Cuando dos o más personas deciden reunir capitales para desarrollar una empresa, la recomendación es constituir una sociedad con la capacidad jurídica para tener derechos y obligaciones, definir la administración y la representación para proteger el patrimonio invertido.
La función notarial es una tarea aliada de las personas emprendedoras y está presente en el nacimiento, desarrollo, modificación y disolución de las sociedades para inscribir las demandas y los intereses de las personas socias. El notario público es responsable de cumplir los requisitos legales en la constitución de una sociedad o de una asociación civil y en su respectivo registro, para los efectos conducentes en materia bancaria y tributaria.
El primer paso para la constitución de una sociedad es presentar las propuestas de la denominación o razón social, para tramitar la autorización a través de la Secretaría de Economía y conocer si el nombre ya está autorizado, notificar el uso o informar que un nombre ya no está en uso. Con lo anterior se obtiene la autorización para usar el nombre y se inicia la formalización de la constitución de una persona moral.
Es importante definir el objeto social y capital de una sociedad. El objeto social busca tener un enfoque claro de las operaciones y es fundamental para la empresa por la importancia contable, por los tratamientos fiscales, la procedencia de deduciones y de los acreditamientos. El objeto social permite la clasificación empresarial o de inversión y delimita la esfera de actividad de la sociedad, determinando la inversión del capital y del patrimonio empresarial.
El objeto social deber ser lícito, posible y concreto; debe incluir todas las actividades, negocios u operaciones realizadas por la sociedad en forma expresa y debe estar claramente definido en los estatutos sociales, que son el documento legal que regula el funcionamiento de la empresa. La función de los estatutos sociales es establecer las normas que estructuran la organización y el funcionamiento de la empresa. Los estatutos son trascendentes para la protección de los intereses de las personas socias y de la misma sociedad; deben ser aprobados en la constitución de la empresa y no pueden contravenir la legislación estatal, federal o internacional.
Poner un negocio es una forma de ser independiente, de perseguir y alcanzar sueños y de contribuir con la sociedad con el aporte de nuevos productos o servicios y a través del emprendimiento buscando mejorar la calidad de vida. Un negocio ayuda al desarrollo profesional experimentando nuevas habilidades y conocimientos fomentando la creatividad, la innovación y la competitividad a través de las ideas. El emprendimiento puede mejorar la eficiencia, la productividad y debe construir ambientes sanos de trabajo con motivación y valores humanos; impulsando el éxito personal, contribuyendo a mejorar el tejido social y al desarrollo de la sociedad con independencia financiera de las personas asociadas.
Las personas emprendedoras enfrentan retos como la búsqueda de financiamiento, la competencia, la incertidumbre y la tramitología. El desafío es abrir un campo en el mercado, marcar postura competitiva, dar a conocer los alcances de la marca y lograr la confianza de los clientes a través de resultados.
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