Saltillo, Coah.- A los 8 años, la escritora poblana Gilda García Romero fundó, junto a su hermana, una revista. Dos niñas que jugaban a ser escritoras sin saber que eso le marcaría el destino a una de ellas. En ese camino anunciado, García Romero ha tenido algunos reconocimientos como el primer premio del concurso de poesía Circundante de Ediciones Periféricas con su libro La Heredad de los Espejos, y el primer lugar del concurso de cuentos de ciencia ficción de la Feria Internacional del Libro Astronómica de la Universidad Autónoma Metropolitana. 

Ahora, en cambio, se hizo acreedora al primer lugar en el Primer Premio de Poesía del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas con el título Mujeres que Hacen Llorar a Dios, mismo que recibió el viernes en una ceremonia en el Centro Cultural Vito Alessio Robles.

En este libro, García Romero, quien participó con el seudónimo Madame de Pompadour, juega con los símbolos, con la vida personal y con la misma voz de Dios para crear un libro que “recrear ciertos mitos desde la mirada y cuerpo femenino. En su discurso, Mujeres que Hacen Llorar a Dios hace un cuestionamiento a las grandes preguntas del ser mujer por medio de una mirada poética fuerte con imágenes claras, contundentes y con buen ritmo en los versos con una propuesta interesante en el lenguaje”, según declaró el jurado compuesto por las poetas Indira Isel Torres Cruz, Jessica Anaid Hernández y Esther M. García, hace unos meses al liberar el fallo.

Para la ganadora, esa idea llega bajo la influencia de la escritora canadiense Anne Carson y su libro Autobiografía de Rojo, en la que recrea el mito de Hércules y Gerión. Así, ella comenzó a “investigar sobre Rapunzel, o Turandot de la ópera de Puccini, pero también la idea de Atlanta y el jabalí de Calidonia, y entonces yo trataba de pensar qué traía ella en la mente a la hora de matar a esta bestia gigante y colosal.

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Poco a poco fue cuando dije ‘creo que tengo varios poemas de ese estilo, que hablan de mujeres poderosas, antiguas, y que se modernizan’, y fue ahí como fui creando el libro, no todo es de personajes míticos traídos a la realidad. Son tres partes, otra habla de cosas más testimoniales o más confesionales, de mi abuela, de mí misma, de mi papel como madre, de mi papel como mujer, o sea ¿qué hago acá? ¿qué rol tengo? ¿cuál va a ser mi nuevo rol?”, comentó a la ganadora a Zócalo en entrevista.

Para García Romero, el interés de esas figuras míticas recae, también, en la posibilidad de deformarlas para usarlas como una sátira de la realidad. Esa misma capacidad es la que ha hecho que se interese en el género de la ciencia ficción.

Según explicó este género le ofrece “especular en un trabajo todavía más fuerte de la imaginación porque creas atmósferas, creas personajes, te deslindas un poco de tu propio ser humano, porque cuando estás en la ciencia ficción y creas personajes de otros planetas, no puedes ponerles cabecita, piecitos y manitas, no, tienes que empezar a pensar en otras posibilidades de cuerpos, otro cuerpo, otra atmósfera, otras cosas que no conoces y entonces te retas en tu imaginación y también es un poco una manera de criticar el presente como lo que hizo (George) Orwell en 1984, que pues todo va a ser una dictadura después y en algunos casos ya estamos ahí, no, entonces critica el presente por medio de un futuro, o sea, como diciendo ‘ve lo que va a pasar, pongan atención porque esto va a pasar’.

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Entonces la ciencia ficción es una reflexión, una invitación a que pensemos en dónde estamos parados y también creo que abre posibilidades porque puedes crear todo lo que tú quieras, no todo tiene que ser el ser humano, puedes crear seres gelatinosos, no sé. Creo que tiene para más, incluso si quieres criticar algo como al gobierno, puedes usar la ciencia ficción y esconderte un poco. Eso me ayuda, a mí me gusta mucho porque de pronto la gente no siempre lo entiende al principio y tú estás diciendo otro mensaje, entonces también por ahí está interesante la onda”, ahondó.

El Premio de Poesía del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas constó de un diploma, así como de la publicación física y digital del libro.