Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Tania Hernández Ruiz será mamá en enero Daniel González y Silvia Quintanilla presentan mezcal Paso de la Mariposa Monarca celebran su belleza Colegio Ignacio Zaragoza presentan ‘Huitzilin’ Canaco reconocen su esfuerzo

Zócalo

|

Internacional

|

Información

< Internacional

| Foto: Especial

Internacional

‘Por favor, vuelve a casa’: Familias de rehenes viven aferrados a la esperanza

  Por Grupo Zócalo

Publicado el lunes, 7 de octubre del 2024 a las 12:05


Los familiares de los israelíes secuestrados recurren a rituales como enviar mensajes de celular o diarios en busca de consuelo.

Ciudad de México.- Casi todos los días, Avital Dekel Chen envía un mensaje de celular a su esposo, Sagui, secuestrado por Hamas el 7 de octubre de 2023 mientras ella y sus dos hijas se escondían en una habitación de su kibutz al sur de Israel. “Por favor, vuelve a casa. Por favor, aguanta un poco más”, le escribió Dekel Chen, de 34 años, en uno de ellos.

Chen encuentra consuelo en los mensajes diarios de WhatsApp que envía a su esposo, aunque sabe que él no los verá a menos que lo liberen. Está recopilando un archivo para él, recuerdos del año que se ha perdido, entre ellos el nacimiento de su tercera hija.

Sigue convencida de que Sagui volverá, pero no han recibido señales de vida desde noviembre.

¿Cómo dar sentido a unos días y meses sin forma por el dolor? En la angustia del último año, las familias de los más de 250 rehenes secuestrados durante el atentado terrorista de Hamas del 7 de octubre han recurrido a rituales en busca de consuelo y propósito.

Mientras tanto, el mundo que los rodea sigue su curso. Gaza está devastada, el Ejército israelí se ha centrado en Líbano e Irán y el acuerdo para liberar a los rehenes nunca ha parecido tan lejano.

En algunos casos, los rituales han ayudado a los seres queridos a marcar el paso del tiempo, dando referencias claras en una niebla de terror. En otros casos, les han permitido escapar del paso del tiempo y entrar en comunión con el pasado, o el futuro.

Bar te está esperando”, escribió Dekel Chen a Sagui, refiriéndose a su hija de 7 años, que lleva una camiseta con una foto de su padre. “No ha dejado de besarte en la camiseta”. “Este es el día 300”, dijo.

Ruby Chen intenta ir a la sinagoga todos los viernes, ya sea en Israel o cuando está de visita en Estados Unidos. En el templo, recita el kaddish, un himno judío asociado al luto, y medita sobre recuerdos de su hijo Itay, de 19 años, desaparecido desde el 7 de octubre.

Se creía que Itay Chen era unos de los rehenes de Hamas, pero a inicios de marzo, militares israelíes informaron a sus padres que se sospecha que murió el 7 de octubre, y que su cuerpo fue llevado a Gaza.

Ruby Chen intenta ir a la sinagoga todos los viernes, ya sea en Israel o cuando está de visita en Estados Unidos. En el templo, recita el kaddish, un himno judío asociado al luto, y medita sobre recuerdos de su hijo Itay, de 19 años, desaparecido desde el 7 de octubre.

Se creía que Itay Chen era unos de los rehenes de Hamas, pero a inicios de marzo, militares israelíes informaron a sus padres que se sospecha que murió el 7 de octubre, y que su cuerpo fue llevado a Gaza.

Ruby Chen y su esposa, Hagit, mantienen la esperanza de que su hijo pueda estar vivo. No lo llorarán hasta que lo sepan con certeza.

Chen, de 55 años, conversa con Dios sobre “la suerte y el destino”. Pero, ¿cómo concilia la existencia de Dios con el horror del 7 de octubre y todo lo que ha seguido? “Cada persona no decide cuánto tiempo camina por este planeta”, dijo, “la cuestión es qué hace con ese tiempo”.

Lucha contra la sensación de que “no hay estructura” en sus días.

En la mayoría de las profesiones se puede identificar el progreso. El periodista lleva la cuenta del número de artículos que ha escrito. El dentista registra cuántos pacientes tiene. Pero con nosotros, las familias de los rehenes, ¿cómo se mide el progreso? Es difícil porque no lo sabemos”, explica.

