“La adversidad me ha enseñado a agarrar la vida con fuerza. Y a valorar el regalo que supone simplemente el hecho de estar viva”.
Irene Villa
Recientemente tuvimos el regalo de tener en la ciudad el XXX Congreso Regional de la Mujer, y como siempre, nos visitan conferencistas maravillosos de talla internacional que enriquecen nuestra mirada, amplían nuestra perspectiva y nos llenan de recursos para abrazar las circunstancias que nos toca vivir. Y dentro de tantos aprendizajes, me quedé con el de una mujer maravillosa, llena de resiliencia, y es por eso que hoy quisiera compartirles un poco de lo que me dejó su testimonio, extrayendo un poco de tanto que nos enseña esta gran mujer.
Irene Villa fue víctima de un atentado terrorista a los 12 años, en el cual perdió las dos piernas y tres dedos de una mano. Sin embargo, no perdió la capacidad de luchar y se aferró a la vida aún con más fuerza. Su resiliencia, su optimismo y su amor a la vida, la han convertido en un referente para la sociedad. Ella ha logrado convertir la adversidad en uno de los motores impulsores de su vida. Así lo afirma: “La clave a veces está en cambiar el foco de la situación”. Y es que en su conferencia, ella compartió cómo el valor del esfuerzo, la confianza en uno mismo, el trabajo en equipo, pero por encima de todo, el perdón… nos fortalece. Ella asegura que “el perdón es la base para tener una vida plena y feliz”.
¿Qué más nos enseña con su experiencia de vida?
1. “Hay algo que a mí me ayuda, que es no mirar el pasado. Y si miras, sólo está permitido mirar de dos formas: perdonando o agradeciendo”.
2. Siempre hay que contar lo que nos sucede, para que los demás puedan echarnos una mano. También hay que aprender a recibir y dejarse ayudar.
3. “El dolor es inevitable, lo que es opcional es quedarte en ese sufrimiento de por vida. Así que decidí que iba a seguir estando abierta a los regalos que la vida me iba a dar”.
4. La clave está en siempre buscar las posibilidades, más que las limitaciones. Cuando ocurre la adversidad, uno sólo ve la dificultad, el problema, la adversidad. Pues cambia el foco. Enfócate en la respuesta, la solución, en lo bueno y positivo, siempre hay una luz al final del túnel.
5. “Uno no sabe lo que es ser fuerte, hasta que ser fuerte es tu única opción”.
6. El consejo de su madre la llenó de fuerza: “Hija, esto es lo que tenemos y con esto vamos a tener que vivir toda la vida. Tenemos dos opciones: vivir amargadas, sufriendo, maldiciendo a los terroristas que tienes todo el derecho del mundo por lo que nos ha pasado. O decidir que tu vida empieza hoy y que vas a luchar por tener la vida lo más parecida a la vida que tú tenías”. Así que ella le contestó: “Mamá, a partir de hoy he nacido sin piernas y a partir de hoy así es”.
7. Quien no acepta, es imposible que pueda florecer. Uno puede florecer hasta que no acepta lo que es.
8. Para no quedarse en la frustración, hay que aceptar lo que se es en el momento. Gestionar las emociones humanas pero aprender que yéndonos al pasado es un callejón sin salida. La aceptación te hace ampliar un abanico de posibilidades y un arcoíris de colores frente a ti.
9. Buscar tener una actitud proactiva. ¿Qué es una actitud proactiva? Querer mover tu vida hacia donde tú quieras.
10. Si no puedes cambiar la situación, cambia tú.
La vida es una celebración.
Que estas grandes lecciones que nos da esta gran mujer, nos permitan vivir el presente con alegría y entusiasmo, cada día con esa atención plena y disfrutando de cada instante. Porque esto es lo que tenemos.
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