El pasado 25 de julio, Saltillo cumplió 447 años de haber sido fundada por Alberto del Canto. Esta generosa y progresista ciudad me acogió y me dio trabajo desde hace 54 años, por eso tengo una enorme gratitud y amor por ser saltillense, debido a ello me interesan sus problemas, sus necesidades y sus circunstancias.

Los últimos gobernantes coahuilenses que se dieron como principal tarea atraer empresas e inversiones para promover su crecimiento y desarrollo económico, el cual ha creado nuevas necesidades por el aumento creciente de su población. En 1970, Saltillo tenía 165 mil habitantes, actualmente rebasa el millón de pobladores.

Por eso desde hace años he insistido en dos asuntos, que a mi juicio, merecen la atención de las autoridades: el agua y la movilidad citadina de los saltillenses. En el caso del agua, reiteradamente he preguntado si tenemos el suficiente líquido vital para sostener el crecimiento de la población, sobre lo cual Agsal ha dicho que se deben buscar más fuentes y perforar más profundo, lo que significa que no tenemos el agua necesaria, para sustentar permanentemente el aumento poblacional que hasta hoy hemos experimentado.

El caso de la movilidad citadina requiere de la ocupación y preocupación de sus autoridades, pues a la fecha en Saltillo se ha convertido en un problema trasladarse en la ciudad de un lugar a otro, por su congestionado tráfico. Sus calles se han convertido en ríos de vehículos sobre todo en las llamadas horas picos, lo que representa una pérdida de tiempo y muchos accidentes de tránsito.

Y esto se debe, a que no se han hecho nuevas vialidades en los lugares de tráfico constante, donde habita la mayor parte de los saltillenses, que son el oriente, poniente y sur de la ciudad. Las autoridades ni siquiera han sincronizado los semáforos de las arterias principales, para que el tránsito sea menos congestionado.

Aunado a lo anterior, Saltillo tiene un pésimo servicio de transporte público. En el caso de los camiones urbanos diariamente se aprecian concentraciones de usuarios que esperan por más de media hora la aparición del transporte, pues las autoridades no han podido meter al orden a los concesionarios.

De los taxis ni hablar, pues estos no recogen usuarios que no vayan para el rumbo que han escogido. Según los taxistas, faltan vehículos que presten el servicio ante el aumento poblacional en Saltillo. Y nos preguntamos, ¿dónde están los millares de concesiones que los distintos alcaldes han otorgado al final de sus trienios? ¿Por qué no las ponen a trabajar? Nadie atina responder a estas preguntas.

Lo cierto es, que las autoridades responsables de solucionar estas urgentes necesidades de los saltillenses brillan por su ausencia, al parecer nadie está preocupado por resolverlas. El problema del transporte público ha sido una constante en las últimas décadas, y todos han hecho caso omiso.

Por eso, es necesario que el próximo Alcalde haga algo por resolver el problema, haciendo un plan de gobierno para brindar un buen servicio en el transporte público, de tal manera que disminuya la cantidad de vehículos que hoy transitan por la ciudad, y que congestionan las arterias principales de tránsito.

Esperamos, que el gobernador Manolo Jiménez y el próximo Alcalde, Javier Díaz y el actual Fraustro Siller, hagan algo por resolver este grave problema que a la vez es una necesidad de los saltillenses.

Política aldeana

1.- Luego de las elecciones presidenciales del pasado 2 de junio, el todavía diputado federal Jaime Bueno y Rubén Moreira que repetirá como diputado por la vía plurinominal, a últimas fechas han hecho declaraciones mediáticas criticando las reformas ordenadas por AMLO para consumo local, las cuales serían más escuchadas si éstas las hicieran en la Cámara de Diputados, en donde invariablemente guardan silencio. Hasta ahora no hemos sabido de algún pronunciamiento de estos dos legisladores coahuilenses en el seno del Congreso de la Unión.

2.- Comienza a darse a conocer la posibilidad de que Óscar Pérez Benavides se haga cargo de la Administradora Coahuilense de Infraestructura y Transporte Aéreo, ante la renuncia de Luis Gerardo García Martínez “El Yayo”. Como información adicional: Pérez Benavides fue uno de los funcionarios abusivos que secuestró a uno de mis hijos, acusándolo de traer una pistola calibre 38 especial que le habían sembrado los policías que lo detuvieron, en respuesta a las críticas que como periodista hice contra el entonces gobernador Eliseo Mendoza Berrueto, cuando Óscar Pérez se desempeñaba como secretario de Seguridad Pública.

Preguntas huérfanas

¿Qué tan cierto es que el protagónico Raúl Vera López necesita de reflectores por eso asegura que lo robaron y agredieron una empleada y un escolta, incluso acusó que en el obispado lo tenían marginado y que había oído ruidos en la azotea?

¿Será verdad que la inflación que padecemos los mexicanos se debe al pago de extorsiones que los extorsionados lo cargan al precio de los productos?