En esos momentos de crisis, los rituales pueden “anclar a una persona”, explicó la doctora Katherine Shear, fundadora y directora del Centro de Duelo Prolongado de la Universidad de Columbia.

En este estado, es difícil ver el camino a seguir”, afirmó. “Da la sensación de que nos han dejado caer desde un helicóptero en un lugar extraño y amenazador, y es difícil averiguar dónde estamos”.

En los días posteriores al atentado, Chen empezó a escribir un diario en línea con entradas que esperaba que Itay leyera algún día, crónicas de sus días de espera y esperanza. Imaginaba el futuro de su hijo. Quizá volvería y sentaría la cabeza con su novia, la joven a la que llamaba “la ideal”.

Pero cuando Chen supo que creían que Itay está muerto, su estado de ánimo cambió. “Sé que la probabilidad de volver a verlo vivo no es alta”, dijo. Ya no continúa con su diario en línea.

Yehuda Beinin nunca olvidará la noche del 29 de noviembre. Esa noche, él y su esposa supieron que su hija, Liat Beinin Atzili, había sido liberada tras más de 50 días de cautiverio. Fue la noche en que el presidente, Joe Biden, le llamó y le invitó a la Casa Blanca. Fue una noche de alivio y reencuentro, una bocanada de aire colectiva.

Pero la alegría pronto se empañaría. El día después de que Liat volvió a casa, los Beinin se enteraron de que su yerno había muerto. Se creía que Aviv Atzili era un rehén de Hamas, secuestrado en el kibutz Nir Oz como su esposa. Pero los militares confirmaron que en realidad había sido asesinado el 7 de octubre.

La familia quedó destrozada. Liat estaba a salvo en casa con sus tres hijos; Aviv se había ido para siempre. “Nos alegramos y lloramos prácticamente el mismo día”, dijo Beinin. Desde entonces se encuentra en un “estado de semidepresión”.

De vez en cuando, Beinin visita los sitios web de las publicaciones israelíes Haaretz y The Jerusalem Post. Lee los nombres de todos los asesinados el 7 de octubre. Lee sus biografías, los relatos de sus vidas, los homenajes de sus seres queridos.

Suelo ir a la página sobre Aviv”, dijo Beinin, “y me sumerjo en ella, en mis pensamientos”. Aviv, de 49 años, dirigía el taller de maquinaria agrícola de Nir Oz.

Beinin no es un hombre religioso. Bromea diciendo que es improbable encontrarle en una sinagoga, pero se nutre de los rituales de su vida en Shomrat, un kibbutz del norte con una población de apenas 700 personas. Beinin, de 71 años y arquitecto, creó 25 acres de jardines allí. Dirige un campo de béisbol y está formando un equipo juvenil.

Está decidido a no obsesionarse con la pérdida de su familia.

Todos nosotros, incluido nuestro nieto, necesitamos funcionar y no dejarnos atrapar por el dolor hasta el punto en que afecte nuestra capacidad de funcionar de la forma más normal posible”, afirma. Beinin repite una y otra vez que es importante “seguir adelante”, pero “no en el sentido de que estamos olvidando”.

Beinin se ha convertido en un firme defensor de la paz en la región. “A pesar de la tragedia personal por la que he pasado, sigo abogando por la reconciliación y el reconocimiento mutuo entre israelíes y palestinos”.

Liat, de 50 años, que declinó ser entrevistada, volvió enseguida a su trabajo como profesora y guía turística en Yad Vashem, el memorial israelí a las víctimas del Holocausto. Ofri, el hijo mayor de Liat, regresó a Nir Oz, donde trabaja en el sector agrícola del kibbutz.

Me ha explicado que esto es lo más cerca que podía estar de su padre”, dijo Beinin. “Ésa es la fuerza que le impulsa”.

Cada noche, cuando Yifat Zailer lleva a sus dos hijos pequeños a la cama, también desea “buenas noches” a Ariel, de 5 años, y a Kfir, de 20 meses, que se cree son los rehenes más jóvenes retenidos en Gaza.

Ariel y Kfir fueron secuestrados junto a su madre, Shiri Bibas, prima de Zailer, en su casa del kibutz Nir Oz el 7 de octubre.

