Piedras Negras, Coah.- Los hechos que han marcado la historia de Coahuila, difícilmente se podrían concebir sin la influencia de una familia que fue determinante en la conformación y desarrollo de esta entidad, así lo recoge a través de la obra “Los Madero. La saga liberar. Historia del siglo XIX”, del autor coahuilense Manuel Guerra de Luna.

Salvador Hernández Vélez, secretario general de la Universidad Autónoma de Coahuila y amplio estudioso y conocedor de la historia, resaltó durante su participación en el Taller de Historia para Damas, aspectos fundamentales del legado de los Madero que sentaron las bases para la conformación de una entidad que ha sido determinante en el curso de la historia en el país.

Lo anterior a través de un análisis sobre la obra que califica de suma calidad historiográfica, que le valió incluso al autor, originario de Zaragoza, Coahuila la certificación como tal y el premio Banamex de historia regional mexicana Atanasio G. Saravia en 2008.

El carácter liberal de Francisco I. Madero, lo asocia el expositor, a la herencia familiar de su abuelo y bisabuelo, los dos, hombres de gran influencia en la vida economía, social y política, un siglo antes, de detonar el movimiento revolucionario, antirreeleccionista impulsado por Madero, considerado apóstol de la democracia.

Y es que a través de las páginas de la obra de Manuel Guerra Luna, plasma un recorrido histórico fundamentado por años de estudio e investigación a través de los archivos históricos de la nación, del estado, incluso de Texas.

Aporta datos sobre la participación del bisabuelo, de quien fuera el impulsor de la revolución, José Francisco Madero Gaxiola y de su abuelo Evaristo Madero Elizondo, en logros significativos de la época como el establecimiento y constitución de los estados del noreste de México.

Hombres de negocios, visionarios pero sobre todo decididos en el progreso del noreste de México, Madero Gaxiola ocuparía dentro de la política la alcaldía de Monclova, además de participar posterior a ello como diputado en la primera legislatura constitucional de otrora estado Coahuila, Texas.

Por su parte, Francisco Evaristo Madero, que quedaría huérfano a los cinco años de edad, debido a que su padre sucumbió ante el cólera, en su vida adulta además de empresario, ocuparía la gubernatura de Coahuila en 1880-1884.