Ciudad de México.- Seguramente has escuchado el término “mamá cuervo”, pero ¿qué es y de dónde viene? Aquí te contamos la historia.

Este término encuentra su origen en una historia donde una mamá cuervo había dejado a sus hijos en el nido para ir a buscar comida, sin embargo, cuando regresó, no los encontró y se puso a buscarlos, preguntándole a los demás animales si los habían visto.

Después de un rato se encontró a otro animal y le describió a sus hijos de la siguiente manera: “son las aves más bellas que hayas visto, con un gran pico y un hermoso plumaje negro muy brillante, y unas alas muy grandes y bonitas”.

El zorro le dijo que acababa de asustar a unos pájaros “horribles” y que por la descripción no pensaba que fueran sus hijos, hasta que la mamá cuervo se dio cuenta que si eran y salió a buscarlos.

Como puedes ver el cuento habla de cómo se exaltan las virtudes de los hijos, algo natural para una mamá, quien ve a sus hijos hermosos y a su vez los llena de expectación y le celebra todos sus logros.

Estas conductas tan “exageradas” de enaltecer tanto a los hijos ha hecho que a este tipo de madres se les denomine como “mamás cuervos”.

Es normal que el amor de las mamás hacia los hijos haga que algunas veces no se den cuenta que les están haciendo un mal con este tipo de actitudes, pues los acostumbran a que todo lo hacen bien, logrando que no desarrollen una tolerancia al fracaso.

Al estar aplaudiendo cada paso del hijo, una mamá cuervo fomenta a que se vuelvan egoístas y soberbios, debido a que los han criado en un entorno “perfecto”.

No estamos diciendo que aplaudir los éxitos de los hijos sea algo malo, sin embargo, hay que saber cuando merecen esa felicitación.

Si eres una mamá cuervo, esto es lo que puedes hacer para dejar de serlo.

Una de las principales características de las mamás cuervos es la sobreprotección que tienen hacia sus hijos.

Tu hijo debe saber que no todo es perfecto, que cualquier acción traerá una reacción, ya sea positiva o negativa, por lo que debes guiarlo y enseñarlo a lidiar con la frustración.

Recuerda que ningún ser humano es perfecto, tu hijo se va a equivocar muchas veces y tiene que ser consciente de eso.

No pasar las conductas irresponsables

Lo más natural de una madre hacia su hijo es apapacharlo y consentirlo, pero jamás se deben dejar pasas las conductas irresponsables, es decir, no puedes permitir que hagan lo que quieran sin corregirlos o castigarlos.

La buena comunicación siempre será la respuesta para que exista una sana convivencia con tu hijo. Limitar conductas y actitudes inapropiadas a tiempo puedes facilitar muchas cosas.

Aplaudir los logros solo cuando sea necesario

Las madres todo el tiempo van a acompañar y a apoyar a los hijos, pero no pueden aplaudirles todo lo que hacen, pues ellos tienen que crear su propia independencia y autonomía para ser unas personas seguras en el futuro.

Una mamá cuervo puede traer muchas consecuencias en la educación de los hijos, por eso es importante mantener un equilibrio.