En el video de su secuestro, Bibas aparece aterrorizada mientras sostiene a sus dos hijos pelirrojos contra su pecho, y se convirtió en una de las imágenes más perdurables de los atentados. Los padres de Bibas, Yossi y Margit Silberman, murieron durante el asedio, y su esposo, Yarden, fue secuestrado por separado de la familia.

En aquel momento, Kfir tenía 9 meses. Ahora cumplió su primer año en cautiverio.

En el breve cese al fuego de noviembre, cuando se liberó a más de un centenar de rehenes, Hamas declaró que Bibas y sus dos hijos habían muerto en un ataque israelí, pero el Ejército de Israel nunca confirmó formalmente sus muertes, lo que ha dejado a la familia en un limbo entre la esperanza y la desesperación.

Desde el 7 de octubre, cuando acuesto a mis hijos y les doy las buenas noches, en el fondo de mi corazón les doy las buenas noches a Kfir y Ariel. De alguna forma, me ayuda. … Me hace sentir que realmente les digo ‘buenas noches’ cada noche”, dijo Zailer, de 37 años.

Si los niños están vivos, su familia no sabe si tienen lo esencial para vivir, ni siquiera si están expuestos a la luz del día, tan necesaria para que los pequeños crezcan y se desarrollen.

Zailer y su prima estaban embarazadas al mismo tiempo. Los hijos de Zailer, Daniella, de 3 años, y Guy, de 18 meses, tienen casi la misma edad que Kfir y Ariel.

Casi todos los días, Zailer sale a su balcón y busca la luna. Son 15 minutos para ella, para respirar y procesar todo lo ocurrido durante el día, dice. Es un breve respiro de su arduo trabajo para liberar a sus seres queridos.

Es la misma luna en Gaza”, dice Zailer. “A veces pienso que tal vez ella esté, no sé, de alguna manera, mirando la luna al mismo tiempo, y entonces puedo sentirme más cerca de ella”, explica, “es una especie de ilusión, pero me ayuda”.

Así es como encuentro alivio, y como comparto con ella, y sólo con ella, lo que estamos haciendo y lo mucho que intentamos traerla de vuelta a casa”, añadió.

No se sabe si el esposo de Shiri, Yarden, sigue vivo, o si sabe que la suerte de su familia sigue sin confirmarse. Según supo Zailer por otros rehenes, a Yarden le dijeron que su familia había muerto.

Sólo puedo pensar en su alma”, dijo Zailer, “quiero abrazarlo y decirle que aún no hay confirmación, y darle esa esperanza”.

El violento conflicto que ha trastornado vidas en todo Medio Oriente ha erosionado muchas esperanzas en la región. Pero, en la medida de lo posible, las familias de los rehenes han intentado aferrarse a ella. Quizá termine la guerra. Quizá se llegue a un acuerdo. Tal vez las oraciones sean escuchadas.

Quizá nos espere un milagro”, dijo Ruby Chen.

Notas Relacionadas

Más sobre esta sección Más en Internacional

Hace 14 horas

Protesta multitud en Valencia por mala respuesta ante las inundaciones

Hace 15 horas

La solidaridad ciudadana con Valencia se multiplica: miles de voluntarios ayudan a damnificados

Hace 16 horas

‘Comedia de tercera categoría’: Irán sobre acusación de tratar asesinar a Trump

Hace 17 horas

ONU y UE enviarán 94 toneladas de suministros para afectados por el huracán Óscar en Cuba

Hace 17 horas

Los apagones totales ahondan la crisis multidimensional que sufre Cuba

Hace 18 horas

Detienen a químico de ‘Los Chapitos’ en España y desmantelan narcolaboratorios

Hace 18 horas

Atentado terrorista deja 24 muertos en estación de tren en Pakistán

Hace 18 horas

Hombre irrumpe en monasterio de España asegurando ser Jesucristo y mata a fraile

Hace 18 horas

Biden y Trump se reunirán el miércoles en la Casa Blanca para iniciar la transición

Hace 19 horas

Trump llega a la Casa Blanca dispuesto a demoler la lucha contra el cambio climático

Hace 19 horas

Búsquedas de la palabra ‘aborto’ se disparan en Google tras la victoria de Trump

Hace 20 horas

Torturaban y amordazaban a niños autistas; padres denuncian centro terapéutico en Perú