Vida
Por Grupo Zócalo
Publicado el lunes, 13 de enero del 2025 a las 10:46
California.- En medio de la devastadora crisis provocada por los incendios forestales que han arrasado con más de 36,386 acres en el condado de Los Ángeles, los bomberos enfrentan un desafío crítico: la disponibilidad de agua y, aunque el Océano Pacífico se encuentra a pocos kilómetros de los incendios, la utilización de agua salada no es una solución sencilla ni inmediata.
Los incendios han dejado más de 20 personas fallecidas y más de 10 mil estructuras destruidas. En declaraciones a CNN, el gobernador Gavin Newsom confirmó que los recursos disponibles, incluidos los hidrantes contra incendios, han sido completamente agotados. “Esos hidrantes son típicos para dos o tres incendios, tal vez para uno solo. Y luego tienes algo de esta escala”, declaró.
Ante esta situación, surgen algunos cuestionamientos sobre por qué no se utiliza el agua del mar, una fuente aparentemente ilimitada. Sin embargo, la realidad es que su uso presenta serios inconvenientes tanto técnicos como ambientales.
Riesgos técnicos y operativos
El principal obstáculo para el uso del agua salada es su alto contenido de sal, que resulta corrosivo para los equipos metálicos. Esto incluye aviones cisterna y bombas contra incendios, elementos cruciales para las operaciones de los bomberos.
Además, según Technology.org, la sal también reduce el efecto de enfriamiento del agua, lo que la hace menos eficiente para extinguir el fuego. Por otro lado, el agua salada transporta mejor la carga eléctrica, aumentando ligeramente el riesgo para los bomberos durante su manejo.
Impacto ambiental
Otro factor clave es el impacto ambiental del uso de agua salada. Cuando se vierten grandes cantidades de agua salada sobre un incendio, la sal se infiltra en el suelo y cuerpos de agua cercanos. Esto incrementa la salinidad del suelo, dificultando que las plantas absorban agua y nutrientes mediante ósmosis.
De igual manera, se explica que la sal puede volver el suelo tóxico, dañar la permeabilidad del terreno y obstaculizar el crecimiento de nuevas plantas. A pesar de estas limitaciones, los bomberos pueden recurrir al agua salada en situaciones extremas, pero deben ser extremadamente cuidadosos y selectivos. Esto implica evaluar los riesgos operativos, los daños potenciales al medio ambiente y la eficiencia general en el combate del incendio.
Un problema complejo
La crisis actual subraya la complejidad de combatir incendios forestales en una región como Los Ángeles, donde los recursos de agua dulce son limitados y el uso de agua del mar plantea múltiples retos. Mientras tanto, los bomberos continúan luchando contra las llamas con los recursos disponibles, demostrando una vez más su valentía y compromiso frente a una situación devastadora.
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