Ciudad de México.- Sergio ‘Checo’ Pérez vive su peor momento desde que llegó a Red Bull con 15 puntos en 5 Grandes Premios de F1, uno de ellos con Sprint, pero ¿qué hay detrás del desempeño del piloto mexicano?

En 2021, entre los Grandes Premios de Austria, Gran Bretaña, Hungría, Bélgica y Países Bajos, Checo Pérez solamente sumó 12 unidades, pero tenía la atenuante de que era su primer año y la competencia estaba solamente entre Red Bull y Mercedes, así que no le afectó tanto en el estado del campeonato. Además, el RB16B no era claramente el mejor auto de la parrilla.

Ahora, Checo Pérez está quinto en el Campeonato de Pilotos con 118, lejos de los 237 de Max Verstappen, los 156 de Lando Norris, de los 150 de Charles Leclerc y 135 de Carlos Sainz, además de que ya tiene la presión de Oscar Piastri con 112 y George Russell con 111. Por eso es crítico que no obtenga más puntos por carrera.

Otro ejemplo de una mala racha de Checo es 2023, donde entre Singapur, Japón, Qatar, Austin y México, solamente acumuló 21 puntos. La parte asiática de esta estadística fue el punto bajo, porque en Estados Unidos volvió al ritmo y en el Autódromo Hermanos Rodríguez había calificado en cuarto, pero aquel famoso accidente en la primera curva, lo abandonar. Un momento duro, pero donde Checo Pérez se había reencontrado con la velocidad de su monoplaza.

La racha de 2024 es peor porque hay más competencia, ya que hay cuatro equipos que pueden ganar carreras: Red Bull, McLaren, Ferrari y ahora Mercedes, lo que hace más crítico dejar de sumar.

Sin ánimo de hablar por él, ni de adivinar qué pasa al interior de Red Bull, se pueden mencionar situaciones y hechos que, en parte, determinan la crisis de resultados de Checo Pérez en la temporada 2024 de la Fórmula 1.

El primer cuarto del calendario fue sólido y hasta sobresaliente para Checo Pérez con 103 puntos, cuatro podios, de los cuales tres fueron segundos lugares, un cuarto y un quinto puestos.

Luego de esos seis Grandes Premios, los cinco que han seguido podrían ser parte de la trama de un libro de Stephen King. El auto predecible, dócil, rápido y confiable, se convirtió en un engendro que persigue a Checo Pérez y busca arrollarlo.

Después del GP de Miami, como pasó en 2023, Checo Pérez empezó con problemas en la calificación, primer síntoma de que algo está mal.

En Imola, se quedó fuera de la Q3 (11); en Mónaco, se quedó en la Q1 (16); en Canadá, de nuevo Q1 (16) y aunque en España y Austria logró meterse a la Q3, lo hizo en octavo.

Una ínfima cosecha de 15 puntos, cuando en ese mismo periodo Verstappen ha sumado 101, George Russell 74, Lando Norris 73, Oscar Piastri 71, Lewis Hamilton 58, Charles Leclerc 52 y Carlos Sainz 42.

El RB20 ya no es el mejor auto

Ya está claro que el RB20, monoplaza de Red Bull, ya no es el auto más rápido a una vuelta ni con mejor ritmo de carrera de la F1, al menos no lo es en todas las pistas. Sólo la brillante ejecución de Max Verstappen y su equipo de ingenieros ha logrado que 7 de los 11 GP’s de la temporada caigan de su lado.

El MCL38 de McLaren ha sido el monoplaza más consistente de la temporada. Al equipo le hace falta aprender a ganar, pero tanto Lando Norris como Oscar Piastri están en la conversación de triunfo cada fin de semana.

Cuando el auto de Red Bull es muy bueno, es regular o no es competitivo es Checo Pérez quien somatiza ese nivel competitivo. Max Verstappen es un piloto diferente, un súper dotado, por lo que es el mexicano el que nos dice en 2024 cómo anda el RB20.

Pero incluso Verstappen, ha acusado problemas de subviraje, agarre, sobre todo en la última parte de los Grandes Premios.

Más allá del anuncio de Adrian Newey de no seguir con Red Bull para 2025, el desarrollo del concepto RB con efecto suelo parece haber llegado a su techo y sus pasos son casi imperceptibles, frente a las zancadas que da McLaren o los salto de progreso que ahora tiene Mercedes.

También es un hecho lógico y normal que Red Bull enfoca el desarrollo del auto en Verstappen y que sus decisiones están enfocadas en que, cuando pueda, Checo Pérez trabaje para él, como sucedió en Canadá donde lo hicieron volver a pits con el auto dañado para tratar de evitar un Safety Car o como cuando en Q3 el tapatío fue un gregario para proporcionar ‘tow’ al neerlandés.

Rezago de su garage con respecto al de Verstappen

Si a Red Bull le interesa el Campeonato de Constructores deberán concentrarse en sacar a Checo Pérez y a su garage del rezago que tiene respecto al de Verstappen.

