Lo que prometieron lo cumplieron. Por eso mismo, porque ya se esperaba a nadie sorprendió la desaparición de 7 órganos autónomos; así sin más análisis ni reflexiones votaron los diputados por eliminar lo que había funcionado, pero no convenía a los intereses de quienes llegaron al poder con mentiras y traiciones.
Mentiras, porque han pretendido hacer creer a los ciudadanos que los gobiernos anteriores son responsables de todo lo malo que le ha ocurrido al país. Por supuesto que de tanto repetirlo algunos por ahí lo creerán, sin detenerse a pensar que el engaño es utilizado para traicionar a México.
Y qué más traición que la de destruir instituciones, modificar leyes a conveniencia y dejar indefensos a la gran mayoría de mexicanos, que es lo que ha estado ocurriendo en nuestro México.
Todo lo han hecho de manera intencional, premeditado, calculado para adueñarse de algo que creen haber obtenido en las urnas: Poder absoluto.
Un poder que, por supuesto, no obtuvieron con votos, al menos no de la manera que en Morena consideran tener. Ellos saben, están conscientes que existe una gran dosis de inconformidad entre la población, misma que crece por al menos una poderosa razón: la inseguridad que va en aumento y nos mantiene a la expectativa.
Se cree que el poder corrompe a las personas; algo hay de cierto, pero sólo en parte. Y digo que sólo en parte porque considero que quien tiene principios y actúa con ética no tan fácilmente se deja manipular, sobornar, menos caer en el juego perverso de traicionar a su país ante una amenaza de hacer pública su fortuna lograda por negocios turbios en su carrera.
En política, aceptar las reglas del manipulador y peor, del extorsionador, equivale a ser igual o peor a ese tipo de personas que carecen de ética y moral y son capaces de cualquier bajeza para lograr sus fines.
Ahí están a la vista de todos, hombres y mujeres desde el Senado y Cámara de Diputados, unidos para destruir organismos que algunos de ellos -hay que decirlo- en otro momento de la vida política de nuestro México, apoyaron con su voto a favor para su creación.
La creación de órganos independientes que sirvieran de contrapeso al gobierno en turno.
¿Lo hicieron por convicción?, ¿por lograr algo para ellos?, ¿qué fue lo que sucedió?
Lo que hoy le han estado haciendo al país, no tiene razón de ser. Destruir los organismos que sí han funcionado, que sí han sido de utilidad a los mexicanos, solo se puede considerar como traición a México.
Es cierto que nada ni nadie es perfecto, pero sí es perfectible, por lo tanto, se puede mejorar. Lo que no es correcto ni aceptable que se pretenda utilizar el poder para dañar la buena imagen de funcionarios que sí han trabajado o de instituciones y organismos que sí han funcionado.
Menos aún que se les agreda para satisfacer el capricho de un individuo resentido, perverso y peor aún, vengativo. Seis años de mal gobierno ¿no bastaron?
Lo primero que hizo López Obrador al asumir el cargo, fue bajarse el sueldo, al igual que el de sus funcionarios porque “nadie debería ganar más que el presidente”. Engañabobos, porque el presidente no paga servicios, hipoteca o renta, vehículos, gasolina. Pretendió ofrecer cátedra que con los $200 pesos que traía en su bolsa, era suficiente.
¡Por supuesto que sí! era más que suficiente si consideramos que ni una botella de agua compró en el tiempo que vivió en palacio. Pretendió hacer creer que con su llegada “la corrupción se acabó” ¿Cómo por arte de magia? Bajarse el sueldo no es garantía de honestidad. Fue una mentira más usada como distractor.
La persona honesta lo demuestra en sus hechos no en sus dichos. Igual la corrupción, se manifiesta en los negocios que se realizan a la sombra del poder; en el nepotismo, en recibir o hacer favores a cambio de un beneficio personal.
Cuando asumió el poder AMLO ordenó quitar la pensión a los expresidentes así como la escolta asignada para su seguridad. Hasta mencionó la cantidad que supuestamente ahorraría el país.
No se entiende cómo es que al señor le han asignado militares para cuidar de él, su familia y propiedades. ¡Ah! Pero la información se mantendrá clasificada por cinco años, por “cuestión de “seguridad”. En buen español, se llama cinismo. Deberían de informar al pueblo cuánto costó la remodelación o construcción de la Quinta de Palenque, por qué se autorizó un cuartel cercano a la finca y hasta un hospital muy bien equipado y a donde llegarán especialistas, ¿para el pueblo? ¿ahora sí, como en Dinamarca?
Vamos a vivir en la opacidad, cero informaciones; no habrá INAI ni órganos autónomos, ni justicia para nadie. Pero eso sí, se protegerá a quienes -desde su llegada- están destruyendo a nuestro querido México.
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