodo de incertidumbre y peligro constante, este tiempo fue muy caótico, pues de las etapas de la independencia, aquellas que fueron dirigidas por el padre de la patria y el siervo de la nación fueron predominantemente lideradas por un solo hombre, mas para la etapa tardía de la guerra independentista se desató algo semejante a la guerra de guerrillas.

Esto es, una célula insurgente explotaba y cuando el ejército realista la sofocaba, surgía otra en un diverso lugar y así sucesivamente, pero lo complicado era que no había un líder predominante, varios de los altos mandos se disputaban el liderato, sin llegar a un acuerdo.

En este panorama, el general Vicente Guerrero destacó por ser el más aguerrido, su espíritu combativo no se doblegaba ante nada, aun a pesar de lo mal que parecían ir las campañas, el tiempo prolongado sin ver cristalizada el fin de la independencia.

Un buen día, Juan Ruiz de Apodaca decide ofrecer el indulto a todos aquellos que participaban activamente en la insurgencia, ante ello, muchos jefes del ejército comenzaron a rendirse ante los realistas, era muy tentadora la oferta de no ser masacrado en nombre de la patria que aún no nacía.

Aquella estrategia de los gachupines iba dirigida especialmente a don Vicente que, como ya se los había comentado, no se rendía ante nada, y daba duros reveces al ejército realista.

Don Pedro, padre del general, quien era partidario del realismo español, invadido por el temor de que su hijo fuera capturado y posteriormente ejecutado, accedió a una encomienda del mismísimo virrey, se presentaría ante su hijo con la oferta de deponer las armas en nombre de los españoles.

 Según las crónicas, el señor padre del general, arrodillado y en llanto le ruega a su hijo que acepte el indulto prometido, que por el bien de todos entregue las armas y termine con esa guerra tan estéril como destructiva.

Ante tal escena no puedo ser fría y verla como solo un relato perdido en la historia nacional, para mi es la imagen de un padre suplicando por la vida de su hijo, es aquí donde puedo sentir el lazo que un hombre siente por sus hijos, independientemente de que sus ideas políticas hubieran puesto a este padre e hijo en bandos opuestos, está latente el ahínco con el que un padre lucha en silencio por la vida de un hijo.

Tras la oferta, el padre no logra convencerlo, la respuesta del hijo retumbaría desde los anales del surgimiento de México hasta nuestros días, “Señores, éste es mi padre que ha venido a ofrecerme el perdón de los españoles y un trabajo como general español. Yo siempre lo he respetado, pero la Patria es Primero”.

El H. Congreso de la Unión, mediante el decreto enviado por el presidente de la República con motivo de la celebración del 150 aniversario de la Consumación del a Independencia, ordenó inscribir con letra de oro, en los recintos de la Cámara de Diputados y Senadores, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Palacio Nacional, la frase del General Vicente Guerrero. “La Patria es Primero”. En sesión solemne de la XLVIII Legislatura a 23 de septiembre de 1971.

Para algunos el mayor anhelo de un hijo es que sus padres se sientan orgullosos de él, este fragmento de la vida nacional me recuerda el sufrimiento de un padre, la responsabilidad tan grande de un hijo y el valor de desobedecer a un padre por el deber de un ideal.