Del lado de Max como del de Checo emanan dudas y problemas los viernes, pero la diferencia estriba en que el sábado del lado de Verstappen se hallaron respuestas que no arriban entre el equipo de Pérez.

El que el jefe del área responsable del ‘performance’ sea Gianpiero Lambiase, quien también funge como ingeniero de carrera del tricampeón del mundo hace que, por un lado, sea increíble que no se comparta la información necesaria con el otro garage y, por otro, que este ingeniero no tome bajo su ala al equipo rezagado para ponerlo en la misma sintonía

Accidentes

Checo Pérez ha venido arrastrando un problema de balance desde Mónaco, acentuado en Austria por un muy marcado ‘understeer’.

No se sabe si el fuerte choque en Mónaco y el contacto en Canadá han jugado algún rol en la falta de rendimiento del coche.

En Austria, el contacto en la vuelta 1 con Oscar Piastri, dejó un boquete en el pontón izquierdo que evidentemente restó velocidad al RB20 de Checo Pérez.

Pérdida de confianza

Cuando has conducido un monoplaza que es predecible, con el que puedes buscar los límites y que tienes la certeza qué hacer para mejorar y qué pasa cuando no funciona óptimamente, pasar a uno que reacciona de forma diferente merma paulatinamente la confianza del piloto.

Encontrar los límites del auto y los neumáticos en un desempeño ideal es lo que se traduce en velocidad y ritmo. Si sabes cuál es el límite del auto, te acercas a él y eres capaz de reproducir el desempeño en cada vuelta.

Hoy en día, Checo Pérez no sabe qué esperar del RB20.

Márgenes mínimos entre cada coche

Otro punto muy importante es que la distancia entre los autos de F1 se ha recortado muchísimo.

Un simple ejemplo fue la Q1 de Austria, donde entre el primero y el último lugar hubo solamente .798 milésimas de segundo, de hecho, entre 5 y el 14 había menos un décima.

Cuando los márgenes son tan estrechos perder por subiraje un par de décimas puede ser fatal. Por ello, Checo Pérez se vio obligado a utilizar un juego extra de llantas suaves para no ser eliminado y eso, en la Q3 le jugó en contra, porque ya sólo tenía disponibles neumáticos usados.

En Austria se notó que ya no es tan fácil como antes remontar posiciones luego de una calificación complicada. Y si a eso le agregas una sanción para Pérez por infringir la velocidad de pits (error total del piloto) y el boquete en el pontón, era casi surrealista ver que Checo Pérez no podía, y de hecho no pudo superar al Haas de Nico Hulkenberg para quedar en sexto.

Comparación con Verstappen

De ninguna manera se trata de justificar a Checo Pérez, en cuyas manos hay algunas décimas del pobre ritmo del RB20, más allá de los problemas técnicos, pero también su trabajo se complica con el referente que tiene en el mismo auto y los mismos colores.

Es absolutamente comprensible que cuando se alaba el genio de Max Verstappen se volteé a ver qué hace el otro piloto de Red Bull, e invariablemente que caiga en el simplismo de creer que por tener el mismo coche alguien puede igualar al neerlandés.

Lo dijo Lando Norris tras la carrera Sprint en Austria, Max está en otra liga y es capaz de meterle 4 décimas a un buen piloto en un auto más rápido, sino que lo diga el propio Lando.

Ser comparado con Verstappen es algo brutal, tus mejores días, cuando haces un trabajo más que notable dirán que sólo fuiste segundo, por eso esas cinco victorias de Checo Pérez en el mismo coche de Max, sobre todo esas donde lo venció de poder a poder deben ser materia de estudio.

Cuando el RB19 aplastaba la F1 la comparación Max-Checo era desproporcionada, ahora con el RB20 que es un auto ‘terrenal’ es todavía más injusto y sin embargo lógico.

Errores, malas calificaciones y domingos con arrancadas peligrosas

La mayor carga de errores de Checo Pérez, Hugh Bird y su equipo de respaldo se han visto en los sábados de Qualy.

Falta de balance en curvas, antes sólo en las lentas, ahora también en las medias y altas, subviraje en al frenadas fuertes, malas decisiones, estrategias fallidas, falta de mejora entre la noche de viernes y el sábado por la mañana han hecho que Checo padezca para tener un lugar más arriba entre los ocho autos que ahora pueden ganar carreras.

Luego, por consiguiente, Checo larga el domingo en medio de la grilla, rodeado de pilotos que quieren pasar, otros que quieren bloquear, unos más que se ponen lado a lado.

Una largada en F1 es como el despegue de 20 aviones en la misma pista con el ‘detalle’ que tienen que dar vuelta y que todos quieren pasar primero.

Arrancar a media parrilla acrecenta los riesgos de contacto como pasó en Austria o en Mónaco.

Al final, si Red Bull y Checo Pérez tuvieran 100 por ciento claro qué ha provocado esta crisis ya habrían salido de ella, sólo ellos saben a ciencia cierta qué sucede, pero en este compendio de problemas está parte del problema, solucionarlo es otra cosa.