Vaya revuelo el que se causó en Matamoros ante la nueva medida que anunció el alcalde Miguel Ángel Ramírez, “El Charro”, con respecto a la prohibición de fiestas en la vía pública y con presencia de grupos musicales o bocinas con gran volumen.
Lo anterior fue fustigado severamente por grupos sociales y organismos civiles, no porque les guste tanto el baile o la fiesta, sino porque precisamente el buen “Charro” organizaba muchos eventos políticos de ese estilo en la más reciente campaña electoral, además es bien sabido que uno que otro familiar suyo también ha llegado a participar en ese tipo de bailes, cerrando calles y ocupando espacio público, una práctica muy popular en Matamoros y en otros municipios de la Laguna.
Supuestamente la medida entra en vigor el próximo 1 de agosto y se antoja que generará muchos roces con los agentes del orden, ya veremos si la modifican, la dejan como está o bien, la echan para atrás con todo el borlote que se ha armado en redes sociales y en los propios pasillos de la presidencia municipal.
Por cierto, hay varios regidores y regidoras que son muy adeptos a participar en ese tipo de festejos, aquí la pregunta es si para ellos también aplicará la ley.
Y hablando de Matamoros, las lluvias cayeron más o menos en la misma medida en todas las ciudades de La Laguna, pero en aquellas con mayores problemas de infraestructura pública quedó de manifiesto que tienen más trabajo por hacer.
Las precipitaciones de ayer miércoles dejaron inundaciones importantes casi en todas las colonias del municipio, incluso en los accesos principales de la ciudad se generó caos entre los vehículos de carga pesada, el transporte público y el tráfico local, una vez más quedó de manifiesto que el drenaje sanitario no tiene la capacidad de resistir lluvias, ni siquiera las moderadas.
Ahora el problema vendrá en las próximas semanas, pues con la llegada de la temporada formal de precipitaciones seguramente los problemas seguirán en todos los sectores.
Como dirían en el Chapulín Colorado: ¿Quién podrá ayudarnos?
Pero Matamoros no es el único municipio que la pasó mal ayer con la lluvia, también en Lerdo se presentó por enésima vez, una inundación en el paso deprimido Francisco Sarabia.
Sí, ese mismo en el que durante 2016 un taxista falleció ahogado luego de ingresar accidentalmente en su vehículo y quedar atrapado; ese mismo desnivel que, durante su inauguración en el año 2013, se decía que era una de las “mejores obras de infraestructura vial de los últimos años”.
Pues bueno, ayer se volvió a inundar totalmente y con ello se revivió el debate sobre lo que se tiene que hacer ahí, se dice que la inversión necesaria para poner drenaje decente en ese paso es “millonaria e incosteable” para el Municipio.
En cualquier caso, el ciudadano termina pagando los platos rotos.
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