Coahuila
Hace 3 dias
Dedicatoria a mi hermano Jorge.
Querido Hermano Coque: es un orgullo y admiración tu trayectoria de 26 años al servicio del Archivo Histórico de la ciudad de Querétaro. Como bien lo dice tu reconocimiento que te hacen en el Archivo General de la Nación como editor de más de 100 libros, así como de la gaceta Memoralia y corrector de estilo, mi hermano es también responsable de la promoción y divulgación,colaborando en la organización de textos, fotografías de eventos y con la Fundación del Centro Queretano de la Imagen.
Es toda una vida dedicada al PATRIMONIO DOCUMENTAL, ERES UN GRAN ORGULLO PARA LA FAMILIA, SIN DUDA, Y PARA MÉXICO, EN ESPECIAL PARA EL ESTADO DE QUERÉTARO.
Desde siempre, como a todos en la familia, los libros han sido nuestros mejores maestros de vida, claro, inculcada la lectura por nuestros cultos padres, ejemplos de vida, recuerdo hasta el día de hoy a nuestra querida mamá en su cama, o en la mesa de la cocina leyendo, y a papá en su amada biblioteca investigando y leyendo siempre. Cómo no leer nosotros también, si eso vivimos desde pequeños. ¿Qué haríamos sin su labor, querido hermano? Es admirable el desempeño que día a día realizan ustedes, recuerdo irte a visitar al Archivo Histórico de Querétaro, y entrar al área con la debida protección, como astronautas, por cierto, donde están los pergaminos de hace siglos, donde está la historia de nuestros antepasados, qué gran e interesante labor, cartas de personas claves en la historia de nuestro querido México, cartas de famosos historiadores, como tú, hermano, que van dejando una estela de luz a su paso, leerte siempre es un deleite, tu forma tan tuya de escribir, explicar, con tanto conocimiento y acervo cultural que te caracteriza, toda una vida de estudio hasta el día de hoy, sin duda de familia, siempre en la vanguardia, es hermoso que haya personas como tú, que están dejando hijos literarios, para las nuevas generaciones, que sepan quiénes fuimos, qué hicimos para el bien de ellos mismos, que algún día serán nuestros lectores del futuro, sobre todo ya cuando no estemos, ser parte de una importante área de nuestra cultura, de nuestro pasar por la vida, trascendiendo con nuestras acciones que son para el bien de la ciudadanía. Hablar de ti como ser humano es sonreír, ya que tu esencia es inigualable, te amamos tanto toda la familia, esas virtudes que te caracterizan, que son muchas, la sencillez, como tu honestidad heredada. Pudiera seguir escribiendo sobre tantos logros, estudios, reconocimientos, de todos esos viajes maravillosos por todo Europa que te hacen tan interesante y culto, ameno. Quien te conoce, no puede más que quererte y admirarte, ya sé que no te gusta que hable de tu admirable persona y de todo lo que tú eres y de lo que significa ser tu hermana, pero no puedo dejar de “en vida, hermano, en vida”, agradecer a Dios, a mis padres el haberte dado la vida y que seas mi amado y admirado hermano.
Ahora me encuentro en la ciudad de Oaxaca, en un ciber porque no me traje la computadora, y cada museo, cada librería, cada galería y centro histórico me hace recordarte, ya que eso eres tú, toda una cultura. Como a toda la familia nos encanta viajar y admirar los centros históricos de donde vayamos, visitando las iglesias del brazo de mamá, cómo se pone tan feliz ella cuando llegas y la llevas a todos esos lados de cultura que tanto les gusta, presentaciones de libros, festivales, ferias del libro. En fin, no termino hermano.
Gracias a quien atinadamente vio toda una vida al servicio de algo tan importante como son los archivos históricos y quienes hacen posible su cuidado y divulgación. Su traducción para que nos sea más sencillo entender la historia de nuestro México querido. Tan rico en cultura, tradiciones, lugares, personalidades que nos allanaron la vida en tantos sentidos.
Saber de donde venimos, quiénes eran nuestras familias en el árbol genealógico, siglos atrás.
Gracias de verdad, Coque, por tu trayectoria de vida en todos los sentidos, y en todas las áreas de tu valiosa y bella vida.
Te amamos y admiramos, gracias por todo el amor y apoyo que siempre recibimos de ti. Me da tanta emoción estarte escribiendo esta columna que ya se me llenaron los ojos de lágrimas, qué padre que nuestros padres están viviendo la cosecha de su trabajo como ejemplares padres.
Un abrazo estimados lectores y lectoras, su amiga y terapeuta, Verónica. Diosito por delante.
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