Cada 12 de mayo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Enfermería, una ocasión para reconocer la contribución invaluable de los enfermeros y enfermeras en la atención de la salud. Esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, una figura pionera cuyo legado revolucionó el campo de la enfermería.

Florence Nightingale, nacida en 1820 en Florencia, Italia, es conocida como la “fundadora de la enfermería moderna”. Durante la Guerra de Crimea, en el siglo 19, Nightingale y su equipo de enfermeras voluntarias transformaron las condiciones de los hospitales militares, estableciendo estándares de higiene y cuidado que mejoraron significativamente las tasas de supervivencia de los soldados.

Su enfoque en la formación profesional de las enfermeras y la importancia de entregar cuidados basados en la evidencia, sentaron las bases de la enfermería contemporánea. A partir de esto, surge la concepción actual de sanidad, fundándose la escuela de enfermería en su honor, transformando la enfermería en una profesión. Además de que Nightingale tenía su propia opinión sobre los derechos de las mujeres. En su libro Sugerencias para Pensar para los Buscadores de las Verdades Religiosas (1859), habla sobre la eliminación de las restricciones a las mujeres de contar con una carrera.

A lo largo de la historia, las mujeres han desempeñado un papel central en la enfermería, mostrando dedicación, compasión y habilidades excepcionales en el cuidado de los enfermos. Desde las hermanas religiosas que cuidaban de los necesitados en la Edad Media, pasando por su intervención en tiempos bélicos, hasta las enfermeras modernas que trabajan en entornos clínicos complejos, las mujeres han sido pilares fundamentales en la prestación de servicios de salud.

Pero, ¿por qué se catalogó a la enfermería como una profesión para mujeres? Aunque no siempre fue así -ya que la antigua Roma el servicio lo brindaban varones-, la influencia de Floence y su pensamiento sobre la sensibilidad y abnegación en los cuidados feminizó la profesión. Además de que los cambios, en la evolución económica del mundo posteriores a las guerras, los hombres, tenían posibilidad de acceder a cargos de mayor responsabilidad y mejores ingresos. No fue sino hasta 1974, por ejemplo, que en México se abandonó la idea de exigir cualidades femeninas para ejercer la enfermería.

En la actualidad, enfermeras y enfermeros cumplen un papel crucial en la atención sanitaria, enfrentando desafíos cada vez más complejos y desempeñando un papel integral en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Reconocer y honrar su labor es esencial. La mejor forma de hacerlo es brindando un apoyo continuo a su desarrollo profesional, garantizando condiciones laborales seguras y justas, y reconociendo públicamente su valiosa contribución a la sociedad.

En este Día Internacional de la Enfermería, recordemos el legado de Florence Nightingale, celebremos el papel de las mujeres en la enfermería a lo largo de la historia y comprometámonos a apoyar y valorar a todas las personas que se dedican a esta profesión, en la que con su dedicación, brindan cuidados de calidad a las personas en sus momentos más vulnerables, ofreciendo una mano amable en medio de la adversidad, en la que la empatía, la dedicación y el conocimiento son la verdadera base de una atención profesional y humanitaria.