Este 22 de marzo llego a “mis primeros” 83 años de vida, llenos de alegrías, de sinsabores y de enseñanzas. Mi trabajo me ha permitido conocer a mucha gente, a abrevar de ellos sus conocimientos y sus consejos que me han abierto el camino para gozar de experiencia, aprendizaje, felicidad y muy buena salud que van de la mano.
He quedado viudo desde hace dos años. Vivo prácticamente solo, pero en mi aislamiento he encontrado a mi mejor compañía, el recuerdo por siempre de Lupita Saucedo y mi computadora, que son estímulo para escribir, que es mi pasatiempo de todos los días.
Aquí solo con mi soledad, como diaria la canción, recuerdo a mis amigos a los que aún viven y a los que no, a mis hijos, a mi familia, a las cosas que he pasado a lo largo de estos más de 16 lustros. Espero siempre una llamada por el celular o un mensaje por Facebook, que ahora es el medio por el cual estas en contacto con tus seres queridos y tus amistades.
Me da mucho gusto pensar que no estoy solo; primero que alguien desde el cielo permanece a mi lado, mi Lupita querida, y en seguida que siempre recibo la llamada de esos seres vivos, ya sea por la mañana o por la tarde, para saber cómo estoy y para desarme feliz amanecer o dulces sueños. Mis hijos, mis maravillosos hijos, siempre están al pendiente de mí, que constantemente me preguntan qué me hace falta y sus invitaciones a comer que son a diario.
A pesar de que paso más tiempo encerrado en mi pequeña recamara-estudio, donde tengo todo para ser feliz, no los olvido y prendo la radio y la televisión, que son otros de mis grandes aliados para superar la soledad; ya escucho a Román Vázquez, a Jesús Alfonso Jiménez, alias Chuchy, a Sergio Cisneros, a Juan Manuel Udave, que por cierto en estos días cumple 30 al aire su programa de noticias Desayuno; a Pichardo, a Toño Moreno, Al Flaco, a don Gelasio; no sé cómo se llaman pero me divierten mucho. Al gritón agradable de Ricardito Valdés, a la señora Leticia Villarreal de Camarena de Radio Universidad Agraria; al profe Cordero de la Peña de Radio Concierto, a Ricardo Herrera Ramírez que, aún muerto, se sigue explotando su varonil y agradable voz; a Alfonso Morales, a Marco Antonio Aguirre, a Jesús López Castro, a Gerónimo, cocinero saltillense que nos regala sus recetas a través de un canal regiomontano; a Carlitos Espejel y a Regil en Escape Perfecto, y a tantos otros del espectr que son mis más fieles compañeros, que nunca me abandonan.
Reflexiono y me digo… Para que sirven costos regalos o grandes comodidades, o llamadas telefónicas o mensajes imaginarios, si tienes otra fortuna que es más grande que lo que guarda “la Isla del Tesoro” de Walt Disney, que son los amigos, los hijos, los familiares y los compañeros que, como tú, como hoy son para toda la vida. Pocas veces se ven, como tú, como yo, pero nunca se olvidan. Cuando a veces me cruzo con alguno de ustedes, me da gusto pensar que no estoy solo, que tengo un verdadero amigo.
Gracias por su amistad y consanguinidad. Alcemos la copa y brindemos por nuestra felicidad… ¡¡¡Salud!!!
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