Washington.- El Presidente de Estados Unidos Joe Biden esperaba generar un nuevo impulso para su candidatura a la reelección al aceptar debatir dos meses antes de ser nominado formalmente. En cambio, su actuación vacilante e inconexa el jueves por la noche provocó una ola de pánico entre los demócratas y reabrió la discusión sobre si debería ser el candidato.

A lo largo de 90 minutos, Biden, con su voz ronca, tuvo dificultades para pronunciar sus líneas y contrarrestar las duras, pero profundamente deshonestas palabras del ex Presidente Donald Trump, lo que generó dudas sobre la capacidad del actual Mandatario para llevar adelante una campaña vigorosa y competitiva a cuatro meses de las elecciones. En lugar de disipar las preocupaciones sobre su edad, Biden, de 81 años, la convirtió en el tema central.

Los demócratas que han defendido al Presidente durante meses contra sus escépticos, incluidos miembros de su propia Administración, intercambiaron frenéticas llamadas telefónicas y mensajes de texto a los pocos minutos de iniciado el debate, cuando quedó claro que Biden no estaba en su mejor momento.

Algunos recurrieron a las redes sociales para expresar su conmoción por sus problemas, mientras que otros discutieron en privado entre ellos lo que significaría para el partido y si era demasiado tarde para persuadir al Mandatario de que se hiciera a un lado en favor de un candidato más joven.

“Biden está a punto de enfrentar un aumento de peticiones para que se retire”, dijo un veterano estratega demócrata que ha respaldado públicamente a Biden.

“Joe tenía un profundo afecto entre los demócratas. Se ha secado”.

El objetivo de Biden, al aceptar un debate electoral general antes que nunca en la historia presidencial, era recalibrar la contienda como una elección entre él y un delincuente que intentó anular una elección y destruiría la democracia estadounidense si se le otorgara nuevamente el poder.

“Los partidos existen para ganar”, continuó este demócrata.

“El hombre en el escenario con Trump no puede ganar. El miedo a Trump sofocó las críticas a Biden. Ahora ese mismo miedo va a alimentar los llamados para que renuncie”.

Trump, de 78 años, pareció sortear el debate sin mayores problemas, aunque soltó una falsedad tras otra sin que nadie lo cuestionara. Se mostró confiado, pero evitó el mismo comportamiento excesivamente autoritario que lo perjudicó durante su primer debate con Biden en 2020, aparentemente contento de dejar que su oponente se enfrascara en sus propias dificultades.

“Chicos, los demócratas deberían nominar a alguien más, antes de que sea demasiado tarde”, escribió Andrew Yang, quien compitió contra Biden por la nominación demócrata en 2020, en las redes sociales antes de que terminara el debate, agregando el hashtag #swapJoeout.

Van Jones, ex asesor del presidente Barack Obama en la Casa Blanca y una voz destacada del partido liberal, predijo que se reanudaría la discusión sobre este tema.

“Hay mucha gente que querrá que considere tomar un rumbo diferente ahora”, dijo Jones en CNN después del debate.

La discusión en línea estuvo llena de evaluaciones similares dentro de la primera media hora del enfrentamiento.

“Lo siento, voy a votar por el Presidente Biden, pero hasta ahora esto es un desastre”, escribió Mike Murphy, un republicano anti-Trump.

“En una escala de 1 a 10 puntos, si esto continúa, la explosión de pánico dentro del Partido Demócrata alcanzará los 28 puntos mañana”.

Alyssa Farah Griffin, ex asistente de Trump en la Casa Blanca, dijo: “Es peor de lo que creo que la mayoría de la gente imaginaba”.

Los asesores de Biden han rechazado durante mucho tiempo cualquier discusión sobre su salida de la carrera, desestimando tales comentarios como nerviosismo injustificado, incluso cuando ha estado detrás de Trump en los estados clave para la victoria este otoño. Los asesores y aliados de Biden han cuestionado repetidamente las encuestas y señalado que las predicciones de derrotas demócratas en las últimas elecciones han sido exageradas.

Ningún Presidente en ejercicio se ha retirado de la carrera tan tarde en el ciclo de campaña, y hay poco consenso sobre lo que sucedería si lo hiciera. El jueves por la noche, los demócratas imaginaban escenarios que requerirían que figuras del partido como el senador Chuck Schumer de Nueva York, la ex presidenta Nancy Pelosi de California y el representante James Clyburn de Carolina del Sur intervinieran ante el Mandatario, aunque no había indicios de que ninguno de ellos estaría de acuerdo en hacerlo.

Otros demócratas dijeron que temían que fuera demasiado tarde y que Biden no escuchara a nadie más que quizás a su esposa, Jill Biden, quien ha apoyado firmemente una nueva candidatura. El equipo del Presidente terminó la velada sabiendo que la tarea de los próximos días sería acallar esos rumores y unir al partido en torno a su asediado líder.